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14. SOBRE MONSTRUOS Y DEMONIOS

Él no tiene sentimientos

Él hablaba de Dios, la fidelidad, el apoyo, la comprensión. Hablaba del romance. Abogaba por el amor. Pero él no tenía sentimientos. Estaba vacío, gris y oxidado. Desolado. Angustiado. Cansado...

Navegaba en los mares profundos del odio, el rencor, el resentimiento y la venganza. Su alma podrida, no podía ni quería encontrar tierra firme, sólida y fértil. Se negaba a sembrar y cosechar las semillas del verdadero amor.

Él estaba ciego y perdido en su propio mundo, pero con la certeza de que nadie lo iba a cambiar. Su alma destrozada no permitiría nunca aceptar su desperfecto. Por eso, él está destinado a fracasar en el amor el resto de su vida. Porque él no tiene sentimientos.















Narcisismo a flor de piel

Hay personas que clonan las palabras. Clonan los sentimientos. Clonan esencias. Aprenden a seducir mediante un clon. Son compositores de mentiras disfrazadas, verdugos de sí mismos, capataces del rencor.

Y con el paso del tiempo, sus plagios se desfiguran, se metamorfosean, se transforman. Se colman de clones virulentos, provenientes de sus vacíos sin sentimientos. Y tergiversan el verdadero significado del amor.

Es mortificante el ver cómo defienden un amor carente, cómo muchos se convencen, y se confunden en esta sociedad light, porque nuestra naturaleza les impide amarse a sí mismos, a forjar un humano más empático, desapegado y cordial.

Hay quienes clonan tus palabras, tu esencia, tus emociones y sentimientos. Abogan por un amor pernicioso, y sin darse cuenta, su oquedad los corrompe irremediablemente con el paso del tiempo.

Porque ellos simplemente no saben amar.















Los que se hacen los tontos

Lo sé y vos también. Todos, sin excepción, llegamos a una edad, en la que ya no somos tontos.

¿Por qué alguien se hace el tonto? Me pregunto cuando veo esa inocencia disfrazada. Esa inocencia que nadie se cree. Nadie. Y que persiste, como si fueramos ingenuos. Tal vez porque ven todo como un juego y a las personas un objeto.

Todos pasamos por ciertas circunstancias. Conocemos gente, conocemos actores, conocemos máscaras. Y aprendemos. Y tal vez algunas personas se vuelven malas, por tantas injusticias sufridas. Tal vez, sólo tal vez, les faltó la fortaleza para no permitir nunca que acabaran con su bondad.

Hay que ser fuerte. Hay que ser firme. Hay que seguir siendo genuino. No hay que llenarse de odio, rencor, ni resentimiento. Hay que ser amor.

Pero, ¿por qué victimizarse? ¿por qué justificar sus vacíos porque ha sufrido? ¿Quién le dio derecho a dañar a otros sólo porque fue dañado?

Todos vivimos una vida para dejar de ser tontos. ¿Qué elegís: ser real o hipócrita? Sólo desde la falsedad, se finge ser el ingenuo que ya no se es. Lo sé y lo sabés.

Todos llegamos a una edad, en la que ya no somos tontos. Pero sólo algunos nos hacemos más fuertes, más inteligentes, más conscientes. Siempre firmes, menos malévolos. Simplemente más humanos.















Qué curioso

Es curioso cómo -de repente- hay personas que empiezan a mirarte, no les eres indiferente, no pasas desapercibida. Personas que antes tampoco percibías.

Y eso, a veces invade tu mente, provoca espirales, que quieres resolver. Se vuelven acertijos, adivinanzas. Y hacen eco desde una persona, que ya no está.















Hay hombres

En la familia, hay hombres, que te enseñan lo que no querés en tu vida.

Hombres desabridos, que no se juegan en nada, para hacer momentos y vivir la vida.

Hombres amargados, que todo les molesta, todo les enoja.

Hombres narcisistas, que no pueden estar solos y que necesitan denigrarte para amarse más.

Hombres inseguros, que tienen que levantar la voz para imponerte algo.

Así aprendés que es mejor estar sola, que mal acompañada.















Plástico amor

Plástico 🌹 amor

Eres superficial, eres carnal, eres temporal.

Eres placentero pero fácil de olvidar.

Eres dos cuerpos deseándose, dos mentes pervertidas jugando juntas el deporte del amor.

Eres amor terrenal, amor banal. Eres tacto, desde un plano tangible. Eres postre, eres placer, eres sexo. Sólo eres eso.

Eres aventura, eres travesía. Sólo tocar. Y tienes caducidad.

Plástico amor, eres sensual, pero fácil de olvidar.















