Taehyung vive con un concepto tan idealizado del amor, que nunca consiguió a alguien con quién compartirlo, a tal punto que se cansó de buscar. Y es que pareciera que en esta época tan liberal y superficial a la que pertenece su generación, son pocas las personas que buscan tratar una relación con la seriedad que Taehyung desea, más allá de sexo y escasas palabras de confort.

Queriéndose refugiar de futuros llantos, se encuentra con una cuenta en Tumblr que le sube las expectativas, porque quien sea que la administre, comparte la misma definición del amor con la que creció Taehyung. Después de medio año de seguirla, ¿cómo podría tomar a la ligera cuando su mejor amigo le dice que le está describiendo a él? Si la cuenta sube poemas en los que su mayor protagonista es un chico, el chico del que presume estar enamorado... Parecía absurdo.

Sin embargo, la realidad es que esos dulces poemas que él sueña con vivir algún día con la persona de la que se enamore, están fuertemente inspirados en él mismo. Y por supuesto, dedicados a él.

Su vuelve una búsqueda de escasas pistas encontrar a la persona detrás de la cuenta, a aquel cobarde ser que no se anima a acercársele. Y el destino volverá a sorprenderlo nuevamente, porque el dueño del poemario de desilusiones resulta ser quien menos se imaginan: Jeon Jungkook, el muchacho reservado del aula.

Algo se desvelaba Jungkook por esconder detrás de esa apariencia intimidante, ¿cierto? De otro modo, suena imposible imaginar que alguien pueda ser tan déspota con los sentimientos ajenos.

Oh, espera... Taehyung sí.

Jungkook nunca tuvo intenciones de revelar el nombre de su platónico cuando creó la cuenta, solamente quería desahogar sus caprichosas emociones en algún sitio. Mucho menos pensó que su descuidada poesía fuera apreciada por su fuente de inspiración.

Que formas tan extrañas tiene el destino de burlarse de nosotros.