Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

dream

9 años más tarde

—¿Y te acuerdas cuando te dije que quería pedirte la mano de pequeñas?— habló una castaña de pelo medio, con rostro de conejo.

—Sí, Heejin, aún me acuerdo.— sonrió.

—¡Qué momentos más bonitos aquellos! ¡Mira quién viene por ahí! ¡Impresiónala con algún coqueteo!— empujó ligeramente Heejin a Hyunjin, buscando la mirada de Jungeun.

—¿Te he dicho ya lo hermosa que estás con ese vestido?— besó su cabeza, en busca de sus brazos.

—Sí, amor. Muchas gracias por haber hecho mi sueño realidad.

—¿El qué, casarte?— preguntó bailando con ella.

—No solo casarme, sino estar con el amor de mi vida.— sonrieron y se besaron dulcemente.

—¿Soy el amor de tu vida?— alzó una ceja divertidamente, a lo que Hyunjin sonrió de más.

—Sí, tonta.— se miraron y bajo los fuegos artificiales volvieron a besarse.

Luego de estar varios años negándose el gusto hacia la otra, por fin Jungeun le pidió salir a Hyunjin, olvidándose de la preocupación de estar enamorada. Cuando pasaron otros años de pensamientos y complejos propios, la castaña le pidió matrimonio a su novia en una de las playas más hermosas del mundo, donde esta dijo que sí.

Y ahora se encontraban celebrándolo en el banquete con sus amigos y familiares. Con permiso, Jungeun se fue a explorar el palacio en donde lo estaban celebrando, para familiriazarse con el ambiente. De pronto, vio a una persona sentada en el balcón, viendo las estrellas.

Al acercarse, se dio cuenta de quién era y prefirió quedarse con ella, por si algo le pasaba.

—¿No tienes frío?—preguntó la castaña.— Hacen diez grados...

—Un poco, sí...— Jungeun decidió quitarse la chaqueta para dársela a la contraria.

—Jinsol, ¿por qué no estás abajo con los demás?— la pelinegra con canas no dio respuesta.— ¿Qué es lo que ocurre? ¿Es la fiesta, no te gusta? ¿Prefieres irte a casa?

—No, nada de eso.— comenzó a llorar.

—Dime por qué estás triste, quiero ayudarte.— posó su mano en la suya.— Dime qué pasa, Jinsol.

—Es que... Todo lo que has hecho con mi hija, todo. Daría lo que fuera por haberlo hecho contigo, todo contigo Jungeun.

—Pero Jinsol...— le dio un abrazo, sabiendo lo mal que lo estaba pasando la pelinegra casi peliblanca. 

Durante estos años, el marido de Jinsol abandonó la casa y a sus hijas por otra familia, le habían despedido de su trabajo y ahora trabajaba como bibliotecaria, y para colmo, le habían diagnosticado parkinson. No lo había pasado nada bien, pero lo único que le alegraba era saber que su hija y Jungeun se habían casado. Y más saber que Hyunjin estaba embarazada de unas semanas...

—Ya hablamos sobre esto, desde hace tiempo además... No podría haberte dado lo que merecías, y tú a mí tampoco. Haber conocido a tu hija ha sido el mayor regalo de mi vida.

—Y ahora... Me vas a dar un nieto.

—¿Qué?— dijo ahogándose.

—Sé que Hyunjin está en cinta, somos madre e hija... Lo sabemos todo de la otra, nos contramos cualquier cosa.— rieron.— Habría dado toda mi vida para estar contigo.

Jungeun se agachó para besar su frente, y agarró sus manos de nuevo.

—Puede que esta vida la viva al lado de Hyunjin, pero mis otras seis vidas de gato las habría vivido a tu lado, de eso estoy segura. Te amo, Jinsol, que no se te olvide.— agarrando las mejillas suaves con pequeñas arrugas de Jinsol, besó sus labios con pasión para juntar frentes.

—Te amo por siempre, Jungeun.— respondió llorando.

—Ven, vamos abajo a bailar.

Jungeun bajó con mucho esfuerzo a su suegra, y al llevarla abajo, Hyunjin miró a su esposa y le sacó a bailar de nuevo. Dejaron a Jinsol en una silla, junto a sus sobrinos y demás familiares. Saltaron de nuevo los fuegos articiales, y esta vez Hyunjin apoyó su cabeza en el pecho de Jungeun, rodeando su nuca con sus brazos. 

A su misma vez, Jungeun acarició la cintura de su amada, apoyando su cabeza sobre la contraria. Girándose a ver a Jinsol, le sonrió y se giró para llevar a su esposa al centro de la pista.

Fue en esa sonrisa donde Jinsol recordó el cómo Jungeun le sonreía en el colegio, porque gracias a estos años, ambas supieron que despedirse era mucho mejor que vivir con sufrimiento. Finalmente supieron diferenciar entre amor y cariño.

Porque una enseñaba, y otra aprendía...

.

.

.

pues se acabó la historia, corta pero triste. meh.

mañana me despertaré y me pegaré un tiro en el testículo derecho.

buenas noches.

hyun.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro