➭ Parte cuatro.
La música resonaba en los altavoces, llenando el espacio con un ambiente caótico. El humo de cigarrillos llegó hasta la nariz del mayor de los tres, haciéndolo toser. Siluetas en movimiento y contorneándose al ritmo de la canción llegaron hasta su campo de visión. Yoongi gruñó.
"Taehyung, quiero irme." Murmuró, fastidiado. Hoseok le sonrió, dándole una palmadita en su hombro.
"Lo prometiste, Yoongi." El castaño se quejó, haciendo un puchero y pidiendo permiso entre el gentío. "¡Hobi, dile que lo prometió!"
"Yep, lo hiciste." Confirmó Jung, asintiendo. "Solo una noche, hyung." Pidió, puchereando. "Además, te ves apuesto así. Tae hizo un buen trabajo."
El castaño sonrió orgulloso y Yoongi bufó.
"Pero no veo casi nada." Se quejó, volviendo a sentirse extraño por no tener sus preciados prismáticos haciéndole compañía.
"Mentira. Los lentes de contacto no fallan y el gris te queda bien." Taehyung se detuvo de repente, haciendo que los tres se chocaran entre sí. "Hobi hyung, ¿esos son los gemelos Jeon?"
"Oh no. Me voy." Yoongi fue el primero en responder, abochornado. Hoseok lo tomó del brazo antes de que pudiera hacer un movimiento de escape.
"Tú te quedas." Regañó, como si fuera mayor. "Y no creo que nos noten, ambos están divirtiéndose bastante."
Yoongi suspiró, dirigiendo su mirada hacia donde el par de demonios estaban. Los encontró bailando, uno con un chico y el otro con una chica. Ambos tenían el cabello castaño, pero diferentes ropas y Yoongi casi ríe porque a pesar de vestirse completamente iguales él fácilmente podría distinguir quien era quién.
Apostaba todo lo que tenía a que Jungkook era el que bailaba con el chico, de cabello negro y pálido, mientras que Junghyuk era el que se movía torpemente al compás de la música, tratando de seguirle el ritmo a su acompañante.
Taehyung iba a sugerir algo cuando Yoongi soltó un gritito al ver a Jungkook besarse con el otro chico.
"¡Woah!" El de cabello menta sonrió. "Yugyeom no pierde tiempo."
"¿Qué?" Hoseok parpadeó confundido. "¿Lo conoces?"
"Sep. Es el primo de un amigo, muy tierno y todo, pero está incluso más loco que los Jeon juntos."
"Oye, sabes que dicen que Jungkook es un tipo serio." Taehyung lo defendió. "Es el mejor en todo."
Hoseok lo miró intuitivo, logrando que su novio se sonrojara.
"N-no mejor que Hobi hyung." Aclaró, nervioso. Hoseok rio y besó su frente.
"Iré por unas bebidas." Yoongi cortó el momento romántico, recibiendo un "sí" por parte de los otros dos.
Cuando llegó a estar frente al barista, pidió lo más fuerte que tenía. Si iba a pasar una noche en un lugar que no quería, quizá el alcohol podría ayudar a hacer la carga menos pesada. Pensó positivo durante las dos primeras rondas, viendo a lo lejos a sus amigos bailando amenamente el ritmo de la pegadiza música que sonaba en ese momento. Hoseok lo vio de reojo y Yoongi fue rápido en hacerle una seña, diciéndole tácitamente que estaba bien y no debía preocuparse por él.
Parecía que Hoseok iba a reclamar, pero Taehyung lo besó antes de que pudiera hacerlo y Yoongi suspiró aliviado.
A la quinta ronda, todo empezaba a dar vueltas.
Ya no eran Taehyung y Hoseok, sino manchas borrosas de colores dispersas. Yoongi sintió que volvía al primer día que notó que tenía miopía.
Entonces lo escuchó.
"Mmm, en verdad mi vida es miserable." Yoongi cerró los ojos ante el tono grave de voz que llegó hasta sus oídos y los abrió para buscar al dueño de tan preciosa voz.
