Capítulo 10
Jimin detuvo la mirada en el interior del domo, los niños demasiado sorprendidos por el cambio de ambiente que no podían evitar sentir curiosidad y alejarse del grupo.
No tardó en notar a los subordinados saludar con entusiasmo en un vano intento de obtener la atención de los más pequeños, pero ellos seguían sorprendidos por el cambio.
— Vamos chicos — el maestro encargado del grupo los guio hacia el interior.
Durante el camino Jimin fue acompañado por diferentes empleados que, por costumbre a su visita, daban informes actualizados del funcionamiento del domo, él quería descansar un poco, pero su cargo no se lo permitía.
Sin embargo, pudo sentir la mirada de su hijo, cortos vistazos panorámicos le hicieron sentirse un poco culpable.
Pero no podía evitarlo, después de todo debía cumplir su rol como líder todo el tiempo.
A pesar de que eso era agotador.
— Líder — tal vez era la octava vez que escuchaba esa palabra en los últimos diez minutos.
Girando la vista halló a uno de los empleados ofreciéndole una bebida, su vista se movió hacia el grupo de niños que estaban escuchando al maestro, todos y cada uno de ellos tenían las manos vacías.
— Trae bebidas para ellos — indicó al empleado quien al escucharle se sintió avergonzado por su acción.
Lo vio retirarse enseguida no sin antes de que Jimin tomara entre sus manos la bebida que le había ofrecido momentos antes, su cuerpo se movió en dirección hacia el pequeño grupo.
— La energía de cada domo debe ser revisada con regularidad — estaba explicando el maestro — un buen mantenimiento en las redes permite que todos los ciudadanos del domo tengan energía para su vida cotidiana.
— Isaiah — murmuró suavemente captando la atención de su hijo.
El pequeño no pudo evitar llevar su vista hacia la bebida azul claro en las manos de su padre, había hielo flotando en la superficie, Jimin no dudó en estirar su brazo para pasarle la bebida a su hijo.
— Debes beberla toda — dijo Jimin — y no olvides arrojar la basura en su lugar.
— Si papá — sonrió al sostener la helada bebida entre sus pequeñas manos.
Ahora había una expresión alegre sondeando el rostro de Isaiah, Jimin lo observó durante varios segundos, su sonrisa era similar a la de Isaac.
No pudo evitar pensar en él.
Llamó al empleado quien luego de entregar a cada niño una bebida se acercó con rapidez tratando de enmendar sus acciones anteriores, Jimin pidió bebidas extras, no recordaba haber visto una similar en el domo que habitaba.
El empleado desapareció de su rango de visión luego de asegurar que traería más bebidas.
No tomó mucho tiempo para notar que los niños fueron llevados a los invernaderos, decidió aprovechar el tiempo para dirigirse hacia la torre central, halló diferentes subordinados trabajando en el trayecto, la mayoría de estos parecían estar al tanto de su presencia porque los halló limpiando los recorridos a usar.
— Líder — la voz de uno de los científicos lo tomó por sorpresa — para nosotros es un gran placer tenerlo de visita en nuestras instalaciones — agregó.
Jimin bajó la vista un segundo hacia una gran cantidad de archivos que estaban cruzándose en la pantalla del transmisor del científico, fue fácil deducir que el hombre vino con la intención de relatarle sobre algún avance.
Durante la última década ellos habían estado mejorando biológica y científicamente los químicos que usaban para mejorar la calidad de supresores en los genes de los alfas, algo que los ayudara a controlar la emisión constante de feromonas durante el ciclo de sus celos.
Algo que apagara una de las funciones principales de los alfas y solo dejarlos a voluntad de las decisiones que tomaran los omegas con respecto a sus ciclos reproductivos.
— Hemos hecho un gran avance durante las últimas semanas — la alegría recurrente en la voz del científico era notoria.
— Muestra el avance — pidió Jimin.
El científico le pidió seguirlo hacia el interior de la zona de laboratorios, no tardó en notar la falta de personal en el interior por lo que pudo deducir que aquello era más secreto de lo que recordaba haber dado la orden, el omega se movió en dirección hacia una de las cámaras donde había diferentes habitaciones con muros de vidrio.
Jimin inhaló con fuerza al notar la presencia de alfas en cada una de las habitaciones luciendo realmente miserables, su vista se detuvo en uno de ellos que estaba caminando de un costado a otro en el interior del pequeños espacio mientras parecía balbucear algo para sí mismo.
Una expresión conocida como la mirada de las mil yardas lo hizo sentirse abrumado, uno de los alfas se hallaba de pie frente a la puerta reforzada, solo estaba allí sin moverse con aquella falta de movimiento en su rostro.
