El arte de amarte
Y me lo piden a menudo,
como si fuera tan fácil desplegar el alma en palabras,
como si las palabras no dolieran cuando encuentran su destino.
Creen que es solo escribir de cualquier cosa,
pero no saben, no comprenden,
que cada letra es una herida,
que cada verso tiene un destinatario preciso,
que mi poesía, mi voz,
te pertenece a ti,
siempre a ti.
El arte de amarte proviene de sentirte,
de saber que, en ese rincón de tu pecho,
hay un refugio donde puedo ser,
sin máscaras, sin prisas.
Que las palabras no siempre bastan,
que a veces, solo el silencio
puede narrar lo que mis manos no alcanzan a tocar.
Y a ratos te pienso, pero no te veo,
es en esos momentos cuando el mundo se apaga,
cuando las distancias se vuelven inmensas.
Pienso entonces en formas de hablarte,
en cómo encontrarme contigo
en los pliegues del destino,
en los rincones de este vasto mundo.
Pienso en la falta que me haces,
en la fragilidad de tenerte,
y concluyo, siempre,
que prefiero sentirte.
El arte de amarte proviene de pensarte,
y no es un pensamiento fugaz,
es un acto sostenido,
un susurro que se prolonga en el tiempo,
en los sueños que comparto contigo,
a ratos, en lapsos eternos.
Imagino que somos más que dos jóvenes perdidos en esta inmensa tierra,
que nos pertenecemos en la eternidad de un abrazo.
Pienso que soy tuyo,
que me guardas un espacio en tu mundo,
en tu vida.
El arte de amarte es preciso,
y sí, cuesta pensarlo,
porque en cada pensamiento reside la posibilidad
de que el amor se disuelva en la incertidumbre.
Pienso en ti,
en lo que amo,
en lo que somos,
en lo que aún no tengo.
Imagino los posibles desenlaces,
y en la trama de lo que podría ser,
veo cómo el futuro se mece entre las sombras.
Lo pienso y digo:
es una posibilidad.
Lo deseo y pienso:
ojalá que fuera un cero.
¿Y qué más quieres?
Ya te lo he dicho,
no te olvido.
Te juro que te pienso a cada instante,
en esos ratos de soledad que parecen interminables,
en el dolor profundo del vacío.
En mi arte te tengo,
te pienso,
lo digo,
y te quiero.
Mi arte proviene de amarte,
de sentirte,
de pensarte.
Y no creo poder olvidarte porque vivo de mi arte,
y mi arte eres tú.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro