Todos cometemos errores,
no hay motivo para disculparse,
tampoco es necesario que llores,
es mejor de todo olvidarse.

No temas lastimarme,
créeme que pudo soportarlo,
todo está bien si aún quieres amarme,
si a mi corazón aún quieres conservarlo.

Por mucho que lo intentes,
no puedes herirme,
y si de verdad te arrepientes,
entonces ya no querré irme.

Teniendo mi corazón en tus manos,
si quieres estrujarlo hasta romperlo,
aunque desees hacerlo pedazos,
no puedes romper algo que ya está roto.

Destrozado en su totalidad,
un millón de veces hecho trizas,
fragmentos perdidos para la eternidad,
esparcidos en el viento como cenizas.

Decepcionado tanto como sé contar,
siendo uno más del montón,
tanta amargura que soportar,
con promesas hechas de cartón.

Engañado como no te puede imaginar,
siempre siendo tan iluso,
creyendo que la tormenta iba a terminar,
sin saber que yo estaba confuso,
porque sólo terminó para mí.

Así que si puedo soportar este dolor,
si todo vuelve a hacer como antes,
si vuelvo a sentir tu calor,
las equivocaciones no será importantes.

Si decides marcharte,
no me sentiré mal,
si eliges quedarte,
todo irá normal.

Si tuvieras mi corazón en tus manos,
si quieres aplastarlo hasta romperlo,
si con ansias quieres hacerlo pedazos,
no puedes romper algo que ya está roto.

Así es, está más que roto,
dividido en miles de piezas,
derrumbado como tras un terremoto,
como piezas de un gran rompecabezas.

En ocasiones todos nos equivocamos,
no es la catástrofe que piensas,
tan lejos que llegamos,
que aún se puede solucionar.

Al dolor me he hecho inmune,
no sería la primera vez,
si al final todo queda impune,
¿será mejor que me vaya otra vez?

Por mucho que lo intentes,
no puedes herirme,
y si de verdad te arrepientes,
entonces ya no querré irme.