8. ¿Pedri?
Ferran abrió la puerta de su piso esperando encontrar a su chico y a los amigos de este ya desayunados e incluso almorzando entre risas o haciendo los deberes de la uni, pero se sorprendió al encontrarlos a los tres dormidos en los sillones del salón en diferentes e incómodas posiciones, rodeados de envoltorios de comida chatarra, potes de helado y varias botellas de licores. Resopló divertido y negó con la cabeza.
A paso lento y tratando de no hacer mucho ruido se acercó a Ansu para picarle un moflete con el dedo tratando de despertarlo.
—Pst...bizcochito...despierta...pst...bizcochito...—murmuraba recibiendo por respuesta una queja del moreno.
Sin exagerar, estuvo así varios minutos hasta que optó por comenzar a darle leves cachetadas en sus mofletes.
— Ansu...pst...despierta hombreee...
El moreno se removió incómodo debido a las molestias ocasionadas por Ferran, que aún con los ojos cerrados suspiró.
—Ferri...déjame dormir...—se quejó en un murmullo adormilado.
Ansu, que aparentemente creía en el fondo de su subconsciente que estaba dormido en su cómoda cama matrimonial y no en el incómodo sillón individual de cuero en el salón de su departamento, se giró sobre su anatomía.
Y oh, mala idea.
Su cuerpo estampó contra el piso de madera dejando tras suyo un ruido seco, que milagrosamente no despertó ni a Gavi ni a su almohada humana, Fermín. Ferran se mordió la parte interna de su mejilla tratando de no sonreír ante lo tierno que se veía Ansu con un puchero y tallándose los ojos.
— Buenos días...pastelito —murmuró el moreno pestañeando para enfocar la vista.
— Buen día bizcochito —sonrió Ferran para ayudarlo a levantarse y dejar un piquito en sus labios.
El sabor a las mezclas de las bebidas y el helado de chocolate fue lo que le dio un sabor amargo a los labios de Ansu, causando que a Torres se le frunciera el ceño. Luego de compartir un par de mimos silenciosos, recordaron que no estaban solos en el departamento. Intentaron despertar a Fermín y a Gavi, pero ambos seguían profundamente dormidos, con Fermín en el sillón largo de cuero marrón y Gavi usando a Fermín como almohada humana.
Ferran y Ansu, con cuidado de no despertar a Gavi y Fermín, comenzaron a susurrar entre ellos, discutiendo cómo despertar a sus amigos sin ser demasiado bruscos, considerando que probablemente estarían sufriendo una resaca similar a la de Ansu.
—¿Qué hacemos, pastelito? No podemos dejarlos así todo el día —susurró Ferran, preocupado.
—Lo sé, bizcochito, pero no quiero que se despierten con un sobresalto. Deben estar sintiéndose bastante mal —respondió Ansu en un tono igualmente bajo.
Mientras discutían entre susurros, sus voces algo más altas de lo previsto lograron despertar a Fermín, quien abrió los ojos con una expresión adormilada y una mueca de molestia en el rostro.
—¡Vaya, tíos! ¿No podéis hablar más bajito? Con tanto "pastelito" y "bizcochito", hasta a mí me está entrando hambre —regañó Fermín, con una sonrisa irónica.
Gavi, aún dormido, se removió ligeramente al escuchar la voz de Fermín, escondiendo su rostro aún más en el cuello de su amigo.
—Lo siento, Fermo. No queríamos despertarte —se disculpó Ferran, tratando de contener la risa.
—Ya, ya... Pero ahora, ¿cómo despertamos a este marmolillo sin que nos coma vivo? —preguntó Ansu, señalando a Gavi con un gesto de cabeza.
Fermín y Ansu intercambiaron miradas cómplices, sabiendo que despertar a Gavi sin ser bruscos sería todo un desafío.
Fermín intentó despertar a Gavi moviéndolo un poco y dándole caricias en el pelo, pero el castañito seguía profundamente dormido, ajeno a sus esfuerzos. Con un suspiro resignado, Fermín se dio por vencido momentáneamente.
—No hay manera, tíos. Este sigue en el mundo de los sueños —comentó Fermín, levantándose del sillón y estirándose.
Ansu se acercó a Ferran y le susurró:
—Pastelito, mientras tratamos de despertar a la fiera, ¿por qué no vas a preparar el desayuno? Seguro que a estas alturas todos podríamos necesitar algo para calmar el estómago.
Ferran asintió y se dirigió a la cocina, dejando a Ansu y Fermín intentando despertar a Gavi. Mientras tanto, en la cocina, Ferran comenzó a preparar el desayuno, pensando en cómo harían esos dos para despertar a Gavi sin que se enfade demasiado.
