Capítulo 60
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- Queremos saber todo, queremos saber la verdad... - Le pidió Bella- Por favor, Astrid - La miraba suplicante
Astrid suspiro mirando directamente los ojos de Bella, espero que Esme terminara con su rostro para levantarse de su silla, se acercó a una de sus vitrinas, este era de forma octagonal en forma de torre.
Tenía algunos diseños de ramas plateadas con lindas y pequeñas esmeraldas incrustadas en algunas rosas que había en este, era una vitrina muy hermosa y fina. A dentro Astrid siempre resguardaba con suma delicadeza los objetos con mayor importancia para ella.
Se sorprendieron cuando agarro algo invisible entre su mano izquierda, cerró la puerta de vidrio con delicadeza y regreso a su silla, lo que sea que traía invisible en su mano lo dejo sobre la palma de su mano que dejo abierta y recostada en su escritorio.
- Lo que escucharan a partir de unos segundos cambiara muchas cosas - Miro a sus esposas- Todas pensaran lo mismo y van a decidir lo mismo, solo meriten bien las cosas antes de actual - Apunto su varita con mano a la cosa invisible- Revelio... - Observaron cómo iba apareciendo una esfera y no cualquiera, una profecía- ...Alohomora...
- La ama de la muerte morirá por tres días...
Para resurgir de ella más fuerte y poderosa que antes...
La ama y señora encontrará, y señalará sus iguales de forma inesperada...
La ama de la muerte no desistirá de su propósito al emerger...
El comienzo de su era a lado de sus iguales es inminente...
La oscuridad total caerá sobre todo y todos... No habrá esperanza alguna...
Y nadie podrá igualar su poder junto a su linaje... - Hablo una voz masculina profunda y siniestra
- ¿Qué? - Le pregunto Carmen confundida- Esa profecía es falsa, nosotras...
- Las engañe - La interrumpió suavemente mirando la profecía- La profecía que escucharon era la falsa, quería que ustedes se enfocaran en intentar ablandarme para que olvidaran por completo el mundo exterior y lo logre - Las miro- Logre mi cometido, tanto que me case con todas y cada una de ustedes, esta - Alzo la profecía- Es la verdadera profecía, la otra fue manipulada para mi propia misión
Sus esposas estaban inmóviles en sus lugares, mirando la profecía en la mano izquierda de su mujer. ¿Cómo se atrevió a hacer tal cosa?
- El fin sí justifica los medios - Astrid hablo llamando sus atenciones- Tome las mejores decisiones sin dañarlas, tome las mejores alternativas para cumplir mi causa, ahora tengo lo que más he anhelado... el Poder - Saboreo la última palabra
- Daphne ella... - Irina aclaro su garganta- ¿Ella sabe de la profecía?
- Ella siempre supo todo, ella fue mi primera pareja, mi primera mujer - La miraba directo a los ojos- La familia Greengrass siempre estuvo entre mis filas, así como con Renesmee, vi crecer a Daphne, solo hasta que cumplió los 16 pude mover mis fichas y le entregué el anillo familiar, después de que cumplió la mayoría de edad entablamos una relación seria y estable
>> Por 27 largos años, he conocido y amado incondicionalmente a esa pequeña bruja - Se levanto de su silla y se acercó a la vitrina- La he cuidado, amado, protegido y mimado toda su vida - Cerro la vitrina para acercar el pensadero que tenía empotrado en una pared- Ella más que nadie me conoce, ella puede confirmar de ante mano, que jamás le he tocado ni un solo cabello para lastimarla de forma no sexual
Observaron como Astrid se punto con su varita a la cabeza sacando un largo y ancho hilo platinado brilloso de este, eran muy parecidos a un patronus, pero sin forma de un animal, dejo que este mismo cayera en el espejo.
Vieron como este tomo rápidamente los hilos y los convirtió en una bruma negra dejando en medio un espacio en blanco dejando ver a una dulce y tierna bebé durmiendo entre los brazos de alguien.
