Oh, Morfeo, señor de los sueños, 

envuélveme en tus dulces abrazos, 

transporta mi alma a otros universos,

donde los sueños se vuelven pedazos.

Tu manto oscuro y seductor, 

teje historias en la noche callada, 

despiertas mi ser en profundo torpor, 

mientras mi mente vuela descontrolada.

Eres el artista de las fantasías, 

donde la realidad se desvanece, 

en tus brazos, la imaginación se despliega, 

y el subconsciente suelta su rienda.

Surcas los océanos de mi mente, 

en barca de nubes y nebulosas, 

liberas los pensamientos latentes, 

y desatas las pasiones más hermosas.

Morfeo, eres el guardián de mi descanso, 

permites que mi cuerpo encuentre reposo, 

mientras en mis sueños, todo es danza, 

y el tiempo se detiene, jugando travieso.

En tus dominios, todo es posible, 

desafías las leyes de la realidad, 

y en cada sueño, encuentro un grato abismo, 

donde puedo volar con libertad.

Así que, Morfeo, en tus brazos me entrego, 

permíteme surcar tus mundos oníricos, 

donde los sueños son un dulce juego, 

y la imaginación florece sin límites.

¡Oh, Morfeo, señor de los sueños! 

Gracias por tu eterno regalo, 

en tu reino encuentro mi empeño, 

y renazco cada noche en tu amparo.