V. pétalos cort dos bajo la luna
Eran las diez de la mañana y los estudiantes de la reconocida y prestigiosa Golden Seoul School corrían por los pasillos tras el cierre de sus dos primeras clases, la mayoría dirigiéndose al vestíbulo del edificio principal.
El tumulto de jóvenes era bastante, incluso algunos profesores comenzaron a intervenir para que nadie saliera lastimado entre tanto caos.
—Necesito ver en qué puesto estoy —dijo una chica.
—¿Crees que subí algún puesto? —cuestionó un joven a su mejor amigo.
La nómina de lugares académicos había sido publicada, como todos los primeros lunes de cada mes, dejando ver qué estudiantes tienen los mejores a peores promedios de su grado.
De a poco comenzaron a escucharse los lloriqueos, los lamentos y los gritos de alegría junto a las felicitaciones o consuelos. El ambiente era tan variado que podía llegar a ser agobiante.
Cuando el reloj marcaba las diez con quince la mayoría de alumnos ya se habían ido del lugar, solo quedaban unos pocos que habían llegado tarde y, por ende, quedaron más atrás.
Taehyung llegaba justo en esos momentos, mantenía un caminar tranquilo e incluso torpe, en su mano derecha tenía una caja de jugo de frambuesa a medio tomar y la otra estaba dentro del bolsillo de su blazer azul.
Kim distinguió la cabellera color cobrizo frente a la nómina, por lo que sonrió de lado por volver a encontrarla.
—Otra vez nos volvemos a encontrar aquí, Choi —dijo una vez llegó al lado de la chica—. ¿Crees que podría ser obra del destino? —preguntó mientras acercaba su rostro al de ella, por lo que la fémina, adelantando al acto, detuvo la cercanía ajena posicionando su dedo índice en la frente del castaño.
—Pues el destino me ha dejado en segundo lugar debido a ti, Kim, otra vez —contestó de mala gana viéndolo por el rabillo del ojo.
El castaño sonrió en grande y con la izquierda capturó la mano ajena para alejarla y rompiendo así la distancia, lo que causó un sonrojo en el rostro de la chica.
—¿Otra vez estás molesta porque te gané, Lenn? —presionó la nariz de la pelirroja de forma juguetona y se alejó, a la vez que liberaba su mano—. Si te molestas por eso echarás a perder tu fachada de princesita alemana —la molestó, por lo que la chica se cruzó de brazos e hizo el amago de irse, pero el contrario la detuvo sosteniendo su antebrazo—. Es una broma, muñeca, no te amargues... —Choi mantuvo el silencio—. Ay, dulzura, no seas así.
—Du verdammtes fischköpfiges Arschloch —contestó mientras se libraba del agarre ajeno y volvía a verlo de frente—. lch hoffe, dein Penis bricht.
—Esa es mi chica —dijo para luego remojar sus labios y morder el inferior—. Sabes que me encanta cuando me insultas en alemán, podría decir que hasta me prende —se sinceró.
La chica lo miró seria un par de segundos, para luego estallar en risas y el castaño la acompañó en ello.
Lenna Choi era quien le seguía a Taehyung en los primeros lugares, además de ser sumamente inteligente, la chica es coreana-alemana, su padre es coreano y su madre alemana, entregandole así a la fémina un cabello liso color cobrizo junto a un par de pequeñas pecas y unos ojos medianamente rasgados, además de una contextura delgada y alta. Hija única de aquel matrimonio internacional, heredera de toda la fortuna Choi, quienes son dueños de una importante aerolínea, y de la boutique de su madre, quien además de diseñadora de modas fue modelo.
La joven estuvo casi toda su vida en Alemania, pero hace tres años vino a Corea del sur para poder adecuarse a las costumbres de su otro país, practicar mejor el idioma y tomar riendas en el negocio de su padre.
Taehyung no la conoció de forma inmediata cuando ella ingresó a la escuela, supo del alboroto por la "Princesa alemana", pero no era de su importancia, así que fue muy irrelevante para él... Hasta que se topó de frente con una situación.
Tras un año a su llegada a Golden Seoul School, Lenna salió del lujoso restaurante en el que estaba cenando tras una discusión con su padre y, aunque ya había estado viviendo en Corea hace un año, aún no lograba identificar todas las calles ni cómo tomar atajos.
Sin celular ni billetera, la pelirroja estuvo yendo de calle en calle y de callejón en callejón.
Taehyung en esos tiempos aún estaba descarrilado, aún seguía asistiendo y participando en el club de pelea y apuestas, y es que encontrarse con Lenna lo devolvió a su "yo" real, a pesar de que ese encuentro fue traumático para la pelirroja, una parte de Taehyung le agradece al destino por ponerla en ese callejón y él lograra salvarla, para que ella lo salvara.
