El cielo era cubierto por la oscuridad,
en la belleza de la noche hay peligro,
en las sombras no existe la piedad,
ella era asechada por un corazón negro.

La pobre princesa no tenía idea,
sus pasos iban al nido del sufrimiento,
de repente empieza su tormento,
siendo sometida en un momento.

Asustada pedía que la dejara libre,
pero sus ruegos fueron ignorados,
la perversión en su máximo calibre,
ella ya se veía en los encabezados.

Ella jamás dio su consentimiento,
ella fue emboscada con violencia,
el pavor fue en aumento,
rogaba por ayuda con urgencia,
pero recibió las respuestas de nadie.

Nadie escuchó sus gritos,
nadie escuchó sus lamentos,
fue así que llovió en sus ojitos,
mientras sentía injustos sufrimientos.

De su dignidad fue despojada,
con unas sucias manos fue tocada,
como un objeto fue tratada,
la princesa era maltratada.

La violencia la asfixiaba,
la desesperación la inundaba,
la integridad la abandonaba,
la maldad la mataba.

Gritaba con todas sus fuerzas,
se aferraba a la esperanza,
esperando que alguien apareciera,
pero sólo tuvo las respuestas de nadie.

Nadie fue en su auxilio,
nadie pudo rescatarla,
pero alguien quiso por malicia tomarla,
para al final simplemente ahí dejarla.

Como una bella rosa blanca,
fue manchada de perversión,
después una fuerza oscura la arranca,
viendo así su triste conclusión.

Como una brillante perla pura,
fue tomada en una vil captura,
terminando así con su vida,
pues en pedazos fue destruida.

Indefensa y casi sin aliento,
la princesa rogaba con su voz quebrada,
sintiendo su corazón a paso lento,
que alguien atendiera su llamada,
y sólo recibió las respuestas de nadie.