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Las mujeres de ambos clanes estaban reunidas en la sala de la mansión a petición de su pareja por medio de su patronus, los hombres estaban a lado de ellas igual de confundidos, no sabían de qué se trataba o lo que traía entre manos la rubia.

- ¿Qué sucede? - Le pregunto Esme apenas apareció Astrid- ¿Y por qué esta ella aquí? - Miro a Pansy que estaba detrás de la rubia

- Si que tenías razón, no les agrado ni un poco - Le dijo con diversión abrazando a Astrid por la espalda- Están tan tensas - Siseo con malicia viendo como todas la miraban con enojo por solo abrazarla

- Immobulus - Les dijo Astrid apuntando a todos ellos- Ve hacer tu parte, querida - Miro a la castaña sobre su hombro- Yo les explicare lo que sucede

- Suerte, querida - Beso la comisura de Astrid para mirarlos con superioridad a las demás e irse

- Se preguntarán el por qué todo esto - Empezó a caminar por la sala- El por qué los congele y el por qué Renesmee está en su habitación y no aquí - Se paro para mirarlas- Es todo por una razón, por el bien de todos - Sonrió con malicia viéndose aún más como su padre

La piel de todos se erizó al recordar su causa, por más que se quieren mover sus cuerpos no reaccionaban, querían pararla, querían detener una posible gran guerra.

>> Tranquilos - Les dijo entre pequeñas risas burlonas- Puedo ver el pánico inundar sus ojos, aun no es momento para ello - Saco la opción que siempre tomaba cada cierto tiempo y la bebió de golpe- ¡Agh! - Gruñó llevando sus manos a los ojos

Todos vieron como su cabello rubio cenizo ahora era tan platinado como el de su padre, cuando dejo de cubrirse los ojos vieron como su iris gris casi blanco ahora era totalmente blanco, pero sin perderse entre su pupila y esclerótica.

Su ojo izquierdo de color marrón oscuro ahora era totalmente ónix, no se podía diferenciar entre su iris y su pupila, una ligera risa de Astrid los hizo tragar ponzoña en seco.

- Con que así se siente el poder - Siseo abriendo y cerrando los puños- Veamos si es suficiente - Alzo su manga revelando su marca de las reliquias

En cuestión de segundos cinco personas estaban en la sala, todos traían algo entre sus manos o brazos acompañados por Elina.

Dos de ellos dejaron dos mantas cubriendo dos cuerpos diferente en el suelo de la sala mientras que los otros dos dejaban algo en las manos de Astrid y el último traiga entre sus brazos a un humano inconsciente, Elina se paró a lado derecho de Astrid.

- Veamos - Dejo volar la snitch y esta se abrió dejando ver su contenido- Apártense - Les ordeno a sus acólitos

Astrid le quito la sabana a ambos cuerpos revelando quienes eran, ambos clanes jadearon a ver ante a quienes estaban presentes, se horrorizaron al igual que los acólitos presentes.

- ¿Y Jon? - Miro a su cuñada- Lo llame igual

- Ni idea - Se encogió de hombros molesta- Desde ayer no ha llegado a casa, en el ministerio de Paris no está, los acólitos no lo han visto por las zonas regulares

- Padre lo torturara o matara por su insolencia - Negó con rudeza- La clavera, querida - La pelinegra se acercó- Gracias - Agarro la boquilla e inhalo la cachimba

Todos solo observaron un humo blanco que había exhalado la rubia, excepto Elina y Astrid que observaban con gran satisfacción como saldría todo.

- Es el momento, querida - Le indico Elina satisfecha

Astrid convirtió el suelo de mármol en un pequeño lago conocido por todos, ambos cuerpos se elevaron un poco mientras se hacían cenizas, Astrid se metió al agua pacientemente al mismo tiempo que los cuerpos de cenizas descendían hasta quedar sumergidos en el agua.

- La piedra de la resurrección, robada y entregada por la heredera de la muerte - Apretó con toda su fuerza la piedra entre sus manos haciéndola polvo y la dejo caer al agua- La sangre de la heredera de la muerte entregada a voluntad - Elina le entrego una botella

Astrid la destapo la botella que contenía su sangre y la vertió en el agua haciendo que las cenizas la absorbieran como lo hicieron con el polvo de la piedra.