Las calles estaban a oscuras, algunos faroles no funcionaban por aquella zona de la ciudad, la zona de mayor peligro de Seúl, y Choi vagaba tratando de encontrar el camino a casa. Taehyung estaba con su "representante", quien era conocido como "Veneno" y era un hombre de más de cuarenta años medio calvo que organizaba sus peleas, dejándole el 40% de ganancias a él y el resto se lo apropiaba.
Mientras Taehyung caminaba junto a aquel hombre y este le contaba sobre las próximas peleas que tendría que protagonizar, unos pasos tambaleantes se escucharon desde un callejón a su izquierda, y en esos momentos no le importó, hasta que ella habló.
—D-disculpa, ¿sabes cómo llegar al condado Beverly? —dijo la chica que le tomó del brazo.
Pero antes de que pudiera preguntar qué hacía una chica de su escuela rica por esos lados o decir algo sobre por qué diablos andaba sola en esa zona, escuchó un susurro cerca de su oído, proveniente del hombre a su lado.
"Has guardia, y si quieres te unes luego".
La pelirroja se quedó a la espera de que Taehyung le respondiera algo, pero este se quedó estático, no pudiendo creer lo que acababa de oír, y el mayor tomó aquello como afirmación, por lo que apresó el brazo de la chica y la empujó a arrastras de vuelta al callejón.
La chica gritó tan fuerte que su garganta de seguro se debió ver afectada y Taehyung comenzó a temblar, porque él también comenzó a temer, pero él se había metido a ese mundo de forma voluntaria y lo que ese hombre le haría a la pelirroja no sería voluntario.
Una vez salió de su shock inicial, corrió hacia el callejón, en donde el hombre tenía acorralada a la pobre adolescente sobre unas bolsas de basura, y, con el impulso de la corrida, le dio una patada en las costillas, dejándolo momentáneamente en el suelo.
Tomó la muñeca de la fémina y la jaló detrás de él, listo para recibir los golpes del hombre y para defender a la pobre chica.
El viejo se levantó, dejando ver su figura robusta y alta, pero Taehyung no flaqueó y mantuvo la guardia en alto.
—¿Qué mierda crees que haces, niño? —gritó con la voz rasposa y se limpió los pantalones con su derecha—. Te dije que tenías que hacer guardia, imbécil, no que te hagas el héroe.
Taehyung tembló un poco, porque realmente era un niño comparado a ese hombre de casi cincuenta años, él tenía dieciséis, pero no podía dejar que, a la que probablemente era su compañera, le pasara algo.
El hombre se acercó a darle un puñetazo en el rostro, que por mera suerte él logró esquivar, pero el golpe con la izquierda en sus costillas no lo pudo evitar; aún con aquello pudo darle un golpe al otro en su miembro. Veneno se inmutó un poco, pero tomó los cabellos de Taehyung y lo levantó del suelo.
—Puede que seas mi favorito a la hora de pelear, V —el menor posó ambas manos en la muñeca del otro—. Pero más te vale acatar las órdenes o serás tú quien tenga el destino de esa perra.
Pequeñas lágrimas se escaparon de los ojos color miel de Kim, pero su ceño fruncido indicaba que él no iba a rendirse, lo cual se demostró a los segundos.
Con su fuerza central y atrayendo con sus manos la muñeca ajena hacia abajo, Taehyung con su pierna derecha le dio una patada en el tórax, la cual tomó como impulso para que su izquierda se enredara en el brazo del hombre. Veneno alcanzó a reaccionar cuando la siguiente patada, de la misma pierna derecha, estaba por llegar a su rostro, mas no quitó su agarre en el cabello castaño del menor, y tomó con su izquierda el tobillo de Taehyung.
—Maldita sea, mocoso —apretó con fuerza el tobillo del castaño—. Deja estos golpes para ganar peleas, no para volverte un crío desobediente.
La joven que permanecía detrás de Taehyung veía la escena aterrada mientras temblaba, lágrimas recorrían sus mejillas y sus manos estaban vueltas puños temblorosos.
—¡Corre! —gritó Taehyung, quien justo en el momento en el que Veneno lo estrellaba contra la pared del callejón—, ¡Vete de aquí!
Lenna no sabía dónde mierda estaba, pero sí sabía quién era ese chico que estaba luchando con su casi violador en aquel barrio de mala muerte. Varias veces se topó con Taehyung en la biblioteca de su escuela o en las mismas clases de materia avanzada, y, si era sincera con ella misma, era hilarante que su crush la estuviera defendiendo, casi que hasta la muerte; y ella no sabía realmente porqué Kim Taehyung estaba en aquella zona, pero le agradecía al universo que él fuera quien la estuviera salvando.
Observó por el rabillo del ojo una pala en mal estado, la cual debía estar allí como basura, y con movimientos silenciosos, y con sumo cuidado, la tomó entre sus manos. Respiró hondo y analizó la situación, Taehyung estaba en el suelo siendo asfixiado por el hombre mayor mientras le daba patadas en el estómago este, era el momento perfecto.
