Caminaba cada mañana por mi café en la cafetería "Dulces placeres". Dónde ahí vi tu rostro, un rostro con unas facciones tan bien definidas, como también un cuerpo muy esbelto y bien formado. Qué me quedé realmente impávido al verlo. Caminabas como cualquier otra mesera del lugar pero mis Ojos y mi cerebro veían el lento caminar de tus zapatillas color blanco y tu uniforme color rojo.  

—!Hola!, soy Jazmín y seré quien te atienda hoy. ¿Ya tiene pensado que va a ordenar ó regreso en unos minutos?.

Su Voz, ¡Carajo!. 

—¿Joven?.

—Si, perdón quiero un café americano chico y unas tostadas francesas cubiertas de mermelada de fresa, por favor. 

—Ok, en un momento se lo traigo. 

Al termino de desayunar, le dejé 50 pesos de propina y mi número de teléfono. Regresé de nuevo y ella misma me estaba atendiendo,  no me atrevía a decirle que estaba perdidamente enamorado de ella. Hasta que un día en la noche ella me invita a pasar a su recámara y nos besamos y pasamos la mejor noche de este frio invierno. 

Jazmín y yo éramos inseparables nos queríamos mutuamente, hasta que un día, ella con lágrimas en sus ojos negros me dijo: Amor, me tengo que ir fue muy bonito lo que pasamos, nunca me borraré tus besos y tus caricias tan lindas a la hora del amor. Te amo. 

Pero Jazmín ¿A dónde te vas?. Si me imagino a donde, te extrañaré muchísimo recuerda que este hombre es tuyo cariño. 

Y me despedí de ella con lágrimas en mis ojos, lloramos abrazados hasta que llegó el sonido "El vuelo 412 con Destino a Moscú Rusia está a punto de partir". 

Fin.