Hay veces que me entra el miedo, ese miedo una vez más, al sentir lo que siento en estos momentos.

Mi corazón palpita a mil por hora, mi mente se descontrola y mi ser le pertenece, cada vez que pienso en ella.

Tiene ese poder de destruirme cuando quiera, con una sola palabra, le di la llave de mi cuerpo y alma.

Quién diría que después de tanto tiempo volvería a caer, en el hermoso juego del amor.

Un juego de ajedrez donde si muriera el rey, no importa nada, pero si muriera la reina, el rey se volvería loco.

Mi corazón grita su nombre cada vez más, le encanta cada letra de ella, entrando esas ganas de juntar nuestros apellidos en la eternidad.

Corazón de un sentimental es poco lo que le ofrezco, para alguien que se merece el mundo, pero mi mundo es ella.

Capaz, Dios nos hizo, pero estoy feliz que el diablo nos junte, con esa chispa que tenemos cuando cruzamos letras tras una pantalla.

Le conté a la vida que me enamoré, cada vez más de ella día tras día.

Miré a la luna, para luego romper su corazón al decirle, que estaba enamorado y no era de ella, al decirle, que solo siento amistad.

Lloré con la lluvia de felicidad, mientras limpiaba mis lágrimas con las nubes.

Le dije al sol que esta sonrisa es causada por ella...

Caminé por la tierra, por bosques llenos de ramas y arbustos para encontrar mis sentimientos solo para que ella los disfrutara.

Y susurré al mundo, ¡Te amo! mientras mi corazón sabía que ya ella me tenía más que enamorado.

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