La fémina alzó la pala para darle en la cabeza al hombre, pero este se percató y giró sobre el suelo para usar como escudo a Taehyung, quien recibió el golpe en su espalda. Lenna, asustada por haber lastimado a Kim, soltó la pala, la cual cayó a un lado de Taehyung.
Veneno sonrió con gracias y empujó al adolecente a un lado, quien cayó sobre bolsas de basura y comenzó a tomar bocanadas de oxígeno mientras tosía y se lamentaba. El hombre se puso de pie y pateó la pala mientras se acercaba a la joven con ojos llenos de rabia y lascivia.
—Maldita perra —le dio un puñetazo con la derecha que desestabilizó a la pelirroja y la tomó del cuello con la izquierda—. Voy a disfrutar mucho tomarte y que el otro imbécil nos vea... a ver si comienza a obedecer como se debe.
Veneno se acercó a besar a la menor, quien pateaba con desesperó al hombre frente suyo y rasguñaba con fuerza el brazo y muñeca de este, pero a pesar de ello logró estampar sus labios sobre Lenna, para luego morder con fuerza el labio inferior de ella, dejando rastros de sangre en la boca de ambos.
Lenna lloraba tanto que apenas respiraba, su rostro estaba repleto de lágrimas, sangre caía desde su mentón, su cabello estaba hecho un desastre y temblaba tanto que parecía una hoja en otoño.
Y cuando la joven creía todo perdido y comenzaba a sentir las asquerosas manos del hombre desabrochar su camisa a jalones, pudo ver a Taehyung correr, con mucha dificultad y la pala en mano, hacia ellos.
Primero fue un golpe, el cual fue directo a la cabeza, y el hombre cayó aturdido al suelo junto con una gran herida sangrante en su cabeza.
Lenna volvió a tocar el piso y se puso detrás del castaño, buscando su tan ansiada protección.
Después vinieron los segundos golpes, el cual fue a las piernas de Veneno, Taehyung le rompió los tobillos y se cercioró de ello con el crujido del hueso.
Lenna vio horrorizada aquella escena y comenzó a temblar, porque tenía miedo de que amara lo que Taehyung estaba haciendo por protegerla.
Y por último vino el golpe final, con la parte trasera de la pala golpeó la cabeza del hombre, dejándolo inconsciente y con otra herida, pero esta vez en el rostro, y con algunos dientes fuera.
Taehyung dio unos pasos hacia atrás y Lenna, con su mano izquierda tocó las del otro, para que este lograra reaccionar y soltara la pala. Las manos del mayor temblaban, pero la pelirroja las sostuvo con determinación y confianza, porque confiaba en Taehyung y tampoco dejaría que aquello se revelara, mucho menos que Kim saliera perjudicado.
—Vamos, Taehyung, hay que irnos —entrelazó su mano con la ajena y este asintió medio aturdido—. Nos iremos de aquí, pero debes guiarme —pequeñas gotas cristalinas descendieron de los irises miel del adolescente, algunas manchandose con tierra y otras con sangre—. Vamos.
Taehyung comenzó a caminar a paso lento junto a Lenna, ambos aferrados a la mano del otro.
En el camino varios se les quedaron mirando, porque un chico sangrante con marcas de pelea y la ropa con basura y sangre, junto a una adolescente vestida de colegiala que tenía el ojo medio morado, rastros de sangre de su labio roto y la camiseta a medio abrir; llamaba mucho la atención, pero como la gente de aquel barrio ya no le sorprendía nada, hicieron la vista gorda.
Después de caminar cogidos de la mano por más de media hora, el castaño se detuvo en una parada de autobuses, por lo que ella también.
—¿Q-qué hacías en esa zona? —cuestionó mientras tomaba asiento en la banca—, ¿Sabes lo peli-
El llanto de la pelirroja lo hizo detener el intento de regaño. Lenna tenía el cabello revuelto, lloraba y moqueaba en demasía, temblaba y el castaño se preguntaba cómo podía respirar.
—Ven aquí... —la tomó del brazo con delicadeza y la acercó a él para abrazarla, quedando ella entre sus piernas que estaban abiertas—. Se acabó, ¿sí? —su voz tembló, pero se mantuvo firme, a pesar de que él también comenzó a llorar—. Ninguno de los dos volverá a esa zona, ¿d-de acuerdo?
Lenna no paraba de llorar y se aferraba a la anatomia ajena como si de eso dependiera su vida, sus puños estaban sujetos al poleron negro de Taehyung y, de alguna forma, el olor a tierra, sudor y sangre que tenía el otro, la calmaban del choque de realidad que estaba teniendo en esos momentos.
Cuando ella logró calmarse un poco más y pudo separarse del mayor, la fémina tomó asiento junto a él en el banco de la parada de buses.
—Me conoces —habló el castaño mientras se limpiaba las lágrimas con la manga del poleron—. Y no es pregunta, es afirmación.
—Me llamo Lenna, soy originalmente de la clase B, pero estoy en las clases avanzadas junto a ti —respondió viendo sus zapatos—. No sé si me hayas vist-
—¿Princesa alemana? —cuestionó mientras se recargaba en la pared de la parada—, ¿eres ella?
