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➭ Parte tres.



Una semana había transcurrido y los días parecían hacerse cada vez más largos. Yoongi había sobrevivido a la semana con algunos problemas, pero lo logró. Estudió para sus prácticas y leyó un par de libros. Nada fuera de lo común. Ahora estaba frente a la máquina expendedora esperando a recibir su ansiado vaso de chocolate caliente antes de medianoche.

Era jueves y, mientras recibe su humeante chocolate caliente, recuerda cómo sus mejores amigos lo habían interceptado al terminar su última clase para invitarlo a salir a bailar por allí.

Yoongi conocía de sobra las intenciones tácitas de su plan, por lo que no dudó en negarse.

"¡No puedes quedarte en tu cuarto siempre, Yoongi-ssi!" Taehyung había hecho un berrinche ante su renuencia a conocer a otros chicos.

"Solo será una noche, bro. ¿Qué podría pasar?" Hoseok también había intentado persuadirlo.

Escenas borrosas empezaron a reproducirse frente a sus ojos. Luces de colores y música a todo volumen eran parte de sus recuerdos, uno o dos vasos de alguna bebida cuyo nombre no recuerda habían sido explosivas para su autocontrol. Yoongi se coloreó de inmediato, esa había sido la noche más vergonzosa de su vida.

"Estúpido Agust." farfulló, casi gruñendo al recordar la resaca que tuvo al día siguiente y las burlas de Hoseok por su mal humor.

Estaba tan inmerso en su mundo que cuando quiso dar un paso para ir de regreso a su habitación, chocó con alguien más, logrando que el contenido de su bebida saliera volando en distintas direcciones.

Una de ellas fue hacia la persona misteriosa frente suyo.

"¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!" se escuchó un fuerte grito y Yoongi temió lo peor. "¡Caliente, caliente!"

Dos palabras que hicieron que las cejas del mayor formaran una línea recta.

"¿Jungkook?" preguntó mirando al niño de cabello rosado que soplaba y sacudía su polo al mismo tiempo. El menor reaccionó ante el llamado y cuando vio de quién se trataba, gritó aún más.

Yoongi quería que la tierra se lo comiera vivo.

"¡Mini hyung, no se quede ahí y ayúdeme!" El pelinegro escuchó cómo fue llamado y bufó antes de golpearle la cabeza al chiquillo.

"¡Quítate el polo, idiota!"

"¡¿QUÉ?!" Yoongi vio que el más alto no tenía intención de quitarse la prenda mojada, así que él se encargó de ello.

"Eres realmente lento, niño." explicó mientras levantaba los brazos del contrario y le quitaba el polo rápidamente. Algo que se sintió como uno de los doce trabajos de Hércules debido a la dificultad que implicaba tener su baja estatura.

Bueno, quizá estaba exagerando; pero así se sintió.

Una vez con la prenda en sus manos, Yoongi por fin pudo observar el rostro del chico gritón; viéndolo casi del mismo color que su cabello por encontrare expuesto ante su hyung.

Empezó a reírse de la situación, olvidándose de chocolate derramado y su mala suerte por tener que chocarse precisamente con uno de los gemelos Jeon.

"¿Si sabes que no pasa nada porque estés sin polo, cierto?" preguntó burlón. "No estoy interesado en ti o en tus abdominales, Jungkook." lo último lo dijo al inspeccionar mejor al de cabellos rosados. Podría apostar a que ese chico pasaba más tiempo metido en el gimnasio que en su propia habitación.

"Y-yo... ¡Soy Junghyuk, tonto hyung!" reclamó, abrazando su cuerpo. "Mi hermano es el idiota de cuerpo perfecto, y-yo ni siquiera me ejercito lo suficiente..."

Yoongi alzó su mano restándole importancia, planteándose seriamente la posibilidad de regalarle un espejo a Junghyuk para que dejara de decir tonterías. ¡El chico tenía un buen cuerpo! Yoongi ni siquiera se sintió mal por no tener abdominales, era demasiado flojo para poner un pie en otro lugar que no fuera la biblioteca o su cama.

"Ya, no hagas tanto escándalo." tranquilizó. "Vamos a mi habitación." Tan pronto esa oración salió de sus labios vio al menor negar como un cachorro asustadizo. "Para darte una muda de ropa." explicó sonriendo. "¿Por qué tan nervioso? No voy a comerte."

Junghyuk vio al mayor recoger el vaso del suelo, para luego alejarse en dirección contraria, y decidió seguirlo a una distancia prudente. Entonces meditó bien las palabras del mayor y habló.

"Yo no quería incomodarlo." empezó un poco nervioso. "Ya sabe, creí que era hetero y podría... n-no sé, hay muchos rumores sobre..." se detuvo al chocar nuevamente con la espalda de su hyung, quien volteó a verlo con el ceño fruncido.

