XII.
No hablo sobre mi dolor con cualquiera porque quiero aparentar ser fuerte, que mi familia no tenga que preocuparse por mí, puedo reparar algo roto en mi interior porque no me gusta que alguien entre para intentar ayudarme y terminé rompiéndome en más pedazos, aquellos que saben como en realidad me siento hacen lo que pueden para que vuelva a ser feliz, esas personas son tan increíbles y maravillosas que merecen un espacio en los campos elíseos.
Mi verdadero consuelo funcional es la luna, las estrellas me alivian del pesar en mi corazón y el sentimiento de ser incomprensible, mientras, el satélite natural de nuestro hogar se hace presente cada noche en mi ventana abrazándome tal como una madre, repitiendo con un dulce suspiro que todo estará bien.
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