En tiempos modernos, donde el coqueteo es la norma,

Un chico discreto se alza con su forma.

No busca conquistar ni jugar a seducir,

Sino abrir su corazón y sinceramente escribir.

Las cartas son su tesoro, su preciada arma,

Palabras delicadas, pluma que le desarma.

Con elegancia y tacto, se expresa sin temor,

En cada línea traza su sentir, su candor.

No busca superficialidad, ni juegos de apariencia,

Sino profundidad, esencia y gran consistencia.

Prefiere el dulce arte de una buena conversación,

Donde el respeto y la educación son la base de unión.

Sus versos danzan con rimas en perfecta armonía,

Mientras sus pensamientos vuelan, libres como una alondra.

Sus palabras, caricias escritas con amor,

Susurran al oído y despiertan el fulgor.

Suspiros y sonrisas surgen al recibir,

La carta que con cuidado dejó al partir.

Y en cada frase escrita con tinta y papel,

Se descubre el tesoro de un alma fiel.

En un mundo fugaz, donde el tiempo se desvanece,

Él se aferra a las costumbres de épocas que enriquece.

Romántico soñador, en su serenidad encuentra paz,

Y con cada carta, un pedacito de eternidad capaz.

Que su estilo sea un ejemplo, un faro a seguir,

Donde el amor y el respeto nunca lleguen a morir.

Donde las palabras dibujen un lazo de verdad,

Y la delicadeza sea una forma de amar de verdad.

Así es el chico que rechaza las normas modernas,

Y en las letras, en las cartas, encuentra sus cavernas.

Donde el alma se desnuda con plena libertad,

Y el amor florece en la más pura realidad.

Que las palabras escritas con tinta y con pasión,

Sean el símbolo de una nueva generación.

Donde abrir el corazón y ser auténtico,

Sea el verdadero camino hacia lo auténtico.