"Bueno, yo no tengo etiquetas. Me enamoro de la persona, eso es todo. Así que puedes respirar tranquilo." Junghyuk hizo lo ordenado, liberando al aire por su boca, haciendo reír al mayor. "Además, no es como si nunca hubiera visto a un chico sin polo." la tensión disminuyó entre ellos y Yoongi decidió preguntar mientras empezaba a caminar de nuevo. "¿Puedo saber dónde está el otro repetido?"

Junghyuk bufó por el mal chiste, aunque sonrió un poco, ya estaba acostumbrado.

"Salió a bailar con Jimin." se alzó de hombros cuando Yoongi se detuvo frente a su habitación y luego la mantuvo abierta para dejarlo pasar. "Yo estaba por alcanzarlos, porque me toca ser el conductor responsable, pero choqué con usted y... bueno, creo que tengo que llamar a mi hermano para decirle que tardaré un poco."

El pelinegro fue rápido en cerrar la puerta y caminar hacia donde tenía guardada su ropa. Le lanzó un polo negro suyo que tenía por ahí y asintió. De algún modo u otro, Jimin nunca llegaba temprano los jueves, al menos no hasta después de medianoche. Saber que estaba con Jungkook lo desestabilizó en cierta parte. La mayoría de estudiantes allí creía que eran pareja porque siempre estaban juntos y riéndose entre sí, compartían bebidas y pasaban los recesos sentados en la cafetería; así que no estaba sorprendido de que Junghyuk estuviera aquí, quizá los otros dos querían un momento de privacidad.

Vio cómo Junghyuk sacaba las llaves de su auto y se alisaba el cabello, mirándose al espejo para comprobar que lucía bien. Yoongi rodó los ojos y le lanzó la almohada más cercana para despeinarlo.

"¡Hey!" se quejó el rápidamente. Aunque fruncía el ceño como si estuviera molesto, su sonrisa lo delataba. El menor entrecerró los ojos en dirección al pelinegro y corrió hacia él.

"¡Detente, repetido!" Yoongi empezó a reírse y corrió lejos de otro, subiéndose sobre su cama para evitar al menor.

"¡Soy Junghyuk, hyung!" gritó eufórico, riendo también y buscando algo que pudiera usar a su favor como arma de ataque. Sus ojos saltaron hacia la mesita de madera puesta al lado de la cama donde Yoongi estaba armando una resistencia con sus sábanas. Con curiosidad dejó de jugar con el mayor y se fijó en la cantidad de periódicos que sobresalían del primer cajón. Había un pedazo de papel justo al lado de unas gafas negras y sus manos fueron más rápidas que su cerebro, pues no pensó dos veces antes de tomarlo sin cuidado, dándose la sorpresa de su vida.

"¿Por qué tienes los poemas de...?" selló sus labios antes de soltar un disparate. Cubrió su boca con nerviosismo y su respiración se cortó cuando vio la cabeza curiosa del pelinegro sobresalir de su escondite.

"¿T-tú conoces a P.M?" inquirió, desenredándose de las sábanas y poniéndose de pie para llegar a donde estaba el muchachito, tomando sus lentes y poniéndoselos rápidamente. "Oh por Dios, Junghyuk. ¡Tú sabes quién es!"

"Y-yo n-no sé de qué está hablando..." mintió con dificultad. Jungkook siempre le decía que era el peor ocultando cosas. Desde pequeño había sido así y ahora tenía que darle la razón a su gemelo.

"¡Por favor, dime quién es!" Yoongi habló tan rápido que Junghyuk tuvo problemas para entenderlo. De pronto parecía haberse olvidado de todo lo anterior y caminaba dando vueltas, moviendo sus manos al hablar. "No puedo creerlo, en serio. ¡Es increíble!"

"P-pero..."

"¿Cómo es?" Yoongi seguía hablando con una sonrisa. "Oh no, no. Mejor no me digas, quiero llevarme una sorpresa cuando lo vea."

Entonces Junghyuk unió la información recién dada y abrió sus ojos, preguntando con sorpresa.

"¿Por qué quiere saber sobre él?"

"¡Es un chico!" Yoongi casi suspira y Junghyuk quería lanzarse de algún tejado por su torpeza. "Taehyung nunca quiso creerme, pero ahora... ¡tendré que decírselo!"

"Uh... hyung, aún no ha respondido a mi pregunta."

Yoongi detuvo su andar intranquilo y miró al menor con una sonrisa, sus mejillas adquirieron un tenue color rosa que podría haber pasado por desapercibido de no ser porque la luz caía directamente sobre él. A Junghyuk le pareció tierno aquel detalle.

"Podrás saberlo si me dices quién es." Junghyuk negó efusivamente. Yoongi hizo un puchero. "¿Por favor?"