—S-sí —rio un poco por el apodo y un leve sonrojo se adueñó de sus mejillas—, ¿me conoces?
La pelirroja imitó al otro y se apoyó en la pared mientras balanceaba sus pies, el silencio los acompañaba de forma amigable.
—Algo así, solo sé que la "Princesa alemana" es pelirroja natural —respondió a la vez que veía sus manos ensangrentadas—. Y por tu uniforme, pues asumí que podrías ser ella.
—Uhm —masculló como respuesta y asintió—. M-me perdí, aún no me guío bien en Corea y salí tras una discusión con mi padre.
—Llegaste al peor barrio de Seúl, Princesita —cruzó sus brazos detrás de su cabeza y sonrió de lado cuando volteó la cabeza para verla—, ¿Cómo mierda llegaste del barrio Beverly hasta allá?
—E-estaba en otro lugar, en un restaurante junto a mis padres —se excusó algo nerviosa—. La cosa es que me perdí y llegué hasta allá... ¿Y tú? —preguntó con cautela—, No parecía que te hubieras perdido.
—Peleas ilegales —dijo sin censura—. Participo en ellas, la gente apuesta en mí o en mi contrincante, y así —dio un suspiro largo—. Ese tipo... era mi representante o una mierda así, la cosa es que él organizaba mis peleas y luego se quedaba con una parte de lo que ganaba.
Lenna asintió lentamente y se tocó con cuidado el labio roto.
—No voy a volver —sentenció mientras veía a la chica—. No pienso volver luego de todo esto, no solo por lo de la pala, sino también por...
—¿Mi intento de violación?, ¿mi abuso sexual debido a los toques asquerosos de ese hombre? —Taehyung tragó duro y bajó la mirada—. No quiero que me veas con lástima o algo, n-no quiero ser la causante de que salgas de tus asuntos o lo que sea, yo-
—Pero lo eres, Lenna —el castaño inhalo y luego habló—. Estar en ese mundo es una mierda, entré ahí porque no sabía en donde descargar mi ira debido a... un problema que no es mi culpa ni mi responsabilidad, pero lo tomé como mío —una lágrima traviesa se escapó y la limpió de inmediato—. Y si seguí en ese mundo, fue porque lo tomé como una especie de refugio de mierda, pero...
Lenna volteó a ver a Taehyung, el chico la miraba atento, pero a la vez tan perdido. Así que posó su izquierda en el rostro ajeno como muestra de apoyo y el otro colocó su mano sobre la de ella.
—Era una mierda total, pero jamás me puse a pensar en los horrores que les acarreaban a las personas que llegaban allí por error —otra lágrima traviesa se escapó del ojo derecho del mayor y ella la limpió con su pulgar—. No puedo volver allí, independiente de si maté al tipo ese o no, porque sería como apoyar la asquerosidad que él quería hacerte —se sorbió la nariz y ella lo jalo hacia su pecho para darle un abrazo y que pudiera llorar libremente.
Taehyung lloró escondido en el pecho de la pelirroja y aferrado a su anatomía mientras ella acariciaba sus cabellos con cariño y consuelo. Y es que él se sentía tan mal por todo, por su sentimiento de culpa por el accidente, por la muerte de sus padres y el estado de Jungkook, además de que le estaba llenando de problemas la vida a SeokJin; se sentía tan mal, pero en los brazos de Lenna sentía paz, sentía calma, consuelo, comprensión y cariño. Apenas acababa de conocer a la pelirroja y ya había intentado dar su vida por ella, quizá como acto de redención ante toda la mierda que él creía y había provocado, o solo porque ya no estaba dispuesto a seguir hundiéndose en aquel mundo que le absorbía el alma.
Pero fuera lo que fuera, el destino los había hecho encontrarse, quizá de la peor forma, pero ahora sentía que tenía a alguien.
Kim levantó la cabeza del pecho ajeno para poder hablar, pero no pudo verla a la cara, así que solo se quedó viendo la cadena de la chica y con su índice de la mano derecha jugó con el dije que colgaba.
—No puedo volver, no puedo hacerte eso —las lágrimas seguían siendo derramadas y la fémina no podía lo increíblemente guapo que se veía Taehyung llorando—. ¿Qué hubiera pasado s-si yo n-no...?
—Tranquilo —tomó el rostro ajeno con ambas manos y limpió las gotas saladas, por fin el mayor la vio a los ojos—. Estuviste ahí, Tae, me salvaste.
—Pero él t-te tocó, Lenna —el labio inferior le temblaba tanto que la chica tuvo que acariciarlo con su pulgar para que se calmara un poco—. Él...
—Él posiblemente esté muerto y así debe de estar, Taehyung —limpió todo posible rastro de lágrimas y habló firme—. Tú nunca estuviste allí, estuviste conmigo en algún parque, ¿de acuerdo? —él asintió obediente—, me encontraste en el parque cerca de la escuela y nos quedamos allí, ¿entendido?
