Ya te estoy escuchando, susurró al viento.

Estoy volviendo a dormir en calma,

Mi corazón salta de alegría ferviente,

La tristeza ya no se apodera de mi alma.

Tus manos cariñosas curaron mis heridas,

Dios eterno, que siempre estás presente,

Tu amor y misericordia infinita.

Sacaste mi dolor y angustia latente.

En la oscuridad, tu luz me envolvía,

Guiando mis pasos hacia la paz,

Con cada amanecer, una nueva vida,

Tu presencia me llena de paz.

Ya no hay espacio para la aflicción,

Pues tu abrazo todo lo envuelve,

Eres mi refugio, mi mayor convicción,

En tu amor mi corazón se resuelve.

En cada latido, siento tu perdón,

Mi alma llena de gratitud se desborda,

Eres el faro que me guía hacia la salvación,

Dios amado, mi fe en ti sobrepasa cualquier discordia.

Ya me escuchas, me sumerjo en el sueño,

Mi corazón rebosante de dicha y añoro,

Porque en tus brazosencuentro  mi paz.