Mi vida empieza hacerse vieja, el llamado del cuervo cada vez lo escucho más en el alba, las tinieblas se llevan mi valentia y dejan el caos sembrado en el árbol que me da sombra.
Son más de un siglo de poesía, y el tiempo empieza a temblar al pensar en mi partida.
Lamenta mi espada no haber dado guerra en todas las partidas, neblina quitandome visibilidad, mi vida se agota.
He dejado el cielo y la luna, todas las constelaciones estan a tus pies, aquellos que te paseaban hasta encontrarme, los mismos que te llevaron de regreso a los brazos de otro ser.
Unas tres viejas empiezan hacer su último tejido y preparan la filosa tijera de mi destino.
En otro cuerpo volveran los numen, en esta vida acabara mi diestra, no lamenten las que no he amado, pronto estare a sus pies.
Mi última amada vera mis ojos mientras la muerte acaricia mi corazón, he invitado a tomar una cerveza, a ella y a Tánatos, juntos esperamos con incertidumbre la figura metaforica de Zeus.