—Sí, lo entiendo.
—Esto nos lo llevamos a la tumba —sentenció mientras ambos se miraban a los ojos—. Vivo o muerto, nosotros estuvimos en el parque.
—Jamás pasamos por aquel callejón —respondió empuñando con sus mano izquierda la camisa ajena—. P-pero la ropa y las heridas...
—A mí me intentaron asaltar, tú me defendiste —puso un mechón de cabello detrás de la oreja del otro—. El asaltante huyó y sobre la ropa... tendremos que deshacernos de ella.
Cuando ambos tuvieron su coartada hecha, se dirigieron a la boutique de la madre de la pelirroja y entraron por la puerta trasera luego de que ella ingresara la contraseña de la puerta. Una vez dentro, buscaron algo de ropa para vestirse y guardaron la ropa sucia en una bolsa, la cual Taehyung se llevó para quemarla en casa, y luego Lenna buscó entre los materiales de emergencia el botiquín, para así ambos curar al otro.
—¿Qué haremos con las cámaras, Lenn? —preguntó Taehyung mientras curaba el labio de la menor—. Fácilmente tu madre puede ver las cámaras.
—Auch —reclamó por el toque algo brusco del otro y este sonrió enternecido—. Sobre eso me encargo yo, mis habilidades con las computadoras podrían llegar a ser consideradas ilegales.
Taehyung se alejó para guardar los utensilios en el botiquín y ella lo vio con determinación en sus ojos.
—Quítate la camiseta —ordenó, a lo que el mayor la miró con las mejillas rojas—. Es para curarte el golpe que te di con la pala, no malpienses mis intenciones, sucio.
La carcajada de Taehyung fue tan bella para la fémina, porque salió tan sincera, tan verdadera, y le fascinó.
—Si tanto insistes —Kim se quitó la camiseta nueva para que la otra pudiera curarle—. Y espero te guste la vista.
Lenna negó con la cabeza y le dio una palmada en el moretón, por lo que el castaño reclamó y ella solo se rio. Pero tampoco podía negar que le encantó tocar la piel morena del otro para ponerle un ungüento y luego rodearlo con sus brazos para colocar las vendas.
Al final de todo, a eso de las tres y algo de la mañana, Lenna y Taehyung ya tenían su coartada concretada, estaban curados, vestidos con ropa nueva y hasta algo maquillados, e incluso comieron algo de chocolates de la boutique.
—Hasta la tumba, Choi —susurró el mayor viéndola a los ojos mientras la dejaba en las afueras de la casa de ella.
—Hasta la tumba, Kim —respondió en un susurro para luego tocar el timbre del portón de la mansión—. Te veré mañana en la escuela, ¿no?
—Sí —asintió con una media sonrisa—. Y ahora somos amigos, ¿cierto?
—Claro que sí —contestó con una pequeña sonrisa—. Cuídate y ten buena noche.
Ambos rieron al unísono y se despidieron con una venia de mano, ese fue el gran inicio de su amistad y de su secreto.
—Deja de decir estupideces, Kim —dijo luego de que ambos pararan de reír.
—Ay, pero si te encantan mis estupideces, Lenn —los dos se dirigieron a la máquina expendedora, en donde Lenna compró unas gomitas y unas papas fritas—. Aww, tan linda.
—Ush, mejor rompo este acuerdo silencioso de comprarte papas en días de nómina —le lanzó las papas y el otro las atrapo con la mano desocupada—. ¿Qué tal tu vida?
—Uhmm —tomó el resto de jugo que le quedaba en su caja y luego la botó en el cesto de basura—. Nada del otro mundo, aunque subí a nivel imperial en Sugar Bomb —comentó orgulloso mientras caminaba junto a la otra en dirección a la banca.
—Por fin vas a lograr llegar a mi liga —se medio burló la fémina y los dos salieron del edificio a las afueras para sentarse en la banca que ya consideraban de ellos—. Espero que subas a nivel 25 imperial al menos.
—Tú y tus ganas de humillarme constantemente —rio un poco y abrió el paquete de golosinas para comer un poco—. ¿Y tú qué tal?
—He estado algo atareada con lo del consejo estudiantil —se sinceró y comió un poco de sus gomitas—. Como presidenta tengo que organizar todo para el aniversario de la escuela y, además, preparar todo para las Olimpiadas todo terreno, en las que también estoy participando.
Ambos suspiraron medio agotados por lo último.
—Pero al menos este es nuestro último año y estaremos juntos —la consoló mientras apoyaba su cabeza en el hombro de ella—. También voy a participar, y si quieres puedo ser líder de equipo, no creo que a los chicos les moleste o quieran ser líderes.
—Tranquilo, yo puedo hacer-
—No quiero que te agobies o presiones o explotes, Lenn —la interrumpió a la vez que le robaba una gomita—. Voy a ser líder de equipo, ¿de acuerdo?
—Pero-
—¿Entendido?