Mientras Ansu y Fermín lanzaban ideas para despertar a Gavi, este se quejaba entre sueños y murmuraba "Pedri" inconscientemente. Ambos amigos conocían el crush de Gavi por el doctor Pedri desde conoció al mismo, así que intercambiaron miradas cómplices al escuchar el nombre.
—¿Qué hacemos, Fati? Parece que está teniendo un sueño movidito —comentó Fermín, preocupado.
—No lo sé, Rubio. Quizás si le mencionamos algo que le guste, como... ¿qué tal si le decimos que el doctor Pedri le está esperando para una consulta? —propuso Ansu con una sonrisa pícara.
Fermín asintió leve y eso fue un pase libre para el moreno que se inclinó sobre Gavi, susurrando:
—Gavi, despierta. El doctor Pedri te está esperando.
Sin embargo, Gavi solo se removió ligeramente, sin despertar del todo. Mientras tanto, desde la cocina, Ferran comenzó a unir los cabos sueltos.
—Espera un momento... ¿Gavi está hablando del doctor Pedri? —murmuró para sí mismo, conectando los puntos lentamente.
De repente, todo cobró sentido para Ferran. Gavi era el chico del que Pedri, su mejor amigo, le había hablado pero solo que lo conocía como Chico rinoplastia o más bien Pablo. Pero que había salido a tomar un helado y el era el chico de ig.
Vaya que ahora todo tenía un sentido.
...
Finalmente, Fermín decidió susurrarle al oído a Gavi que si no despertaba, vendería todos sus libros. Con un tono juguetón pero decidido, se inclinó sobre Gavi y le susurró al oído:
—Vamos, Gavi, despierta antes de que decida vender todos tus libros.
La amenaza pareció tener efecto, ya que Gavi se removió con un gemido y abrió los ojos lentamente, parpadeando confundido.
—¿Mis libros? ¿Qué pasa con mis libros? —preguntó Gavi, aún medio adormilado.
—¡Por fin despiertas, marmolillo! —exclamó Fermín, aliviado de ver que su táctica funcionaba.
Ansu y Fermín se miraron sonriendo al verlo despierto.
—¡Buenos días, Gavi! Parece que alguien ha tenido un sueño interesante —bromeó Ansu.
Gavi se frotó los ojos y miró a su alrededor, tratando de recordar qué había estado soñando. Mientras tanto, Fermín se aseguró de mantener la promesa de vender los libros en el futuro cercano.
Entonces Ansu mencionó que Ferran estaba preparando el desayuno en la cocina, así que los tres, aún con su resaca, se dirigieron hacia allí junto a Ferran, quien seguía pensando en que el mejor amigo de su novio era el chico rinoplastia, apodo que le había puesto Pedri, su mejor amigo.
Una vez en la cocina, Ferran estaba concentrado en cocinar cuando Ansu, Fermín y Gavi llegaron, aún un poco aturdidos por la resaca.
—¿Qué hay para desayunar? —preguntó Ansu, acercándose a Ferran y dándole un beso en la mejilla.
—Pues estoy preparando un poco de tortilla de patatas y tostadas, ¿os parece bien? —respondió Ferran, sonriendo y volteándose para saludar a los demás.
Fermín y Gavi asintieron con entusiasmo, aunque aún un poco adormilados.
—¡Suena genial! Necesito algo de comida para recuperarme de esta resaca —dijo Fermín, frotándose la frente con gesto cansado.
Gavi se acercó a Ferran y le dio un abrazo de agradecimiento.
—Gracias, Ferran. Eres un sol —murmuró Gavi, sonriendo levemente.
Ferran devolvió el abrazo con cariño, aunque en su mente seguía dando vueltas a la idea de que Gavi era el chico al que Pedri había apodado chico rinoplastia.
La amistad es mucho más trágica que el amor. Dura más.
—Oscar Wilde
El nombre del capitulo esta divinoooo.
Qué les pareció el capitulo?
Se me hizo raro escribir apodos cursis, si tienen algunos me los pueden decir así los uso a lo largo de la historia.
No sé si estaré actualizando todas las historias ya que estoy con un bajón muy duro y sumándole a la ecuación de mi mierda de vida el hecho de que las clases me están consumiendo mucho tiempo, tardaré en actualizar.
Y les quería pedir un favor si pudieran seguir en ig a la cuenta de mi proyecto de rebotica me harían muy feliz el nombre es "tor_tortunay"
En fin.
Los quiero.
Lai y su melancolía <3
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