Un laberinto sin centro ni dirección, un laberinto que aún no tiene el alma muerta, y la razón, en su danza incierta, se ahoga en mares de bruma. 

No es mentira, ni es verdad, no es un yugo, ni libertad, es la repercusión de lo que ignoras, el filo oculto de tu realidad.  Pero ¿Le tememos acaso o en él hallamos nuestro mayor desafío? 

Aunque me deje en paradoja lo incierto, inclusive a veces la vea con desconcierto, aún no desconfío o acaso ¿Quién se atreve a dudar del mundo, así descubrirá su destino?  Si todo es duda, ¿Qué es real? Si el pensar es un juego sin tregua, ¿En qué rincón descansa la paz?