—Ush —negó con la cabeza mientras se rendía—. Lo entiendo, cabeza de pescado —le dio un golpe con sus nudillos en la cabeza del castaño y ambos rieron.
Si Jungkook quisiera ver un entrenamiento de fútbol, estaba seguro de que no sería el del equipo de su escuela, mucho menos en los que Jimin se volvía un idiota prepotente con aires de superioridad.
—¿Acaso no sabes patear una puta pelota, Minho? —dijo el rubio con enfado mientras empujaba al otro—. ¿Cómo puedes ser tan inutil?
El azabache suspiró harto de toda esa mierda y buscó su agua, porque en las gradas no había sombra y ya estaba que se mataba para dejar de soportar ese calor de mierda.
—Hey, Kook —escuchó, por lo que volteó a ver—, ¿Qué tal todo?, ¿no tienes calor?
Hoseok había trotado hasta él y tenía la camiseta del equipo de atletismo puesta, así que suponía que también estaba entrenando para las olimpiadas.
—Me estoy asando aquí, son las putas diez de la mañana y el sol me pega en la cara como si fuera su afición más grande —contestó de mala gana—. ¿Estás entrenando también?
—Sí, las olimpiadas se acercan y debemos ganar —se sentó a su lado—. Aunque el premio mayor se lo ganan los del equipo del área académica, nosotros en el área deportiva ganamos dinero o material acorde al deporte que practiquemos y ya.
—Hyung me comentó algo sobre ello, dijo que ganaban el dinero y un viaje a Londres —ambos suspiraron—. Ojala tener el cerebro de Tae, ¿no?
—Me sorprende que se la pase todo el día jugando Sugar Bomb, pero si quisiera podría hablarme de la conjetura de Goldbach o la de los números primos gemelos.
Jungkook sonrió en grande ante la mención de aquello, porque esa fue una exhaustiva charla que Taehyung le había dado a él y Hoseok. Bebió un poco más de su agua y siguió conversando con su otro mejor amigo.
Al parecer el equipo de fútbol estaba teniendo problemas, porque su novio se veía demasiado enojado, gritaba y empujaba a todos, Jungkook no quería ni acercarse a él.
—¿Tú no deberías estar en clases, Kook? —cuestionó el mayor mientras se ataba las zapatillas—. El club de fotografía no participa en las olimpiadas.
—B-bueno, estamos en receso —Hoseok alzó una ceja—. Jimin me dijo que debía venir a verlo —confesó para después suspirar.
—Y otra vez le haces caso —bufó mientras lo regañaba—. Ni que fuera tu papá para que le tengas que hacer caso, Jungkook... Tremenda estupidez por la que pierdes clases.
—No es una estupidez, si tuvieras una novia te gustaría que ella te viera entrenar, ¿no?
—Pero respetaría sus horarios, Kook —estrelló su índice en la frente ajena—. Es más importante las calificaciones de mi novia ficticia que el que tenga que venir a verme correr.
—Tsh —se recargó en el respaldo de su asiento—. Igual puedo pedirle ayuda a Hyung, él jamás me dice que no —sonrió orgulloso.
—Pues debería —el piel nívea lo vio con el ceño fruncido—. Ya estás tan malcriado por Taehyung que piensas que siempre lo tendrás para que te ayude, ¿has pensado en que él también tiene vida? —el puño izquierdo del menor se cerró con fuerza—, ¿O que no siempre estará para ti?
—Callate —sentenció, pero el otro hizo caso omiso y siguió hablando.
—Taehyung también tiene vida Kook y, aunque no lo creas, no eres su mundo entero —el pelinegro paseó su lengua por dentro de sus mejillas completamente disgustado—. Él no va a estar siempre que tú lo llames, un día se va a cansar, ¿a caso tú vas cuando él te llama?
—Él no me llama, así que-
—¡¿Por qué será?! —dijo sarcástico mientras se cruzaba de brazos—. ¿Cuántas veces fueron las que Tae te necesitó y no fuiste para que ahora no te llame? —el silencio creció en ellos hasta que el mayor habló—. Ambos son mis mejores amigos y sé que la amistad que ustedes tienen es más... fuerte, pero se me hace injusto que Tae vaya como perro faldero detrás de ti y tú estés consciente y orgulloso de eso, cuando eso no es recíproco.
—De acuerdo.
—Sé que estás molesto, pero es la verdad. Solo piénsalo, ¿cuántas veces él se ha sacrificado para consentirte o ayudarte en algo?, ¿y cuántas veces lo haz hecho tú por él?
Con aquella duda, Hoseok se levantó de su asiento en la grada y se fue trotando hacia el equipo de atletismo.
