No sé cómo explicarlo, solo espero que tu corazón siga latiendo.
Las cosas nunca pasan como las planeamos, ¿pero sabes?, eso es lo mejor de nosotros, nos sobran sorpresas.

Cuando te vuelva a ver, espero que tu mente esté lista para ver a través de mí.

Cuando me vuelvas a ver, espero que mi corazón esté más sano, más ligero porque aprendió de nuevo a volar.

Es extraño, un día estás sentado bebiendo café y al otro ya deseas estar con alguien porque te hace sentir como en casa. Los recuerdos llegan y revives aquella felicidad y comienzas extrañar esos momentos, pero se nos va de las manos como el agua.

Nos encontramos de nuevo, pero chocamos como dos chispas de fuego consumiendo una a la otra, cariño, necesitábamos oxígeno, necesitábamos respirar.

Nos dañó esos “te amo” prematuros, los “te extraño” con raíces amargas y los corazones de repente dejaron de latir, porque el dolor fue mayor que el amor que nos prometimos.

Cuando te vuelvas a ver, espero que no te permitas huir de una batalla.

Cuando me vuelvas a ver, espero haber aprendido amarme a mí misma y tendré de sobra para ti.

Necesitábamos oxígeno, es como si una estrella fuera conocido a otra y la atracción fuera ha sido mayor que el cariño que se tenían.

Es extraño, en un momento estás bien y después un día despiertas con la necesidad de besar unos labios que se pierden en la lejanía. Es cierto, extraño mi hogar, ese lugar entre tus brazos que me daban tanto calor.

Espero que el otro año tomemos mejor la oportunidad de amar.
Nadie nos asegura por completo que amar es para siempre, pero vale el intento.

Necesitamos oxígeno, así que respira profundo y vuelve a mí.