Estoy seguro que decirte adiós debe ser,
lo más difícil que he tenido que hacer,
tengo que dejarte ir,
aunque no quiera.

Poco a poco asimilo,
poco a poco acepto,
que nada es eterno,
hemos llegado al final del camino.

Me has dado tantas cosas,
y te juro que jamás voy a olvidarlas,
me temo que es hora de partir,
es tiempo de seguir,
seguir sin ti.

No quiero decirte adiós,
pero debo decirte adiós,
siento un nudo en mi garganta,
me falta el aire para decirlo.

Respiro y recuerdo,
parpadeo y entiendo,
tu eres el amor de mi vida,
pero mereces encontrar el tuyo,
aunque no sea yo,
así es como lo acepto.

Estoy preparado para decirte adiós.

Espero que encuentres lo que buscas,
te deseo la mayor felicidad,
que el viento te guíe al lugar correcto,
que el tiempo te dé sabiduría.

Con los ojos llorosos,
veo tus ojos ojos hermosos,
con una pequeña sonrisa,
empiezo a decirte adiós.

Por última vez miro tu rostro,
ese rostro tan lindo que veía cada día,
ese rostro que admiro,
ese rostro que hoy por última vez miro.

En un último abrazo guardo tu aroma,
un aroma que jamás he de olvidar,
un aroma bastante peculiar,
un aroma que ya no podré respirar.

Con el sol en el horizonte,
que se esconde detrás del monte,
me das la espalda tras decirte adiós,
y te vas mientras me a mí mismo me digo:

Estoy seguro que decirte adiós debió ser,
lo más difícil que he tenido que hacer,
tuve que dejarte ir,
porque estaba listo.