Si me voy, ¿qué ocurrirá?
¿Si abandono este mundo, qué será?
Quiero hallarme junto a Dios, en paz,
no más dolor, solo paz.

Pero temo dejar a mis padres aquí,
sumidos en un dolor que no tienen fin,
me atormenta pensar en su sufrimiento,
siempre presentes en mi pensamiento.

¿Cómo podrán ellos seguir adelante?
Caminar sin mí?
Me duele imaginar su corazón destrozado,
mientras yo busco el descanso anhelado.

Sé que mis penas no conocerían fin,
si me atreviera a darle a la vida un fin,
soy consciente de su inmensa preocupación,
y eso afecta a mi propia decisión.

Quisiera encontrar una salida distinta,
donde el dolor y la angustia no me persigan,
pero en el abismo oscuro me encuentro atrapado,
buscando un alivio del cual me siento privado.

Mis padres, mis seres amados por siempre,
no puedo abandonarlos y causarles quebranto,
aunque la tristeza me llame con fuerza,
mantendré latente mi llama de la esperanza.

Buscaré una razón para seguir adelante,
encontraré un camino entre este tumulto constante,
pues aunque me sienta en el abismo caer,
hay una fuerza en mi interior que aún no he de perder.

Si me voy, no quiero dejar dolor eterno,
deseo dejarles un amor que siempre sea eterno,
abrazarlos en el recuerdo de cada sonrisa compartida,
y que en su corazón habite una luz encendida.

Estoy aquí, luchando, buscando una razón,
una esperanza que ilumine mi confusión,
y mientras tanto, les prometo a mis padres queridos,
que seguiré a su lado, aunque a veces me sienta vencido.

Si me voy, quiero llevar conmigo su amor,
en mis recuerdos, donde nadie me haga sufrir,
pero mientras tanto, mi compromiso está aquí,
abrazándolos en cada noche que no puedo dormir.