"Uh... lo siento, Yoongi. No puedo."

"¿Ni siquiera una pista?" Volvió a intentar, sin rendirse. "Vamos, prometo que nadie más lo sabrá."

"L-lo siento, hyung." Junghyuk quería salir de ese lugar lo más rápido que le fuera posible. "M-me tengo que ir ahora, y-yo... ¡lo veo en clases!" Dijo, sin darle oportunidad al mayor de refutar, cuando salió corriendo de su habitación.

"Pero tú estudias educación..." murmuró levemente perdido.

Se desplomó sobre su cama, la boca abierta del asombro. No pasaron más de dos segundos y Yoongi ya estaba poniéndose sus nuevas gafas y vistiéndose con ropa decente para salir en busca de Junghyuk.

No iba a rendirse fácilmente.














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Jimin estaba aburrido. Bueno, estaba más que aburrido sentado en el mismo lugar desde hace una hora, casi pudo estar dormitando de no ser por la música de fondo que invadía sus oídos. Bebió de la pajilla con cuidado, probando el sabor amargo de su bebida, haciendo una mueca graciosa que hizo reír a su acompañante.

"¿Por qué lo tomas si no te gusta?"

"Bueno, Agust pidió esto esa noche." Se encogió de hombros, arreglándose el cabello hacia atrás. "Sigo intentando adivinar qué fue lo que le gustó de esta asquerosa cosa."

"Chim, por favor." Jungkook se burló. "¿No crees que estás siendo muy exagerado?"

"Nope." Negó con la cabeza, bebiendo otro trago. "Tú no superas a chicos como Agust, Kook. No puedes."

"Ya vas a empezar de nuevo." El de cabellos castaños bufó. "Bueno, antes de que empieces con tus cursilerías sobre tu chico menta iré al baño." Se puso de pie, bajando su vista al reloj que tenía en su muñeca. "Qué raro, Junghyuk no llega todavía."

Jimin frunció el ceño, apoyando su barbilla sobre sus manos. "Cierto. Seguro se perdió en el camino observando una luciérnaga."

"¿Luciérnagas en Londres?" Jungkook sonrió. "Será mejor que no tomes más de eso, Chim. O tendremos otro Agust para mañana."

"¡Yo solo quiero al verdadero Agust!" Jimin gimió de frustración, ocultando su rostro con sus manos. "Es injusto, ¿por qué tenía que tomar tanto esa noche?"

Jungkook desordenó sus cabellos en un gesto de picardía, animándolo a no detenerse a pensar mucho en ese detalle.

"Solo no tomes mucho ahora. Mantente pegado a la barra y grita si alguien te toca." Vio a Jimin asentir con los ojos cerrados. "No, mejor grita si alguien te habla."

"Pareces mi mamá." Jimin bromeó, ajeno a la mirada que el castaño le daba. "Uhm, no. Pareces mi hyung." Soltó una risita nerviosa. "Jungkook hyung."

"Uh... cállate de una vez." Jungkook reprimió una sonrisa. "No olvides gritar."

"¡Lo haré, hyung!" Jimin asintió feliz, viendo a su mejor amigo alejarse, sumiéndose nuevamente en su soledad. Miró con un puchero a su vaso medio lleno y le habló somnoliento. "Parece que somos solo tú y yo, amiguito."

La canción movida que había estado sonando desde el principio terminó de repente. Jimin alzó su cabeza curioso por saber qué era lo que había detenido la música. Aquel cambio no duró mucho, pues la discoteca se llenó de una nueva canción, movida y sensual. Jimin la reconoció al instante.

Era la misma canción que había bailado con Agust.

Su corazón latió apresurado, queriendo salir de su pecho. En todos los días que había estado frecuentando ese lugar, nunca había tenido la dicha de volver a escuchar esa canción. Su corazón lo tomó como una señal.

Su respiración se cortó por un momento. Se acomodó mejor en su sitio, juntando sus piernas con nerviosismo. Observó con detenimiento cada una de las personas allí presentes, en busca de una cabellera verde menta. Su mirada fue directo a la entrada, justo en el momento en el que entraba un chico. Por un segundo pensó que se trataría de Agust y su corazón bailó de alegría, hasta que notó la cabellera rosada brillante.

Bajó la mirada con decepción y cierta melancolía. No era nadie más que Junghyuk.

"¡Jimin-ssi!" logró escuchar sobre la música, la voz de su amigo cada vez más cerca. "Jimin, ¿qué es lo que...? ¡AAAAH!"

"¡Repetido!" alguien gritó. Jimin ladeó la cabeza y miró al frente, creyendo haber escuchado mal. "¡Habla conmigo!"