Jungkook se quedó pensando todo eso, en cuantas veces Tae había hecho algo grande para consentirlo o algo. La primera vez fue cuando repitió kinder para que ambos quedaran en la misma clase, así lo protegería de los bullys y ambos permanecerían juntos; la segunda vez pudo ser cuando le dio todo su almuerzo debido a que a él no le gustaba lo que su madre le había mandado, y Tae se quedó sin comer, le bajó el azúcar y la profesora tuvo que darle un jugo para que se mejorara; otra vez podría ser cuando tuvo una pelea con chicos mayores debido a que él había derramado su jugo sobre uno, Taehyung se hizo cargo de la situación y peleó para que él no saliera lastimado; en otra ocasión, su Hyung había escapado de casa cuando estaba castigado, solo porque él estaba triste por una serie y quería ser mimado, así que se escapó por la ventana y caminó más de una hora para llegar a su casa y consolarlo, cuando los padres del mayor se enteraron lo fueron a buscar a su casa para llevárselo de la oreja y castigarlo sin videojuegos por un mes.
Esos eran algunos de los pequeños, porque habían algunos más grandes, sacrificios que su Hyung había hecho por él.
Suspiró pensativo, qué había sacrificado él por Tae... realmente nada.
Se sintió mal amigo, porque cuando Tae más lo necesitó él se fue a refugiar a los brazos de Jimin... cuando realmente él y Taehyung debieron refugiarse en el otro, después de todo, ambos tuvieron pérdidas importantes en ese accidente.
Veinte de septiembre, día en el que Kim Taehyung perdió a sus dos padres y día en el que Jungkook perdió a su padre. Día en el que la vuelta a casa luego de un picnic y en la que Taehyung practicaba el manejar la camioneta, se volvió un infierno.
El azabache cerró los ojos y pudo recordarlo muy bien.
Estaba sentado en el asiento detrás del piloto, en ese momento Taehyung, a su lado estaba la madre de Taehyung, la señorita Yuna estaba cantando junto a él There's Nothing Holdin' Me Back de Shawn Mendes, al lado de ella estaba su padre que conversaba con el padre de Taehyung, el señor Taeyang hablaba sobre temas de negocios para ambas empresas y luego ayudaba a Tae.
Todo estaba bien, Taehyung había parado en un rojo y tarareaba la canción, el señor Kim hablaba sobre cómo podrían colaborar para sacar un producto en nombre de ambas compañías. Todo estaba bien.
Hasta que un camión se acerca a ellos por detrás y los golpea por la parte derecha, el auto salió direccionado hacia la izquierda mientras daba vueltas en círculo, Taehyung trató de maniobrar o algo, pero no pudo, y el carro chocó de frente contra el semáforo de la calle que iba de forma opuesta, el castaño quedando atorado debido al semáforo que cayó frente a él .
Pero el desastre no acabó ahí, un auto que venía a toda velocidad y no alcanzó a frenar a tiempo, impactó el lado derecho del automóvil, directo donde estaban los padres de ambos. La señorita Yuna lo protegió con su cuerpo mientras volvían a dar vueltas, la camioneta giró varias veces y luego impactó justo detrás de él con un poste.
Lo último que oyó Jungkook fue el gritó desgarrador de su mejor amigo que se encontraba fuera del auto, después de haberse caído del carro en las tantas vueltas, lamentando todo.
Abrió los ojos y se abrazó a sí mismo, necesitaba tomar aire, así que se levantó de su asiento en las gradas y caminó por la escuela... recordando todo.
En esos tiempos él y Taehyung se alejaron, cada uno refugiándose en su mierda de preferencia. Él se refugió en Jimin, quien en ese tiempo lo trataba bien, era cariñoso y todo un caballero, y Taehyung se fue más drástico, se dedicó a las peleas callejeras, a apostar y tener malas juntas de barrios de mala muerte.
En ese tiempo él quería ser querido, amado, consentido, y eso lo halló en Park, quien le profesaba amor eterno en esos tiempos. Por otro lado, Taehyung quería ser castigado, quería recibir todos los golpes posibles para mermar su culpa.
Y él no hizo ningún esfuerzo en tratar de ayudar a su mejor amigo, prefirió la nueva comodidad que sentía junto al rubio que tratar de sacar de las calles a Taehyung. Y claro que sabía que no era su responsabilidad, pero no hizo ni el más mínimo intento por hablar con él o saber más sobre su estado.
En esos tiempos la vida de Taehyung se estaba yendo a la mierda, acababa de perder a sus padres, su hermano estaba peleando su custodia, la empresa Min les había robado la compañía y les generó algunas deudas, Tae estaba peleando en las calles y llegaba con heridas todos los días a la escuela.
Y él... él prefirió buscar una nueva fuente de amor, una que no se estuviera destruyendo a sí misma.
—Maldita sea —pateó un cesto de basura mientras caminaba sin rumbo—. Soy una mierda.
Taehyung volvió a la normalidad de un día para otro, él nunca supo porqué, pero un día él tenía todas sus heridas curadas con vendas y llegó a la escuela con una media sonrisa junto con una mirada indefensa y ojeras... y volvió.
Nunca le preguntó porqué volvió a la normalidad, pero lo agradecía, porque después de un año y medio, Kim Taehyung volvió a la puerta de su casa un lunes por la mañana y ambos se sonrieron, para luego seguir como si nada.
