Capítulo 18
El alfa no necesitaba más incentivos que su experiencia propia para tomar venganza en nombre de todos los alfas, no tardó luego de asesinar al beta que lo había ayudado a escapar en buscar a los demás.
En poco tiempo detrás suyo estaba una enorme cantidad de alfas liberados a la espera de tomar venganza justo como lo estaba haciendo a quien estaban considerando como su salvador, no dudaron en ningún momento sobre los planes que fueron pronunciados en voz alta con tanto odio que fue contagioso para ellos.
— Recuperaremos lo que alguna vez fue nuestro — dijo el salvador — no interesa si en ello perdemos la vida, la cual no fue nuestra desde el principio debido a ellos.
Murmullos de aceptación se escucharon en la sala, el salvador como fue apodado por los demás era consciente que debía moverse con rapidez o perderían ante la seguridad de las instalaciones.
Algunos estuvieron de acuerdo en quedarse en la sala solo para aparentar tranquilidad en el interior mientras los demás llevaban a cabo los demás pasos del plan del salvador, por ello cuando los betas cuidadores venían con la intención de llevar más alfas para hacerles experimentos, se percataron de que parecía haber menos que el día anterior.
El muro de contención estaba activado así que ellos no sospecharon cuando ingresaron en búsqueda de los demás, fue un error haber subestimado el poder de los alfas que se rebelaron contra sus cuidadores hasta saciar su odio de venganza.
— Salvador, aquí tenemos uno — dijo uno de los alfas sosteniendo de los brazos a un beta que estaba sollozando con fuerza.
— Por favor, haré lo que quieran, pero no me asesinen.
El salvador lo observó en completo silencio durante varios segundos logrando que el temor incrementara en el interior del beta, en medio del llanto el contrario prefirió guardar silencio.
— Tú nos sacarás de aquí o yo mismo te arrancaré la cabeza — amenazó observando al beta agitar su cabeza afirmativamente con ahínco.
— De nada servirá salir de la planta baja si nos topamos de la seguridad allí arriba, ninguno de nosotros tiene alguna idea de cómo funciona.
— Nosotros no lo sabemos — confirmó el salvador — pero él si lo sabe — señaló al rehén.
El beta elevó su vista vidriosa por lágrimas, si él ayudaba a los alfas a escaparse sería condenado de por vida, tal vez incluso la misma seguridad se encargaría de asesinarle por traición.
Pero el miedo a morir fue su mayor motivante, solo fue cuestión de esperar caer a los peones uno a uno para poder llegar al final del tablero topándose con el gobernante de esa galaxia de frente, el omega no pudo pronunciar palabra alguna al tener el hombre frente suyo.
El domo que habitaban era bastante descuidado, tal vez su egocentrismo de cero amenazas había hecho que muchos sistemas de seguridad estuvieran desconectados, el alfa había tomado todo ello como una señal para continuar con su sed de venganza.
— Por favor, haremos nuevas leyes, unas donde los alfas vivan un poco mejor — dijo el gobernante tratando de hacer un acuerdo para salvar su vida.
Los cadáveres de sus empleados estaban a su alrededor y sabía que era su turno si no lograba convencer al alfa de detener todo.
— ¿Un poco mejor? — bramó el alfa observándole desde lo alto debido a su diferencia de altura con el gobernante quien debía elevar el rostro — estando a punto de morir el egoísmo de los omegas no desaparece, así que por eso deben ser asesinados y solo así nos aseguraremos de que no sigan siendo regidos por el poder.
— Yo puedo ayudarte — soltó de repente el gobernante en medio del pánico que le generaba la presencia del alfa — pero debes prometerme que seguiré vivo si te ayudo.
El salvador ladeó su cabeza hacia un costado como si estuviera pensando en su proposición, tardó varios segundos en total silencio solo porque le gustaba ver la forma en que el cuerpo del omega se retorcía debido al miedo.
— Solo si nos ayudas seguirás con vida — soltó de repente — al igual que lo hará tu pequeña familiar.
Entonces fue allí donde el gobernante pareció recordar tener hijos.
Pero estos se habían presentado como alfas por lo que como los demás omegas hicieron, los desconocieron y enviaron directo a la planta baja.
— Pero claro, mi error — dijo el salvador captando la total atención del omega — olvidé que los hijos no existen para sus padres omegas cuando estos son alfas. Como si jamás hubieran nacido.
