La luna me habla de ti cada noche,
te pienso en el viento, en cada derroche,
mi corazón viaja donde tú estés,
te busca en estrellas que siempre miré.
La distancia duele, pero no nos vence,
este amor resiste y siempre florece.

Aunque no te vea, te puedo sentir,
mi voz te persigue, te quiere decir,
que aquí entre letras y suspiros callados,
te sueño despierto, te extraño a mi lado.
Somos dos almas unidas en vuelo,
te guardo en mi pecho, tan puro, tan cierto.

Cada mensaje se vuelve un tesoro,
escribo tu nombre en mis pensamientos,
me aferro al "pronto", me aferro al reencuentro,
te siento en mi mundo aunque estés tan lejos.
No hay mapa ni tiempo que borre lo nuestro,
mi amor no conoce final ni pretexto.

Las noches se alargan si tú no estás cerca,
mi almohada me dice que todo se aferra.
El reloj avanza, pero no te olvida,
te llevo tan dentro, eres mi vida.
¿Será que los kilómetros cuentan el amor?
Pues yo te lo entrego sin pausa y sin temor.

Guardo tus fotos, tus risas, tu voz,
me aferro a tus huellas aunque no estés hoy.
Y aunque las fronteras parezcan un muro,
este amor adolescente se vuelve seguro.
Creemos en juntos, creemos en "siempre",
te siento tan mío aunque seas ausente.

Espero el momento de volver a verte,
de fundir el tiempo y romper la suerte.
Cierro los ojos, y ahí estás tú,
mi refugio perfecto, mi amor tan azul.
No importa la espera, no importa el frío,
te juro que eres mi amor más sentido.

Y cuando el reencuentro por fin llegue a mí,
romperé distancias, y estaré allí.
Te abrazaré fuerte, sin miedo ni duda,
serás mi verdad, mi más grande fortuna.
Porque, aunque a distancia, lo nuestro no miente,
eres mi amor puro, mi amor adolescente.