Visitó estaciones, buscando el clavo que de la dirección correcta a mis dudas, hay extraños, que buscan conocer mis pensamientos seculares sobre sus creencias, que no logran conocer mis allegados.
Indiferentes rostros sin nombres, poco interesante para mi conocimiento, incomodos son los encuentros, nada me favorece, hasta que logro ver el agua que sacia la sed, segundos disfrazados en horas, esperando que le regales mis obras, el bramido va al ritmo del baile de su prolongado cabello, es una pintura que supera las hechas por Michelangelo. Cuando creo haber visto de toda clase de perfecciones, en el apogeo aparece ella, hendiendo toda hipótesis, torne si en el cielo sólo existe el Edén, la bifurca que hay en los gustos, toca reconstruirla en mis días, el numen nace de la orquídea de la diosa que se encuentra en el Sur.