Protección
Acéptalo, crecí.
Ya sé cuidarme sola y distinguir a alguien bueno y malo.
No es que tu protección me moleste.
Es que ya es demasiado excesiva.
No puedes dejarme hacer algo y de la nada cambiar de opinión.
O que me digas que nunca salgo ni hago nada.
Pero ¿Cómo salir si no me lo permites?
¿Cómo si cuando quiero hacerlo me dices que siempre lo hago?
A veces tu bipolaridad me exaspera.
Y ni siquiera puedo decírtelo.
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