La escena cambio a una linda niña de 11 años de cabellos rubios, ojos azules, piel pálida y con un porte tan sofisticado, la reconocieron al instante, era Daphne. La pequeña se acercó a largos y rápidos pasos hacia la persona para abrazarla, era la misma emoción que Renesmee demostraba cuando corría hacia Astrid.
Otra vez la escena cambio, ahora la linda niña era una linda adolescente de 16 años, era tan hermosa y seria, estaba entre los brazos que reconocieron rápidamente, era Astrid abrazándola con esos aires de posesividad y protección total.
En el dedo anular izquierdo estaba el anillo familiar de Astrid, ambas estaban sonriendo ampliamente, notaron como los ojos de ambas brillaban hermosamente mientras reían y se mimaban entre ellas.
La escena cambio nuevamente, Daphne ahora tenía 20 o 25 años, estaba entre los brazos de Astrid mientras bailaban en el bosque de Dean, Astrid era tan amorosa, gentil y mimadora con ella, ellas apenas tenían una pequeña probada de eso.
- Ella siempre tuvo mis ideales, siempre fue educada de forma estricta y mimosa como a mí - Miraba el rosto sonriente de Daphne- Ella siempre me impulso a seguir con mis metas y con mi causa, ella es la razón por la cual nunca desistí de ello - Las miro- Mi causa se volvió una promesa, la promesa de darle la vida perfecta... Sin muggles, sin sangre sucias ni traidores de sangre
>> Hice tantas cosas malas, tuve y tengo muchas alianzas con personas como yo, mate un gran número de personas para lograr mi cometido - Se acerco tranquilamente a sus esposas- Manipule, torture y chantaje a muchas otras más, pero esto soy, ya nunca podrán cambiarlo, no pudieron en un año, menos dentro de unos siglos con todo mi poder a su máximo esplendor y con el control total del mundo mágico y muggle
Todas estaban calladas, no sabían que hacer o que decir, la primera en moverse fue Tanya, esta solo salió del despacho de Astrid sin decir nada y mucho menos mirara a alguien, estaba sumida en sus pensamientos.
Sus hermanas menores la siguieron, Esme y Rosalie fueron las siguientes, poco a poco se fueron, solo Alice y Bella estaban en el despacho, ambas miraron el rostro inexpresivo de Astrid, pero sus ojos estaban llenos de clama y sinceridad.
Lo último era algo extraño en ella, siempre había un brillo diferente a como ahora, Alice se acercó a la menor y acaricio su mejilla para salir del despacho, Bella se acercó a Astrid, detallo el rostro de esta y de igual manera salió del despacho cerrando la puerta detrás de ella.
Astrid suspiro y se fue a su silla donde se sentó sintiéndose cansada mentalmente, toda su energía se agotó durante estos días con toda la guerra que se vivía a las afueras de su castillo y adentro con sus esposas conociendo la verdad.
- No te merecen, amor - Murmuro la sedosa voz de Daphne sacándola de sus pensamientos- No entienden el verdadero valor de todo lo que has hecho - Masajeaba los hombros de la platinada- Solo yo, te comprendo a la perfección y todo lo que has hecho hasta ahora, es por el bien de todos - Beso la parte trasera de ovulo erizando la piel de la mayor
- Tienes razón, amor - Agarro la mano izquierda de Daphne para plantar un suave beso en ella- Solo tú me comprendes, amada mía - La guío enfrente de ella y la sentó en sus piernas
- Te veo tan agotada, mummy - Beso el cuello de Astrid- ¿Quiere mimos? – Astrid se rio levemente acariciando los muslos internos de la menor
- Si mi pequeña desea darme mimos, porque no - La miro logrando observar ese brillo tan travieso y coqueto de los ojos azulados de su amada
Ambas se rieron levemente, Daphne se acercó a los labios rojizos de Astrid y besarla de forma suave y tranquila, los brazos de la platinaba la rodearon con mayor firmeza acercándola a su cuerpo.
Las manos cálidas y delicadas de Daphne ascendieron hasta las mejillas de Astrid acunando su rosto, un gran suspiro salió de ambas al cortar el beso, la platinada se acurruco mejor contra el cuerpo tan cálido de Daphne.
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