>> La sangre del enemigo tomada por la fuerza - Un acólito entrego al humano sin tacto y el cuello de este fue cortado por Astrid dejando caer la sangre al agua para después tirar el cuerpo muerto lejos de ella- El hechizo creado por el padre de la heredera - Paso sus brazos por debajo de ambos cuerpos- Resucitarán al señor de la muerte y a su acólita más fiel... Rennervate Vulnera Sanentur... Rennervate Vulnera Sanentur... Rennervate Vulnera Sanentur...

Todos observaron como con el paso de los segundos el ritual de Astrid iba haciendo que ambos cuerpos regresaran a su forma original, sus pieles tan grisáceas sin vida ahora estaban tomando color al mismo tiempo que sus corazones empezaban a latir.

Astrid los saco del agua sin problemas gracias a su fuerza sobrenatural, seco a los tres con su magia e hizo que el piso se regresara a la normalidad, los ojos de ambos se abrieron de golpe al mismo tiempo que jadeaban con aire.

- Sangre de mi sangre - Siseo el mayor- Lo has logrado

- Padre - Se arrodillo ante él con la cabeza agachada- Madre, he cumplido todas y cada una de las misiones encargadas

- Bien hecho, hija mía - La elogio Vinda- ¿Nuestras varitas?

- Aquí, madre - Saco las varitas de ambos de su túnica para entregárselas sin levantarse del suelo o verlos

- Es tuya ahora, hija mía - Le dijo Gellert negando la varita de saúco- Con la tuya es más que suficiente - Agarro la primera varita de Astrid- Levántate - En una milésima de segundo la platinada estaba de pie observándolos

- Luego te le explico todo, madre - Le indico al verla como miraba a ambos clanes- Ellos son la razón por la cual pude concluir todo con éxito

- Elina, cuanto tiempo querida - Abrazo a la pelinegra- Estas envejeciendo gratamente

- Es bueno verla de nuevo, Vinda - Beso su mejilla- Acompáñenme, necesitaran nuevos atuendos, mis señores - Guio a ambos a sus habitaciones

- ¿Qué has hecho? - Le pregunto Esme aterrada cuando el hechizo dejo de hacer efecto

- Lo que tenía que hacer - La miro- Es por el bien de todos, amor - Aliso su túnica- Ahora seré recompensada con el poder que tanto he aspirado a tener

Elina, Gellert y Vinda regresaron al mismo tiempo que Astrid volvía a congelar a ambos clanes para que no se entrometieran y arruinaran el plan.

- Es momento de hacerlo, tenemos un mundo por liberar - Miro a su hija alisando su túnica

- La capa de invisibilidad, padre - Le entrego la capa- Harry Potter la poseía, pero mis acólitos pudieron robarla cuando lo lleve a una misión falsa

- Bien hecho - Asintió tomando la capa- ¡Reunión! ¡Ahora! - Ordeno a los acólitos con severidad

Los acólitos temblaron ante la gran autoridad y poder que emanaba Gellert, los cinco se fueron sin decir o hacer algo más, los ligeros y rápidos pasos de Renesmee sonaron haciendo que vean hacia las escaleras.

- Ven, pequeña - Ofreció su mano- Quiero presentarte a unas personas importantes - Renesmee agarro su mano sin ver a su familia- Padres, ella es mi pequeña princesa, Renesmee Cullen, ellos son mis padres cariño

Tanto Gellert como Vinda vieron como los ojos de su hija brillaban al mirarla, haciendo que sonrían de lado.

- Bienvenida a la familia, Renesmee - Le dijo Gellert con suavidad- Gellert Grindelwald y mi esposa, Vinda Rosier - La acerco hacia él agarrándola por la cintura fina de esta

- Hola - Los saludo Renesmee mirándolos con curiosidad y timidez a los dos mayores- Astrid me hablo mucho de ustedes - Vinda miro a su hija

- Buena elección hija, pero es hora - Arlette hizo que todos aparecieran en su lugar de reunión habitual

Ambos clanes observaban el lugar que era una gran sala antigua y oscura, todo el lugar estaba hecho de piedra craquelada y antigua, solo había luces tenues de color verde.

Vieron como todas las butacas se llenaron de la bruma verde que conocían perfectamente, cuando este seso dejo ver a tantos hombres como mujeres, todos de diferentes edad y lugares...

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