La vida, un teatro de máscaras donde todos representamos un papel. Desde la infancia, nos enfundamos en disfraces invisibles, construyendo personajes que nos protegen del mundo exterior.

Algunos se atreven a mostrar su verdadero rostro, arriesgando su corazón a la luz. Pero ¡Cuidado! No todos están preparados para la verdad, y la vulnerabilidad puede ser castigada con crueldad.

Detrás de cada máscara, se esconde un universo de emociones, un laberinto de pensamientos y sentimientos. El más alegre puede ser el que más sufre en silencio, el más indiferente puede ser el que más ama en secreto.

Somos expertos en el arte del disfraz, maestros del engaño. Pero, ¿quiénes somos realmente detrás de la máscara? ¿Qué anhela nuestro corazón en la intimidad?

La criatura humana, un enigma indescifrable. Perseguimos lujos efímeros, olvidando que la vida misma es el mayor tesoro. Nos aferramos a la ilusión de la inteligencia, mientras destruimos el planeta que nos sustenta.

¿Acaso somos la especie más inteligente o la más tonta? ¿Qué sentido tiene acumular riquezas si no somos capaces de amar, de perdonar, de vivir en armonía con la naturaleza?

La vida es un regalo precioso, un instante fugaz en la inmensidad del tiempo. No permitamos que las máscaras nos impidan conectar con nuestra esencia, con la belleza del mundo que nos rodea, con el amor que reside en nuestro interior.