Llego otra primavera y dejo de sentirse como la primera,
pasó  otro invierno y el frío se sintió igual que el primero.

La brisa de un caluroso verano por la tarde se sintió tan fresca,
las estrellas no dejaron de brillar desde entrada la noche hasta que amanezca.

Todo se sentía diferente; quizá  crecí y cambió mucho el ambiente o puede que no haya sido el entorno si no el pensamiento de mi mente.

La soledad se quedó eternamente,
la incomodidad día a día se vuelve más fuerte,
la monotonía se vuelve asfixiante,
No nací para estar de pie por siempre, no saber que hacer se convierte en un horrible oxidante,
me cubre por fuera y me destruye    internamente.

Algo falta para no sentir todo tan sin sentido algún corazón punzante que lata y se escuchen sus latidos, un motivo que no muera que siga vivo, una sonrisa que salga de adentro y no solo de unos músculos fruncidos, una mirada llena de luz y no una que luce como que se pierde en  un vacío.

Hay un silencio tan espeso que te ensordece,
no escuchas más que lo que no está y todo lo que desaparece,
quieres gritar  hasta escucharte a ti mismo y encontrar la luz para salir del abismo.

Es difícil mantener a flote el optimismo pero sientes que ese algo sigue ahí afuera o puede que este en tu propio laberinto, pero se vuelve invisible frente a tus ojos se desvanece como un espejismo.

En un mundo incompleto te quieres sentir comprendido y cuando intentas sanar solo te dejan más herido.
No es encontrar un lugar es donde sientas que puedes respirar tranquilo,
es donde puedas ver el atardecer mientras vuelas en un suspiro.

............................Rony Santos.......................