En su escritura, mis pupilas se dilatan
Aquellas dulces palabras, que me encantan
Somos dos jóvenes enamorados
Los que a escondidas se ven por los barrios.

Un manjar místico velar por la noche
Y suspirar al sentir el reproche
Pasear por los rincones en el coche
Es que nadie nos entiende, somos un caso perdido.

Mientras el olor a lavanda se sube a la carta
Los suaves aromas me hechizan
Mi ánimo se refleja en la cama,
Mis latidos, el aroma poco a poco hipnotiza.

Las pispiretas letras que escribe son mi medicina
Esos garabatos sinceros que me dejan sin aliento.
Me quitan los ángeles de encima
Y a mis testigos se los lleva el viento.

Tras el papel se alumbra el sol
Y en la tinta se proclama la canción
Un recuerdo que tiene el mayor valor
Una sensación que no la compro ni hoy.

Me llenan de vida las escondidas promesas
En su letra observo su presencia
Sensibles mariposas hacen que florezca
Mi amor por su esencia.

—tus garabatos, hacen que me enloquezca.