La taza del Sombrerero
Loco, loco, loco,
el sombrerero está.
¡Su preciada taza no puede hallar!
-¡Oh, no! ¿Ahora qué haré?
¡Pues esta fiesta de té
prolongarla más no podré!
Su amiga, la liebre, busca sin cesar.
Entre teteras y mermelada
La taza no podrán encontrar.
-¡Si no se apresuran ya
La Reina de Corazones
los degollará!
Decía el conejo señalando su reloj
que de su bolsillo sacó
y los minutos restantes
su tic-tac indicó.
-¡Aquí la dejé! ¡Debe de estar!
Como el caliente té
que hirviendo está
junto al plato de mantequilla.
-¡Suficiente! ¡La Reina exige su presencia!
Las cartas-soldado, a la fuerza
se los llevaron, mientras
la celebración en el castillo finaliza.
-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estaban?
¡No ven que mi ceremonia casi acaba!
Si su excusa no es buena,
¡Perderán la cabeza!
Decía la Reina al señalarlos con desdén,
esperando que sus argumentos den.
El Sombrerero un paso adelante,
reverenciando sin temor, dio.
-¡Encantadora se ve hoy,
Roja Majestad!
igual que las rosas no blancas
del jardín real.
Se ha perdido un objeto
de extrema importancia
que aportaría a esta fiesta
un extra de elegancia.
-¿Y de qué clase de artefacto
estamos hablando?
Cuestionó seriamente
observando a todos los presentes.
-Pues verá... ¡Lirón!
Gritó al mirar más allá
por sobre la cabeza
de la fastidiada reina.
Todos elevaron su mirar
hacia el cielo, viendo
la preciada taza flotar
sobre todos ellos.
-¡La taza he encontrado!
¡El juego he ganado!
Desde el interior de la taza
flotante, Lirón su cabeza
asoma triunfante.
-¿A qué te refieres?
Interrogan los presentes,
y debajo de Lirón y la taza,
algo se materializaba.
Una gran y felina sonrisa
pronuncia con diversión:
-Yo reté a Lirón,
a encontrar esta vasija.
-¡Gato Cheshire!
Por ti no encontraba su tesoro
el SombrereroLoco.
acusó la loca Liebre.
Pasando de ella,
el gato se dirigió a la reina.
-De este juego ser responsable
¡Me declaro culpable!
Sin embargo, el evento
continuará sin altercados
ya que aquí todos estamos
y a la Reina Roja honramos.
Halagada por los cumplidos
del sonriente e invisible felino
todos tomaron su lugar
para comer y tomar té sin par.
Con tranquilidad todo transcurría,
lo que lleva a pensar,
que al menos esta vez,
nadie la cabeza perdería.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro