Capítulo 64
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Tanya estaba agarrada de la mano con Astrid mientras cargaba con su otra mano al pequeño Abel que ya se había quedado dormido, la platinada había tenido la idea de hacer campamento en el bosque de Dean.
Así que hicieron una caminata por este mismo, Tanya fue la que se acercó a Astrid y sostener su mano para hacer la caminata, por un momento creyó que su esposa la rechazaría por su rostro inexpresivo.
- Perdón - Se disculpo cuando la sostuvo más fuerte de lo normal cuando bajaban unas rocas
- No te preocupes, fue un reflejo - Le restó importancia- Siempre vienes de campamento con Renesmee y tus hijos, no con todas nosotras
Astrid asintió para darle un suave beso en su coronilla y seguir con el camino, Uzziel venía adelante de ellas con Renesmee, ambos sacaban fotos a algunas zonas del bosque o de ellos.
- Pensé que un oso los comió - Bromeo Emmett desarreglando el cabello rubio de Uzziel
- No hay oso en este bosque - Le dijo Uzziel frunciendo su ceño confundido- El único oso eres tú - Golpeo levemente su brazo con su dedo índice
Emmett se carcajeo mientras asentía, el rubio y él se llevaban bien ya que el azabache mantenía su carácter infantil siendo buen complemento para el menor.
- A la cama, enano - Le indico Astrid cuando ya había dejado a Abel en su cama- Tu hermano te espera
- Buenas noches - Se despidió de todos haciendo una reverencia- Buenas noches mami - Beso su mejilla
- Buenas noches, hijo - Beso su frente
Astrid se sentó en el sillón de la gran tienda de acampar mientras velaba el sueño de sus dos pequeños, Uzziel era una linda copia masculina de su amada Daphne mientras que Abel era una combinación de ambas.
- Son muy lindos - Le dijo Esme mirando con ternura como ambos pequeños dormían
Uzziel abrazaba a Abel mientras este se aferraba a su hermano mayor, era una linda escena por ver, ambos eran completamente diferente a como lo era Astrid.
Ellos eran muy enérgicos, carismáticos, risueños, inocentes y hasta curiosos. El que más parecido tenía con Astrid, era Walter, ese pequeño platinado tenía el carácter serio, tranquilo y hasta retorcido de su madre.
- Son mis hijos, claro que son lindos - Bromeo mirando a sus pequeños- Tienen tanto potencial que ya ganaron tu corazón - La miro- Solo no te ilusiones tanto, recuerda que son mis hijos - Se levanto para besar su frente- Buenas noches
Beso la frente o la mano de todas sus esposas para irse a su cama donde ya estaba Renesmee acostada leyendo un libro sobre magia, Astrid solo se acostó boca abajo pasando su brazo sobre el regazo de su pequeña mujer.
- Amo tu calor - Murmuro contra la almohada disfrutando del calor que desprende la cobriza
- ¿Traes tu poción? - Le pregunto con diversión
- Sí, ¿Quieres que la tome? - Se sentó en la cama para quitarse los zapatos
- Sabes la respuesta, cariño - Le dijo obvia
Astrid asintió con diversión, cerro cortina y la silencio, se cambió de ropa y saco de su túnica la poción que había creado para hacerla dormir unas horas.
Desde que ella y Renesmee se quedaron a solas en el castillo con Daphne quería disfrutar junto a ellas como era dormir abrazada a una de sus parejas así que estuvo día y noche creando la poción que ahora estaba por distribuir por el mundo mágico y hacer crecer aún más su riqueza.
La tomo sintiendo la mirada de su pequeña pareja en ella, sintió como su cuerpo se relajaba a los segundos, guardo la pequeña botella de cristal en su túnica y se acercó a la cama.
Renesmee estiro sus brazos hacia ella mientras abría y cerraba sus manos, Astrid sonrió algo adormilada, se deslizo debajo de la sabana de la cama acomodándose en su lado de la cama.
Los brazos cálidos y finos de la pequeña cobriza rodearon su cuello mientras recostaba su cabeza en el pecho de Astrid, la platinada rodeo el cuerpo de Renesmee con posesividad y suavidad.