Jungkook no necesitó nada más para volver a su rutina de siempre, a volver a los mimos, cariños, risas y juegos con su Hyung. Él estaba bien con eso, aunque un par de veces trató de indagar sobre el porqué el castaño volvió a la normalidad, pero él solo cambiaba el tema o lo ignoraba completamente, y tampoco habían logrado hablar de ese día en particular, también lo había intentado pero Taehyung solo le sonreía de forma forzada, así que, entendiendo eso, dejaba el tema.
Nunca se había puesto a pensar tanto en el tema y ahora que lo hacía, se sentía realmente mal amigo. No estuvo para Tae y esperó a que él volviera... como siempre, porque su Hyung parecía su perro faldero, tal cual Hoseok lo había dicho.
¿Cuándo él haría algo por su Hyung?
Caminó por las afueras del edificio principal y cuando alzó la mirada su ceño se frunció de inmediato.
Lenna Choi estaba sentada hablando con Taehyung, pero este estaba recargado en su hombro. Demasiada cercanía para su gusto, con los manos hechas puño se acercó un poco a la escena.
De acuerdo, si lo pensaba bien, estar detrás de un arbusto para espiar a su mejor amigo por celos de posesión, no era lo más sano, mucho menos algo que debía hacer. Pero Kim Taehyung le pertenecía y esa chica estaba demasiado cerca.
—Du bist ein Idiot, nimm deinen hirnlosen Kopf weg von mir —el azabache no entendió nada, pero, fuera lo que fuera, a su Hyung le gustó.
—Eso, insultame en alemán, me re calienta, dulzura —los ojos del menor no pudieron abrirse más por lo que acababa de oír.
—du denkst nur mit deinem Penis —respondió con una sonrisa de lado—. Soll ich dich ein Penisgehirn nennen?
Taehyung se levantó y acercó su rostro tan cerca de la chica que casi podría darle un beso, el menor enterró sus uñas en las palmas de sus manos.
—¿Me dijiste cerebro de pene, Lenn? —la fémina sonrió encantada y dirigió su vista hacia donde estaba el menor—, Solo dime si entendí bien, mujer —tomó el mentón ajeno para que lo viera, pero ella siguió viendo donde se encontraba Jungkook.
—Sí, te dije cerebro de pene, Kim.
El contacto visual de Lenna con Jungkook parecía una guerra de miradas fulminantes. Por un lado la pelirroja lo veía con mofa y superioridad, mientras que el menor la veía con rabia, desprecio e ira.
—Bueno, ¿entonces aflojas? —preguntó el castaño con una sonrisa ladina—. Mi cerebro de pene solo piens-
—No me voy a acostar contigo, Kim —le interrumpió mientras posaba su índice entre los labios ajenos—. No me van los follamigos, lo sabes bien.
—Aburrida~
La fémina dejó de ver a Jungkook para ver al castaño que se recostó en sus piernas, así que ella peinó sus cabellos, jugando con ellos, enredando sus dedos en la melena castaña. Lenna alzó la vista y miró directo a Jungkook, quien ya no estaba escondido y la miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados, y le sonrió de forma angelical, pero que era el anuncio de una posible batalla.
El timbre sonó marcando el fin del receso, por lo que Taehyung y Lenna se levantaron jugueteando de la banca para despedirse y cada uno ir a su clase.
Y Jeon Jungkook tuvo algo claro, quizá no había hecho lo suficiente, o quizá nada, por su mejor amigo en el pasado, pero eso no se iba a volver a repetir, desde ese día tenía claro qué haría por su Hyung.
Porque nadie era digno del amor de Kim Taehyung, solo él, así que nadie más podría recibir aquello.
Kim Taehyung era de él, todo lo que significaba y era Kim Taehyung, le pertenecía a él y nadie debía probar, ni siquiera una sola pizca, lo increíble que era su mejor amigo.
Ya había dejado que su mejor amigo cayera en cosas como las peleas ilegales, ahora no dejaría que cayera en algún tipo de relación con gente que ni por asomo lo merecía. Quizá estaba demasiado errado en pensar que esta era una buena manera de proteger a su Hyung, o solo estaba disfrazando sus verdaderas intenciones netamente egoístas, sea cual sea la razón del porqué de sus nuevos pensamientos y nuevo accionar, la consideraba correcta.
Así que Lenna Choi tendría que alejarse sí o sí de su Hyung.
MookieNota: ¿cómo andan mi gente latino? yo bien japi, subí puntaje en el ensayo PAES, vamos que se puede tomar desayu con el presi JASJASJD
¿cómo les cae Lenna?, ¿qué opinan de la forma en la que JK va a "proteger" a Tae?, ¿y cómo les quedó el ojo con eso de la pala y el accidente que tuvo el taekook?
Mookie besooooooooos.
Y subo el cap hoy porque los graficos están muy lindos, ai lof yu
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