El amor que te tengo me lastima y me alegra,

toda tu eres mi destino y mi albedrío. 

El amor que siento por ti, me duele y me alivia, 

toda tu eres mi sueño y mi realidad.

Tan alejada en la distancia, por una sola ventana,

te miro, te disfruto y te deseo sin que importe nada.

Porque nada más ha de importar, amada,

si acudes a mi vida;

y nada más ha de importar, mi reina,

si me niegas entrada a tu puerto.

Toda tu eres mi hogar, el refugio que cobija mi alma.

Abre tu lar a mi esfuerzo por entrar en tu ser.

Toda tu eres mi lecho, el tálamo donde reposan,

mis sueños de felicidad, que tanto anhelo en tersa piel.

Abre el aposento de tu corazón

y deja entrar mis ilusiones.

Estoy para adornarte con flores y alegría tu vida.

Abre la puerta de tu alma,

y deja pasar mi alegría de tenerte.

Estoy para llenarte de risas,

para arroparte de serenidad.

Porque toda tú, eres mi tristeza y mi felicidad.