La tapo mejor para que ni el frio del bosque ni el de ella hicieran que tuviera frio, beso su cabellera y dejo que la poción hiciera efecto mientras escuchaba como el corazón de su pequeña bombeada con tranquilidad y sus lindos pulmones se expandían y se contraían.
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Las ocho mujeres veían con curiosidad y confusión como Astrid estaba bien dormida entre los brazos de Renesmee que miraba con diversión las expresiones de sus tías y madre.
Todas tenían ladeada la cabeza mientras tenían sus ceños levemente fruncidos y sus labios ligeramente abiertos.
- ¿Cómo es que está durmiendo? - Le pregunto su madre
- Creó una poción para que los vampiros pudieran volver a dormir - Les explico acariciando el cabello de la platinada haciéndola ronronear mientras seguía dormida- Desde que se fueron del castillo ella se quedaba a velar mis sueños y los de Daph
>> No le gustaba vernos dormir solo abrazándonos así que se la paso día y noche en su pequeño laboratorio hasta que tuvo éxito - Miro a Astrid con cariño- Cuando ustedes se fueron en realidad sufrió sus partidas, por inercia iba a sus habitaciones para darles mimos, pero al recordar que ya no estaban solo rompía los picaportes y se encerraba en su oficina
- ¿Ella sabe que lo sabes? - Le pregunto Carmen conmovida
- Lo más seguro, yo no digo nada al saber cómo es - Miro a su tía- Ella nunca demostrará cuanto le dolerá ciertas cosas, al principio cuando dormía conmigo escuchaba como lloraba entre sueños y las llamaba, con el tiempo ese dolor lo reprimió tanto que ni en sus sueños los deja salir
Todas sintieron un punzón en sus corazones, sabían que Astrid era demasiado dura con ella misma, pero no sabían que tan dura se había vuelto después de estar tantos años separadas.
- Deberían salir, ya casi terminará el efecto de la poción - Miraba el reloj cercano a ella- Y al verlas aquí no querrá dar respuestas, sé que odia verse vulnerable ante todas nosotras - Todas estuvieron a punto de salir- Ah, otra cosa, lleven la fiesta en paz con Daphne, ella como yo ya conocimos mejor a Astrid, no es un "monstruo" - Hizo comillas con sus dedos- Solo quiere la vida perfecta para todas, ella mataría por todas nosotras, ella conquistaría el mundo solo por nosotras y ya lo hizo
- ¿Aunque no se la manera de hacerlo? - Le pregunto Rosalie aun reacia
- Aunque no sea la manera - Asintió Renesmee mirando a su tía- Intenten aceptar sus métodos y verán el porqué de sus decisiones, yo ya lo hice y entiendo tantas cosas, no son las mejores maneras, pero es lo que hay
Todas salieron no sin antes ver como Astrid se aferraba al cuerpo de Renesmee aun dormida, tal y como la menor lo había dicho, la platinada se empezó a despertar, bostezo mientras se tapaba la boca con su mano y con la otra se aferraba aun al cuerpo de Renesmee.
- Buenos días, cariño - La saludo adormilada
- Buenos días, amor - Beso su mejilla- Todos nos esperan, Uzziel y Abel siguen durmiendo, el fresco del bosque todavía los mantiene dormidos
Astrid asintió para besar castamente los labios de Renesmee, se levantaron de la cama y buscaron ropa nueva, la primera en salir del cuarto fue Renesmee ya que se quería un baño rápido.
- Buenos días - Saludo a todos acariciando su mejilla- Espero le esté gustando el bosque - Les hablaba mientras se dirigía a la pequeña cocina
- Es muy lindo y mágico - Le dijo Alice emocionada
- Me alegra escucharlo - Asintió sacando las cosas para hacer de desayunar- ¿Desean desayunar? Para que les proporcione de la poción
- ¡Claro! - Contestaron todos igual de emocionados- Digo, si gusta
Astrid asintió con diversión para buscar las pociones y entregárselas, Esme la ayudo en preparar el desayuno, aprovecho en enseñarle recetas mágicas que eran las preferidas de ella y sus hijos.
- Buenos días, mami - La saludaron sus hijos mientras se tallaban sus ojos
- Buenos días, niños - Apareció enfrente de ellos para besar sus melenas rubias- Esme y yo preparamos el desayuno, lávense la cara y vengan a comer con todos
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