
Capítulo 23
La sangre no tardó en caer al suelo, el alfa movió descaradamente sus garras filosas contra el interior de la nuca del padre de Jimin, como si escarbara e intentara sacar algo de allí.
— Lo encontré — dijo el salvador sacando sus garras que fueron seguidas por la sangre.
Jimin quedó atónito bajo la atenta mirada de su padre, el salvador sonrió satisfecho enseñando su mano izquierda, entre sus dedos estaba sosteniendo una sustancia babosa casi transparentosa que perdía su brillo con el paso de los segundos.
¿Qué demonios era eso?
El salvador agitó aquella sustancia gelatinosa enseñándola a los demás alfas quienes resultaron ser bastante curiosos también.
— Esto de aquí caballeros — movió juguetonamente la mano de nuevo — es lo que todos desde pequeños nos hicieron añorar crear, pero que era prohibido y maligno.
Su vista cayó en el anciano.
— A lo que los omegas temen — agregó — pero es curioso que exista, cuando no debería de hacerlo.
Jimin logró comprenderlo, su rostro expresó el sentimiento de asombro hacia la mirada de su padre quien lucía haber sido atrapado más allá de que su vida peligraba.
Su propio padre tenía una marca de alfa en su nuca.
¿Habría sido por su destinado?
— Una marca de unión entre compañeros destinados — dijo el salvador — una que está extinguiéndose frente a nosotros.
Llevando la mirada hacia la mano izquierda del alfa se percató que la sustancia había perdido alrededor del 80% de su brillo inicial cuando fue extraído.
Su padre no pudo evitar llorar con fuerza cuando Jimin lo encaró nuevamente, todos estos años entre lecciones para ser el mejor líder que alguna vez haya gobernado, exigiendo que toda su vida solo se dedicara a seguir a cabalidad cada una de las reglas.
Cuando su padre había roto al igual que él la más importante.
Entonces Jimin movió la vista de nuevo hacia la sustancia. La marca de la traición a la nación de omegas, como su padre solía referirse.
— No es nada más que una estupidez — el alfa llevó la sustancia hacia su boca abierta para tragarlo frente a todos.
Su padre gimió de dolor, fue bastante notorio que la desaparición completa de la marca lo afectó a nivel no solo emocional, sino corporal.
El alfa disfrutó de la forma en que el anciano se retorció hasta quedar en el suelo en medio de gemidos dolorosos.
Jimin lo observó quejarse, su mente se puso a trabajar en esos momentos intentando averiguar qué es lo que estaba ocurriendo frente a sus ojos, la escena de su padre retorciéndose de dolor lo dejó estupefacto.
— ¿Quién diría que tu padre sigue vivo? — comentó en medio de risas el salvador.
El líder olvidó como inhalar durante un par de segundos, su torso se contrajo al escucharlo.
No, eso no era posible. Su padre hace muchos años le aseguró que su padre no había resistido al confinamiento en esa época.
El brillo en la sustancia indicaba que el lazo entre ellos todavía existía.
Pero ahora ya no estaba.
— Por favor — escuchó a su padre rogar.
El gran líder al que todos le tuvieron respeto alguna vez yacía en el suelo implorando su vida mientras era juzgado por sus propias mentiras.
— Es una pena — se burló el salvador — comunícate con la galaxia CV302 — le pidió a un alfa que se hallaba a su lado — dale las órdenes de matar al anciano, ya no nos sirve, pero no olvides pedirle que lo transmitan en vivo, no quiero perderme el espectáculo.
El padre de Jimin gritó herido al escuchar la conversación que sostuvieron los dos alfas, Jimin por igual emitió un fuerte sonido de dolor, acababa de descubrir que su padre alfa estaba vivo y estaba por perderlo también.
— No se preocupen — dijo el salvador con una sonrisa — nos tomó tiempo averiguar de quién se trataba — explicó — pero tu padre es un anciano testarudo que estuvo visitando a un viejo alfa que estaba confinado.
No, pensó para sí mismo Jimin al ver a su padre implorarle por la vida de su destinado.
Esto no podía estar sucediendo.
Y tal como lo anunció el alfa, ellos le mostraron con una emisión en vivo el momento justo en que el corazón de aquel viejo alfa fue atravesado por un disparo. Jimin quien se hallaba de rodillas cayó de costado mientras lágrimas abundaron en sus ojos haciendo que el holograma frente suyo se viera borroso.
