Extraño lo que fuimos, 
esas veces en que poco importaba el mundo, 
cuando la distancia era apenas un susurro 
y tú y yo, sin más, éramos 
una sinfonía de dos, 
ausentes del resto, 
pero tan presentes en nuestro universo. 

Qué maldita ironía, 
que el destino, caprichoso y cruel, 
nos trajera hasta aquí, 
a la ruptura de un amor 
tan puro, 
tan hermoso, 
tan joven, 
tan imposible. 

No sé si han pasado días o siglos, 
el tiempo se ha vuelto un eco distante, 
te escribo desde este vacío que me consume, 
muerto, maldito, enfermo, 
sin saber cómo estás tú, 
sin saber cómo estaríamos nosotros 
si ese amor no se hubiera desvanecido, 
si esas partes de mí no se hubieran quedado flotando en el aire, 
esperando por ti. 

Y yo espero, 
pero no voy, 
te extraño, 
pero no lo digo. 
Ojalá lo veas, 
porque las fuerzas no me alcanzan para hablar, 
pero lo pienso, lo siento, 

Extraño lo que fuimos, 
y anhelo nuestro amor. 
Este vacío, 
solo podría llenarse con tu amor.