A la niña linda que he visto convertida en mujer,
a la que lucha con garras y dientes sin su esencia perder,
porque es ella un arte complicado para los que no la pueden entender
y es cierto que la vida la ha golpeado pero nunca la he visto caer;
puede ser que ha pasado pero lo sabe ocultar muy bien.

A la niña trabajadora que a veces se siente con alma de señora y siente que empieza a envejecer,
Pero sigue siendo tan niña consentida y se encuentra dividida entre el estar y el ser.

Mi estimada dama vestida de gala, siendo ella misma siendo una versión limitada,
aunque auténtica y reservada,
de una vida frenética como calmada, marea a punto de romper,
la he visto brillar como radiante estrella también apagarse como noche oscura,
y luego brillar en medio de ella como la misma luna.

A la niña bella que no se ha detenido aunque el viento rudo ha sido a veces le toca luchar en contra de el,
a la que parece fría Pero lleva el cariño y la alegría por mucho a flor de piel.

Sabes que te contagia con su magia y lleva por dentro un sol que te hace florecer,
porque es ella a fin de cuentas y eso la hace tan única a comparación de cualquier mujer.

Rony Santos