Había tanto odio siendo expulsado en el tono de voz del salvador que el gobernante supo que la venganza que estaba tramando era más grande de lo que podía llegar a imaginar.
— Yo solo seguí las reglas.
— Las reglas — repitió el salvador — siempre se deben seguir las reglas, pero, tenemos un problema aquí gobernante, porque los omegas son los que tiene sus propias reglas, nosotros como alfas también deberíamos tener las nuestras, ¿No lo cree?
La mano enorme del alfa fue directo hacia el cuello del omega logrando elevarlo fuera de sus pies en un limpio movimiento.
— A la mierda las reglas de los omegas, nosotros nos regiremos por las nuestras — indicó.
El gobernante comenzó a producir sonidos de ahogamiento con rapidez, los dedos alrededor de su cuello estaban no solo sosteniéndolo fuera del suelo sino cortando de forma grave su respiración.
— Oh gobernante, no muera aún, tiene que cumplir con su parte del trato — lo soltó dejando que el cuerpo cayera a sus pies — busquen todas las armas que puedan — indicó a los alfas a su alrededor — necesito un tiempo a solas para charlar con el gobernante, porque puedo apostar a que es un poco tímido.
Los alfas abandonaron la sala para dirigirse hacia las demás instalaciones en búsqueda de objetos que pudieran servirles de armas.
— Ya estamos solos querido gobernante — dijo el salvador inclinándose para quedar a corta distancia del rostro del omega — sé que lo sabes, puedo olfatearlo en ti.
El gobernante separó sus párpados asustado e intentó retroceder de allí.
— ¿A dónde te diriges gobernante? — cuestionó atajándolo de la pierna izquierda — ¿No estás feliz de conocer a tu alfa destinado?
El salvador lo había reconocido por su aroma, en muchas ocasiones durante la época de apareamiento pudo percibir el mismo olor provenir de un omega el cual sabía era su pareja destinada, pero este jamás le dirigió la palabra y solo lo uso en cada ocasión que tuvo oportunidad.
— No sé de qué hablas — respondió en medio de una queja al sentir el fuerte agarre contra su pierna que comenzaba a doler.
— No me importa si finges no saber quién soy — respondió en voz baja — solo quería tener al frente a la persona que engendró a mi hijo y luego lo botó a la basura por presentarse como un alfa.
— Eso no es cierto — se apresuró en decir el gobernante — yo no he tenido ningún hijo contigo.
— Parece que lo olvidaste, está bien — respondió el alfa poniéndose de pie a la vez que arrastraba el cuerpo del gobernante a través de la sala hasta detenerse frente a lo que parecía ser un escritorio.
El gobernante emitió un fuerte alarido cuando fue elevado nuevamente y esta vez su cuerpo cayó de bruces sobre la superficie del escritorio.
— Nosotros podemos hacer más — dijo el salvador con una tétrica sonrisa en el rostro — tú vas a engendrar a mi hijo, alfa espero, porque pobre del niño si se presenta como omega en un par de años.
El omega solo pudo llorar con fuerza cuando las manos del salvador le retiraron la ropa rasgando su piel en el proceso, allí sobre el escritorio fue violado incontables veces mientras el alfa se encargó de llenarlo con su semen por completo.
De esa forma comenzó el calvario para ese domo en específico, el gobernante emitió un comunicado para calmar las angustias de los omegas que vivían fuera de las instalaciones, mentiras que el alfa le obligó a repetir incontables veces.
Un pequeño ejército se formó gracias a la audacia e inteligencia del salvador, las instalaciones fueron tomadas por los alfas y ahora los experimentos eran hechos en cuerpos omegas.
Todos y cada uno de ellos dirigidos por alfas que obligaron a los científicos a explicarles el funcionamiento de las instalaciones, poco a poco los alfas comenzaron a entender más sobre su alrededor hasta el punto en que ya no necesitaban a los empleados, decidieron experimentar con ellos y usarlos para sus antojos.
El salvador tuvo demasiado tiempo para planear una invasión al domo donde se hallaba el líder de todos los omegas, él sabía que si lograba doblegar al hombre todas las demás galaxias caerían como fichas de dominó.
Y ahora en la actualidad, él planeaba usar a Jimin de la misma forma en que usó al gobernante, para procrear sus hijos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro