Con suaves suspiros caigo derrotado,
encadenado a tu cálida sonrisa,
serena, emotiva
a dimensiones sobrenaturales.
Sellado en un gozo inmenso,
prisionero de esa sonrisa perspicaz ante mis ojos,
de tu belleza omnipotente.

Caigo derrotado ante tu mirada,
misteriosa, esotérica,
lasciva y tierna a la vez.
Deseoso de conocerla en sigilo
entre leves caricias
y bellas palabras.
Ansioso de ser solo yo
el que desvele los secretos
de esa dulzura paradisíaca.

Caigo derrotado ante tu voz
dulce y encantadora,
ambrosía prefecta a mis oídos.
El hechizo que eriza
hasta lo más sosegado,
porque es mágico, inigualable.
Alivia mi alma y desequilibra mi mente.

Caigo destrozado ante tus labios,
suaves y carnosos,
apetitosos para mi insensata lujuria.
con desbordes a la locura
y a la deriva de mi razón;
una tortura que quema.

Finalmente,
fallezco ante tu sabiduría,
la forma sutil en que me hablas
y hace que recobre vida
de la monotonía,
ante esa aura noble e imponente
que destilas.

¿Será solo una fantasía real
o una verdadera utopía tenerte?.