Ahora tú sí luchas solo

yo vivo mortificado

Caléntandome las manos

Aunque sólo sea un grado

Pásame ese cigarrillo

Que lo que engorda no mata

Las sonrisas de hojalata

¡Alto y firme, soldadillo!

La armadura del despecho

Es la más triste de la farsas

Tu princesa de castillo

Sabe muy bien que se arrastra

Por un príncipe tirano

Que la hiere y la desgasta

Ella misma grita ¡Basta!

Con sus teclas de piano

Sin sentido me hallo siempre

Intentándome explicar

Los hechizos que me atrapan

¿Cómo los puedo cambiar?

No es mi culpa, eso está claro

No hay nadie a quien culpar

Los jardines de palacio

Sin ejército están ya

Mi princesa, blanca luna

Azul zafiro, ¿Qué más da?

Quién pudiese rescatarla

Y regalarle libertad

Yo pregunto al hechicero

El que tanto me atormenta

¿Cómo es que nunca te enfrentas

Al príncipe traicionero?

Aunque quiera, no hay respuesta

Este vil mago no existe

Sólo encuentro a los soldados

No saben más que estar tristes.