Escuchó los alaridos de su padre al frente suyo, el anciano gritó de dolor intentando desquitarse con el salvador quien parecía divertido con la escena, escucharon los vitoreo de los demás alfas quienes estaban orgullosos de las decisiones tomadas por el salvador.
Jimin perdió la esperanza.
El sonido proveniente de la sala se escuchó en varias plantas, inclusive Isaiah quien se había mantenido escondido en los ductos pudo escucharlo, él logró reconocer el sonido de la voz de su abuelo, supo que horrible le había sucedido.
En medio del llanto el pequeño siguió arrastrándose sin rumbo fijo, no importaba hacia dónde se movía, los alfas tenían todo vigilado, tenía hambre, su cuerpo dolía por mantener la misma posición durante mucho tiempo, sus rodillas ardían por arrastrarlas al igual que las palmas de sus manos.
Pero no podía hacer nada más que esconderse, solo era un niño después de todo.
Se asustó al escuchar disparos cerca, dejó de arrastrarse para evitar hacer cualquier ruido, su respiración se aceleró al escuchar voces bajo suyo, el sudor resbaló desde el nacimiento de su frente hasta caer directo al metal frio del ducto.
— ¿Está muerto? — dijo un subordinado del salvador.
— Si, el jefe dio la orden de exterminarlo.
¿A quién se refería? No estaba entendiendo.
— El próximo es el anciano.
Se referían a su abuelo.
Los escuchó alejarse mientras continuaban con la conversación ahora entre risas, Isaiah no pudo evitar llorar, estaba cansando, quería encontrar a su padre y que este le dijera que todo estaba bien.
Fue en ese segundo que Isaiah elevó el rostro percatándose de algo, él tal vez podía intentar hacer algo para salvar a su padre del aterrador alfa invasor, gateó hasta la más cercana ventanilla que halló, descubrió que estaba en la primera planta, pero se percató que allí se acababa el ducto.
Inhalando con fuerza llevó sus pequeñas manos empuñadas hacia su rostro retirando los rastros de lágrimas que quedaron estancadas en las esquinas de sus ojos, se dijo a sí mismo que debía ser valiente y hacer algo para ayudar.
Él no solo sería considerado como el hijo del líder, sino el próximo a tomar el lugar.
Esperó pacientemente a no escuchar ningún ruido en el pasillo en el que se hallaba, con sus dedos temblando retiró la tapa de la ventanilla y cayó directo al suelo. Se quedó allí varios segundos debido al miedo que sentía, movió su rostro para percatarse que estaba frente al elevador que su padre había dicho que no podía usar.
Pero su dedo ya se hallaba activando el botón, ingresó con miedo a este cuando las puertas se abrieron, supo a dónde dirigirse ya que el señalamiento de los pisos había sido rasgado por lo que lucían como marcas de garras.
Tragó saliva al hallarse frente a una enorme planta con múltiples puertas en cada muro, como innumerables habitaciones selladas, caminó hacia adelante percatándose de que las luces eran de tono rojizo y parpadeaban cada cierta cantidad de tiempo.
Como si de una alarma se tratara.
— ¿Papi? — murmuró a medida que avanzó hacia el interior con la poca valentía que quedaba en su cuerpo.
Se aterrorizó al mover su rostro y percatarse de un rostro desconocido que se asomaba detrás de una ventanilla.
Había demasiadas habitaciones allí, tenía que hallarlo rápido, no era bueno que el lugar estuviera sin vigilancia, era seguro que los alfas malos aparecerían en cualquier momento, sabría que sería capturado o simplemente se encargarían de asesinarle allí mismo como hicieron con los demás niños.
Ver a los chicos con los que alguna vez jugó ser asesinados lo había hecho sentirse incluso más pequeño de lo que era, pero no podía hacer nada o revelaría que se hallaba en los ductos en esos momentos.
Sacudió la cabeza tratando de no traer de vuelta esas imágenes sangrientas a su mente, llevó la mirada a su alrededor sin saber cómo buscar a su padre, sin estar seguro de si realmente estaba allí.
— ¡Papi! — gritó con fuerza al sentirse atemorizado y solo.
Su voz hizo eco en la planta subterránea.
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