No tardó en encontrarlo. Alguien con el cabello así de anaranjado y las mejillas de color carmesí brillante, no podía pasar fácilmente desapercibido.
"Creo que los pollitos son más felices que yo ahora." Soltó de repente, bebiendo del vaso con lentitud. Yoongi rio por eso, puede que no esté en sus cinco sentidos, pero eso no opacaba su sentido del humor.
"Si un pollito está a punto de ser cocinado, no estaría muy feliz." Acotó, impulsado por la adrenalina de hablar con alguien nuevo.
El chico de cabello brillante volteó hacia él, sentado a solo un banco del suyo y con los pies en el aire. Se veía lindo, pensó.
"¿Disculpa?" Yoongi sonrió el notar la incertidumbre en su pregunta.
"Me oíste, pollito." Se atrevió a decir, acompañando su oración con un guiño. Si Taehyung lo viera, estaría armando un lío por esa simple acción. Yoongi no coqueteaba muy seguido y menos con tanta facilidad, solía ser menos directo y torpe con sus palabras.
Momento, ¿él estaba coqueteando? Yoongi sacudió su cabeza, pensando. Volteó solo para ver al chico sonreír y relamer sus labios, nervioso, jugando con sus manos. Lo primero que pasó por su mente cuando lo terminó de analizar fue que el chico tenía un buen cuerpo y tenía estilo.
No podía ver mucho por la posición en la que estaba y por el alcohol obstruyendo sus cinco sentidos, pero las piernas del chico daban una vista muy reveladora, mucho más con un pantalón como el que llevaba.
"¿Qué pediste, extraño de cabello verde?" El misterioso y guapo chico volvía a dirigirle la palabra, Yoongi reaccionó al instante.
Cuando giró para darle una sonrisa coqueta, casi se cae. El chico había avanzado un asiento y ahora tenía su rostro a unos cuántos centímetros del suyo. Sus ojos se enfocaron directo a sus labios y Yoongi juró nunca antes haber odiado los lentes de contacto tanto como en ese momento; porque cada vez que se ponía nervioso solía juguetear con sus lentes debido a la inseguridad, pero ahora que no tenía nada de qué sujetarse era mucho más complicado no tener algo con qué aliviar su repentina ansiedad.
Así que hizo lo primero que se le ocurrió y posó su mano derecha en la rodilla del contrario.
"Woah, eres rápido." La voz del otro sonó aguda por la risa que acompañó su declaración y Yoongi trató de no sentirse avergonzado por su atrevimiento. Sus amigos ya estarían fotografiando su gran hazaña.
"¿Quieres?" Ofreció, tratando de cambiar de tema, extendiéndole su vaso medio lleno. El de sonrisa calmada asintió, tomando el vaso con sus pequeñas manos y dándole un sorbito rápido. Yoongi mordió su labio para evitar reírse de la mueca que hizo el chico al probar su bebida. Debía admitirlo, incluso él hizo la misma cara la primera vez que la probó.
"¿En serio te gusta esto?" Hizo una mueca de asco. Yoongi asintió.
"Te acostumbras luego de tres rondas." Explicó, encogiéndose de hombros. El chico rio y la música cambió a una más movida, los ojos del pelinaranja brillaron.
Se puso en pie, tambaleándose primero y le tendió su mano, amigable.
"¿Bailas?" Preguntó y Yoongi quiso negar, porque en realidad él era un desastre con sus pies y no quería quedar mal frente al chico guapo.
Sin embargo, se olvidó de eso un segundo cuando tomó la mano más pequeña con la suya y se puso en pie, siguiendo el chico a la pista de baile.
Yoongi había pasado el suficiente tiempo en Inglaterra como para saber que esa canción era no era de un artista inglés, sino de un norteamericano. Drake, seguramente, no había muchos artistas con ese tono de voz y que se igualara al ritmo pegadizo de su música.
