No hizo falta de palabras,
no hizo falta que me dieras flores,
una sonrisa hizo que me enamoraras,
y tus bellos ojos cafés,
esos ojos en los que yo me pierdo.

Esos ojos color café que ella miró,
y poco a poco se interesó,
vino y de tu lado jamás se retiró,
cuando ibas cayendo ella te besó,
y fue así que te conquistó.

Quisiera que siempre me miraras,
como siempre la miras ves a ella, 
que de repente un día llegaras,
y me amaras como la amas a ella.

Cuando estás junto a esa suertuda,
por siempre por ella encantado,
se nota que la amas, no hay duda,
ella te ha conquistado,
cómo no hacerlo, si siempre te dice:

"Yo no sé que haría sin tus ojos,
cuyo brillo no se compara,
yo creo que me moriría,
sin tus ojos color café".

¿Cómo podría odiarla?,
si ella es tan buena,
¿por qué habrías de dejarla?,
si ella hace tu vida plena,
ella te ama tanto como yo.

Pero no estoy listo para soltarte,
tus ojos color café me harían falta,
por mucho que quiera conquistarte,
su adoración es demasiado alta.

A tu sonrisa no quiero renunciar,
ni a tu cabello ondulado,
no te quiero dejar,
pues te amo demasiado,
no quiero perderte más.

Quisiera ser esa que tú amas,
para recibir tu total atención,
escuchar que tu amor por mí proclamas,
vivir bajo tu protección,
 y sentir el calor de tu brazos.

Yo te aseguro,
que también te amaría bien,
como ella lo hace, tenlo por seguro,
pues yo ya te amo bien,
y te haría sentir amado cuando te diga:

"Yo no sé que haría sin tus ojos,
cuyo brillo no se compara,
yo creo que me moriría,
sin tus ojos color café".