Esas personas

Existen esas personas, que parecen el cielo, pero que con el tiempo se vuelven el infierno al que jamás regresarías.

Y su ausencia te demuestra que -en efecto- no quieres volver, que no dejarías tu libertad por vivir de nuevo en su abismo.

Y te das cuenta que -entonces- te espera una inminente paz y el regreso de la libertad que abandonaste, porque te hizo creer que no la merecías y que debías estar enjaulada a su amor o amistad.

~ Miércoles 11 de marzo, de 2020















Su vanidad

Ella es esa mujer vacía, trivial, superficial; que necesita ciertos impactos para llenarse, para saciarse, para vivir.

Sí, su felicidad consiste en ser el ombligo, en ser celada, en ser controlada, en el amor o en la amistad. Y también en ejercer estos parámetros, que la hacen sentir viva. La hacen sentir feliz.

Ella no sabe de amor, no sabe de amar sin poseer. Su discurso es un diseño que aprendió de quienes quisieron enseñarle lo que el amor en realidad es.

No, ella no tiene ni idea de lo que es un mundo sin problemas, sin victimizarse, sin mentiras, sin prejuicios. No sabe de respeto por otras ideas, por otras personalidades, por otros estilos de vida, que no sean como la suya, la cual es la única legítima.

Ella siempre maniobra de acuerdo a tus valores, juega con la culpa, y te atrapa en su red. Pero si escapas y rehaces tu vida, y ya no tiene control sobre vos; aunque no te metas en la suya y aunque le desees el bien, nunca dejará de culparte y perseguirte. De desvalorizarte. De descalificarte.

Sí, la culpa. Ésa que juega un importante papel, es tu culpa porque abandonas a la familia, es tu culpa porque no la aceptas como es, es tu culpa porque no amas como ella, todo es tu culpa; aunque lo que hagas sea por tu propio bien. ¡No! Si no es bueno para ella, no está bien.

Y mientras vos te acoplas a sus ideas, tratas de amoldarte para que esté bien; ella sigue destruyéndote, sigue insatisfecha, sigue vacía. Nunca sos lo suficientemente buena amiga para ella, o el mejor amor.

Vacía. Siempre estará vacía y nunca podrá descansar, nunca podrá dejar de dar lástima porque la trataron mal. Y no, nadie le ha hecho daño, sólo quiere tu lástima, quiere tu admiración, quiere que le des la razón. No le interesa crecer, no le interesa cambiar. El cambio sería reconocer lo que carece: amor propio; y eso le duele.

Insatisfecha, no puede ni quiere soltar. Su obsesión por ciertas personas es así: interminable. Necesita desvalorizarte, luego de subirte a un pedestal, a un reino con corona y alas de ángel. Y siempre será un "yo". Yo te puse ahí. Yo perdí mi luz. Yo amo u odio. Yo. Yo. Yo. Es un canto ególatra y glacial.

Por eso, aunque se esmere por probarte que es mejor, que es superior, en el fondo sabe que la conocés bien. En el fondo sabe que esa lucha, sólo suya, no tiene final, porque mientras más se dedica a ello, se le cae su máscara lentamente. Y su felicidad tambalea de vez en cuando, pues ésta es temporal.

Ella nunca te superará, nunca se curará. Mas, nunca te rindas por realizar tus sueños, los que tampoco tiene, a los que renunciaste casi por completo; para que nunca se sienta inferior. Porque aunque dedicaba sus palabras redundantes acerca de tu talento, al fin y al cabo, la impulsaban a terminar recitando su insuficiencia, su carencia, su vacío. Siempre comparando.

Y no, no entres a su circo. Juega tu vida, escribe tu historia. Suelta. Y sé feliz. No vuelvas a prohibirte nada por nadie más. Que no te importe lo que diga, la verdad la tienen ambas. Aunque su círculo le apoye, nunca podrá parar de NECESITAR demostrarte que es mejor. Así que, sigue adelante; no te prohibas jamás ser vos y ser feliz otra vez.

~ Viernes 13 de Marzo, de 2020















El infierno

Cuando te levante la voz y te insulte, puede ser el comienzo de un infierno.

Puede ser un infierno a tu alma o a tu cuerpo, creado por un amigo o un amor.

Y de ahí, sólo hay que irse. Sin despedida. Primero vos antes que nadie.














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Pobre de ti

Pobre de ti, porque -aunque dice amarte- no puede olvidarme.

Y me entristece, porque siempre va a buscar caminos de vuelta a donde fue feliz, porque tu amor no le es especial.

Y me encanta, porque -sabiendo lo que perdía- te eligió a ti, eligió un amor mediocre, que siempre va a comparar, porque el mío es sagrado y no tiene igual.

~ Domingo, 29 de marzo, de 2020















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