"¡¿Q-qué está haciendo aquí, mini hyung?!" Junghyuk tartamudeaba mirando a un chico de baja estatura. Tenía lentes negros y el sweater beige de Yoongi. Jimin intentó centrar su vista en el chico, pero el mareo en su cabeza aumentó repentinamente. Tuvo que agarrarse de la barra para no perder el equilibrio y caerse de la silla. Jungkook tenía razón, nunca había sido un buen bebedor.

"Como vuelvas a decirme mini hyung te juro que..."

"Su voz..." Jimin por fin habló, sus párpados pesaban mientras hablaba y tenía una sonrisa que ninguno de los dos pudo explicar. "Su voz es linda... hyung."

Yoongi giró solo para ver al rubio a punto de caer al suelo.

"¡Jimin!"

Ambos chicos intentaron atrapar al mencionado. Junghyuk avanzó al mismo tiempo que Yoongi lo hizo, impidiéndose el paso entre ellos y chocando para luego caer al suelo, junto con Jimin. La única diferencia fue que la caída del rubio fue amortiguada por el cuerpo de Yoongi, quien ahora se lamentaba el haber perseguido a Jeon.

"Chim, te había dicho que... ¿¡Junghyuk?!" Tres pares de ojos miraron hacia arriba. Un castaño fruncía el ceño en su dirección, Yoongi ahogó un jadeo.

"H-hermanito, h-hola." El gemelo más pequeño saludó su hermano desde el suelo, sonriendo avergonzado. "¿Qué tal?"

"Espera, ¿dónde está Jimin?"

"Aquí, Jungkook-ah." El aliento del rubio llegó hasta el cuello del mayor debido a la incómoda posición en la que se encontraban, tensándolo visiblemente. El olor a alcohol llegó a sus fosas nasales y arrugó la nariz para luego mover el cuerpo del rubio y quitárselo de encima suyo con cuidado.

Yoongi tuvo problemas para pensar luego de ese acercamiento. La voz de Jimin sonaba diferente. Una tonalidad más baja de lo usual, podía atreverse a decir que sonaba más grave y... sexy. Negó con la cabeza ante ese pensamiento. Seguro había sido el golpe.

Vio una mano extendida frente suyo y la tomó sin dudar. Jungkook lo estaba ayudando a levantarse. Una vez en pie, vio el desastre que había hecho.

El gemelo de cabello rosado se quejaba del golpe en el costado derecho de su abdomen mientras que Jimin solo movía su cabeza en círculos.

"Uhm, no quiero ser maleducado, pero... ¿quién eres?"

Yoongi tragó saliva al escuchar al castaño hablarle directamente, mientras estiraba su brazo para llegar a Jimin y poner su peso sobre su cuerpo. Hizo también una seña hacia su hermano y luego este desapareció.

"Yoongi."

"Tu nombre me suena conocido..."

"Estudiamos en la misma universidad. Jimin es mi compañero de cuarto." Se explicó tímidamente. "Es normal que no me conozcas, no tendrías por qué."

"¡Así que tú eres el famoso Yoonbobito!" Jungkook gritó de repente, asustando a Jimin y avergonzando al mayor. "Oh, perdón. Jimin te llama así."

Yoongi abrió sus ojos, sorprendido de que Jimin hablara de él con sus amigos.

"Bueno, ya que estás aquí. ¿Me das una mano? Cuando Jimin toma se vuelve más pesado de lo normal y no deja que lo cargue."

El pelinegro asintió rápidamente y se puso al otro lado de Jimin, para sostenerlo también. El rubio reaccionó casi al instante, abriendo los ojos y mirándolo confuso.

"¿Y-yoonbobito?"

"Uhm. Hola a ti también, pequeño." Le sonrió con esfuerzo, mientras avanzaban entre el mar de personas. Jungkook era el que se encargaba de hacerles paso.

Yoongi vio cómo Jimin le sonreía una última vez antes de caer dormido con la boca ligeramente abierta.

Junghyuk los esperaba en el estacionamiento y fue él quien los llevó de regreso a la universidad.

Los tres se encargaron de meter a Jimin en su cama sin despertarlo. Jungkook le agradeció a Yoongi por haberles ayudado, sin preguntarle cómo había llegado justo a la misma discoteca donde ellos estaban. Junghyuk por otro lado solo se había quedado callado mientras los dos hablaban, temiendo decir algo que pudiera delatarlo.

Cuando los gemelos se fueron, Yoongi por fin pudo respirar con normalidad. Tirándose hacia su cama boca abajo, sin quitarse los lentes.

No tardó nada en quedarse dormido, especialmente porque había sido cansado cargar con Jimin todo el camino hacia su cuarto. Él debía considerar ejercitarse más seguido.

Al día siguiente, cuando Yoongi abrió el periódico esperando ver su ansiado poema, no encontró nada.


























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Tengan una linda noche<3.

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