Cada relación es una historia,
la que teníamos era muy hermosa,
pero hasta la mejor historia termina,
y nuestra despedida fue muy dolorosa.

Todo comenzó como algo tan bello,

pero el amor no hizo ciegos,

no vimos que nos heríamos sin quererlo,

nuestros corazones en un millón de ruegos,

imploraban que cesara aquello.

Eramos tan felices sin ver nuestras heridas,

creíamos ver con esa ceguera,

en guerra estaban nuestra vidas,

nunca imagine que fuera una cosa severa.

No vimos nuestras diferencias,

no vimos la distancia que se formó, 

hasta que nos cayeron las consecuencias,

y nuestra historia se deformó.

No notamos que teníamos problemas,

y eso nos lastimaba sin saberlo,

y nos enfrentamos a múltiples dilemas,

pues la verdad nos hace hacerlo.

Vimos nuestros corazones agonizantes,

ahora somos desdichados,

eramos por instantes buenos amantes,

pero a estar juntos no estamos destinados.

Fuimos ciegos pero debemos ser valientes,

debemos aceptarlo y dejarnos,

ahora veo que somos muy diferentes,

debemos aceptarlo y soltarnos.

Te voy a extrañar y tal vez llegue a llorar,

porque sé que ya no me quieres lastimar,
y

te juro que yo tampoco,

¿y por qué siento que me equivoco?

Seamos valientes y dejémonos, 

no importa cuanto nos cueste,

seamos valientes y apresurémonos,

por más que esto nos moleste.

Y aunque nos cueste admitirlo,

estamos mejor siendo valientes,

que juntos y ciegos.