Al cantar de la lluvia.
Antiguos recuerdos han vuelto a surgir.
Su chisporotear salpica mi alma
gota a gotita me e empapado de un hermoso recuerdo.

Junto a mi madre pasé horas de lluvia, que en mi infancia son los más simples y hermosos recuerdos.
Recostado en su pecho.
Su latir me conformaba, su latir me acariciaba como solo madre lo hace.

Esas horas, son mi recuerdo más preciado, más atesorado.
Ni el galeón más repleto de oro, gemas, texturas y sabores han de ser motivos para vender tal tesoro, que solo yo sé apreciar.

Madre, tú que eres mi primer amor.
Acaricia de nuevo los cabellos de tu hijo.
No permitiré que Cronos consuma tú recuerdo.
Porque está asegurado en el centro de mi corazón, bajo una capa de diamantes fundidos en el sol.

Mi primer amor, quien me consolaba cuando caía.
Solo tú me amaste desde que mi corazón se encendió.
Quien me ama sin condición.
El paso del tiempo no apagará mi amor por ti, mucho menos la muerte.
Porque te haré eterna en las líneas y el recuerdo.
Porque lo que dicta mi corazón queda, se queda plasmado en las líneas que canto.
Si pudiese escoger que mujer me diese a luz, os escogería mil veces a ti, sin la mínima duda.

Porque si no fueses  mi madre, no sería quien soy hoy.
Gracias a ti, quien me hizo el hombre que soy.
Te debo la vida, y si tuviera que dar mi vida por ti, no lo pondría en duda.
Porque eres mi madre, y la mujer que amo con todo mi corazón.