Ya estaba arrepintiéndose de su decisión cuando unas manos se enroscaron en su cuello y el aliento alcoholizado del más bajo llegó hasta él.
"¿Puedo tener tu nombre?" Preguntó, su voz erizando su piel ante la cercanía. Yoongi negó sonriendo, tomándolo de la cintura y acercándolo a él.
"Bailemos." Sentenció y el menor hizo un puchero que Yoongi quiso borrar al instante.
El de cabello menta dejó que sus manos tomaran un rumbo propio por el tonificado cuerpo del contrario y su propio cuerpo se relajó ante las delicadas caricias que iba dejando el más bajo en su cuello y hombros mientras se movían al ritmo de la música.
No había forma de que esa fuera la forma correcta de bailar ese tipo de canciones, ni en un millón de años, pero ¿acaso había algo de correcto en lo que estaban haciendo? Ambos dejándose llevar por la música y el alcohol en sus venas, sin importarle nadie más.
Yoongi empezaba a sentirse más mareado, pero la firmeza del extraño lo detuvo de irse al frente y le agradeció con una sonrisa de lado.
El más pequeño suspiró, acercándose más a su rostro. Para Yoongi la música había dejado de sonar en el momento en el que el chico sin nombre había mordido su belfo, dándole una mirada lujuriosa.
Y solo sucedió.
Tan pronto sus labios se encontraron, sus cuerpos también. No había cómo explicarlo, era tan fuerte como una atracción magnética o alguna fuerza sobrenatural, Yoongi no tenía idea, pero no le dio mucha importancia.
Los labios del menor sabían a menta y a alcohol, pero el contacto de sus manos con su cuello era tierno y delicado, como algodón de azúcar o dulces de leche. Era cosa de otro mundo, se dijo en ese momento, cómo ese chico podía tener un rostro tan pacífico y calmado, pero al mismo tiempo poder devorar sus labios con un simple beso.
Yoongi, aun estando embriagado, siguió el beso como pudo, esta vez teniendo completo uso de sus manos para dejarlas alrededor de la cintura del menor.
Cuando ya sintió la ausencia de oxígeno por mucho tiempo, Yoongi se separó, apenas un poco, dejando al de cabello anaranjado con los labios entreabiertos y una tímida sonrisa en ellos.
"Agust." Murmuró, sonriendo también.
"¿Uh?" El chico volvió a morder su belfo, luciendo aún más seductor que antes. Yoongi perdió el poco raciocinio que le quedaba.
"Mi nombre, pollito. Agust." Explicó, antes de unir sus labios en otro beso apasionado. Recuerda haber soltado uno que otro jadeo durante el beso, incluso unas cuántas maldiciones; pero recuerda también nunca haberle preguntado al otro chico su nombre.
Entonces despertó. Tenía una fina línea de baba sobre su mano que quitó rápidamente y alzó su cabeza para ver que se encontraba en su clase de Teoría Literaria. Taehyung le había tirado un papelito para despertarlo y lo vio hacerle una expresión con su rostro que decía "¿Todo bien?" pero que Yoongi no pensó en responder.
Y la realidad lo golpeó. Soltó un gemido ahogado al unir los recuerdos ahora recuperados de esa noche con su vida actual.
El cabello anaranjado, la sonrisa dulce y los ojos brillosos; todo parecía encajar con la descripción de su compañero de cuarto.
Yoongi se escondió entre sus brazos, ignorando a Taehyung y al mundo entero.
¿Era todo cierto? ¿Podía ser que el mismo chico por el que había perdido la cabeza esa noche sea... Jimin? Suspiró, porque no había duda. La única diferencia era el cabello, pero lo demás iba totalmente de acuerdo con el aspecto del estudiante de Comunicación Social.
"Besé a mi compañero de cuarto." Murmuró, alzando su cabeza de su escondite y recibiendo la mirada desaprobatoria de su profesor de curso. "Y me gustó."
La vida en serio odiaba a Yoongi.
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