Poema 19 (Entre ella, tú y yo)
Ella siempre ha sido mejor que yo. Eso lo sabes tú desde que tengo memoria.
Ella era más lista en la escuela, en la universidad, en la vida y yo, trazaba mi camino en papel con un vaivén de colores sin sentido.
Ustedes vivían con cada paso forjado por la presencia de sus decisiones. Entonces también ella decidió emerger su destino de las aguas de su confianza.
Yo estoy aquí, sin saber dónde ir ni adonde llegar, solo sonreírle a la vida por ser parte de mí; ya que una parte de mí solo es una mancha de tinta.
Mas ella vive de boca en boca, entre dinero y ropa costosa.
Tú la ves a ella y nadie me ve a mí.
Ella tiene un “él” que la ama.
Yo tengo “yo” que me ama.
Su semblante rejuvenece al estar con él, mas envejezco en cada noche de ermitaña soledad.
Tú entiendes lo que ocurre y lo que puede pasar.
Ella sueña como toda niña que las cosas pueden mejorar y por primera vez, yo también comparto el mismo sueño.
¿Tú qué me dices? ¿Soñarás hoy con nosotras?
Yo recuerdo esas noches sola queriendo ser pequeña para siempre.
Yo la recuerdo a ella crecer y jamás volver a ser la misma.
Ella no le temía ser grande, sino olvidar ser chiquilla mientras crecía.
Y tú que borraste la esencia de ser niño hace mucho.
Busca como ella esas ganas de sonreír con ganas, dramas y batallas. Busca como yo las forma de llorar sin penas, de pintar si rejas y volar sin reglas. O busca tu forma de ser, de aprender y emprender, encontrar altitud y sobre todo sin dejar de ser tú.
Ella es impaciente, ella le gusta ser el centro de atención, a ella su cabellera larga y azabache la hacen lucir imponente.
Yo, por otro lado, espero viendo libro y no me muevo por horas, me escondo entre páginas y acomodo en una trenza los mechones de cabello que flotan en mi rostro.
Y sé muy bien que tú, la juzgas y me juzgas, la miras y luego me observas a mí. Ella y yo somos diferentes, ella y yo nos gustan cosas distintas, ella y yo tomamos dos caminos paralelos sin poder tocarse. Tanto ella como yo compartimos la misma sangre y el mismo apellido, compartimos un amor infinito, implacable, glorioso y bendito.
Ella quería ser doctora.
Yo quería ser astronauta.
¿Tú? Solo que cambiáramos el mundo. Pero recuerdo que un día ella se fue de casa, dejando atrás a muchos de nosotros. Tú querías una meta, yo quería que fuese la felicidad la que inundara sus ojos café.
Él, el mundo comparte retos diarios junto a ella, la vida. Juntos sacan lo mejor y también lo peor de nosotros.
Ella regala una triste sonrisa.
Yo soy lo que otros quieran y no lo que deseo en el fondo.
Ella vive como quiere, sin embargo sin los que quiere.
Yo vivo con quienes amo, pero sin lo que amo.
Ella escoge su ropa ajustada y se exhibe.
Yo me escondo en mi suéter negro hasta querer desaparecer.
Ella es mi hermana y es parte de mí.
Yo soy tu hermana y soy parte de ti.
Tú eres mi madre y una versión madura de nosotras.
Ahora te digo, solo el amor nos mantiene unidas, a ella a ti y a mí. Un corazón que late en diferentes cuerpos, pero que mantienen la misma alma.
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