Cuando ya nos cansamos de tanto caos de nuestro alrededor, como de tanto sufrir,
Nos cansamos de ser fuertes, de tantas desilusiones que nunca vimos venir.

Muchos cambian de distintas formas,
aunque yo he cambiado de casi todas.

Me he vuelto cruel, indiferente, una persona que parece no tener corazón,
con el alma fría, despiadada los sentimientos muertos y algunos en prisión.

Me he vuelto la persona más triste, esa persona que llora por cualquier motivo,
un sentimental, quien tenía al océano en pequeñas lágrimas cautivo.

Me he vuelto alguien muy alegre, alguien que sonreía en cualquier momento,
con una alegría que ni los dioses podrían quitar, por tener siempre una sonrisa.

Me he vuelto alguien negativo,
como alguien positivo.

alguien con pensamientos suicidas,
como con pensamientos de homicidas.

He mezclado la locura con la realidad.

Me he vuelto alguien que adora la vida, que aprecia la existencia de mil formas, veo el mundo por diferentes ángulos.

He cambiado...
mi forma de actuar,
mi forma de vestir,
mi forma de pensar,
mi forma de sentir,
mi forma de amar,
mi forma de vivir,
mi forma de querer,
mi forma de sonreír,
mi forma de perder.
he cambiado todo...

Pero siempre seré yo, si tan solo buscan en el fondo de mi corazón, ahí estoy encerrado, esperando que alguien me saque.

Con el tiempo solo nosotros sabemos lo que hemos sufrido, porque hemos cambiado drásticamente de extremo a extremo.

Aunque suene algo cruel, pero las personas tenemos todo el derecho de cambiar nuestra forma de ser, de pensar o incluso actuar, y eso es lo que en muchas ocasiones hace que otros se alejen de nosotros.

Pero aunque haya cambiado de mil formas, en el fondo sigue aquel niño puro que nadie busca.

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