— ¿Qué están haciendo exactamente aquí? — cuestionó en voz alta midiendo su tono para no sonar alterado.
— Oh — el científico se acercó a su costado — la nueva droga afecta directamente las conexiones cerebrales, con los estudios hemos notado que parte del instinto alfa se crea en estas así que, si las eliminamos o manipulamos a nuestro antojo, podemos controlarlos desde la base.
Jimin mordió el interior de su mejilla, un surco apareciendo ligeramente en la piel de su frente al llevar la vista al resto de los pacientes como los consideraban los científicos.
Aunque en realidad el termino podría usarse como experimentos.
— ¿Están drogados en estos momentos? — preguntó curiosamente.
— No comprendo líder — respondió el científico a su lado — ellos siempre lo están, es la única forma de poder dominarlos.
Dominarlos, esa acción poderosa.
— ¿Usaron esa droga en ellos? ¿Estos son efectos secundarios? — cuestionó al acercarse a revisar otra habitación.
Esta vez halló a un alfa fuera de su cama sentado al borde esta, sus manos llenas de un líquido rojizo que se extendía hasta sus ropas, el científico con una sonrisa que no le generó confianza al líder tocó con los nudillos captando la atención del individuo quien al elevar el rostro este seguía derramando sangre a través de sus ojos.
— Son pequeños efectos secundarios, no es nada por lo cual preocuparse — comentó el hombre — si ellos fallecen usamos nuevos individuos, tal vez los alfas no son tan fuertes como todos asumen que son.
Jimin mantuvo la vista en la forma en que el rostro del alfa cayó nuevamente entre las palmas de sus manos como si intentara detener la sangre que brotaba de sus lagrimales, no tenía que adivinar que el hombre estaba sufriendo porque si se concentraba lo suficiente podía escuchar suaves sollozos de su parte.
Si acaso el alfa estaba llorando en esos momentos no habría forma de verlo, ya que sus lágrimas debían estar combinadas a este punto con la sangre.
Él sabía que en cada domo hacían diferentes tipos de experimentos para tratar de borrar los genes de los alfas, no le sorprendió al enterarse que desde antes del liderazgo de su padre ellos ya estaban trabajando en diferentes formas de inseminación o crear bebés totalmente desde un laboratorio.
Pero Jimin siempre sintió que en cuanto se diera una orden o tal vez crear una ley de esa forma, la sociedad daría un enorme paso que él no consideraría exactamente correcto, no compartía todo lo que regía a la sociedad actualmente, sin embargo, debía seguir las reglas justo como todos los demás.
A pesar de tener el poder sobre todos, las creencias establecidas en los ciudadanos solo crearían un caos si se atrevía a cambiar algún pensamiento, su padre tomaría sin pensarlo represalias en su contra por desobedecer y dañar la imagen de su linaje.
— Hemos obtenido buenos resultados — el científico retomó la conversación anterior — en el 70% de los alfas a los que se les inyectó la droga su celo desapareció por completo.
Jimin movió el rostro para encarar la expresión extasiada y llena de orgullo del contrario.
— ¿Totalmente inexistente? ¿Ni un solo indicio? — indagó frunciendo el ceño.
El contrario asintió suavemente.
Jimin desvió la mirada un segundo, recordó haber leído algo similar en los informes que revisó con Axio días previos, pero en ningún momento leyó sobre que se haya aprobado la droga.
— ¿Qué sucedió con esos alfas? — agregó a su cuestionamiento.
El científico elimino por completo la sonrisa de su rostro para cambiarla por uno ligeramente molesto.
— La investigación va por un buen camino líder — respondió el omega frente suyo — solo necesitamos un poco más de tiempo para contrarrestar los efectos secundarios y estará completa.
— Eso no es lo que pregunté — inquirió Jimin sonando molesto — ¿Dónde están los alfas que comprobaron su teoría?
Observó al omega tragar saliva silenciosamente bajando la mirada.
Aquello le dio mala espina.
— Actualmente sus cuerpos están siendo usados para investigaciones.
Lo que temía, la droga funcionaba hasta cierto punto y uno de sus mayores efectos era la muerte.
— Pero hay un par que sobrevivió — trató de aligerar el ambiente, sin embargo, pudo notar la expresión pétrea en el rostro del líder.
— ¿Qué sucedió con ellos?
El omega agitó sus manos al responder.
— Como la droga elimina esas conexiones cerebrales que dan paso al instinto — lo observó titubear antes de continuar con su explicación — ellos parecen estar en un proceso de retroceso de aprendizaje.
Oh, aquello sonaba incluso peor.
Nota:
Recuerden leer las aclaraciones.
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