Capítulo 44
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La boda de Carmen y Astrid estaba iniciando, la rubia estaba siendo arreglada por Elina y Lena, ambas Grindelwald se las habían arreglado para persuadir a las demás para que las dejaran alistar a la mayor.
- ¿Cuándo será al final? - Le pregunto su sobrina terminando de peinar el cabello rubio cenizo de Astrid
- Después del baile de máscaras - Miro a Elina- Quiero empezar con los preparativos, necesitare de tu ayuda para ello, así que ya sabes que hacer
- Sí, mi señora - Asintió para salir de la habitación
- ¿Volverás a intentar que consiga pareja en el baile? - Le pregunto con diversión mirándola por el espejo
- Puede - Se encogió de hombros con inocencia- Pero ahora te quiero poner una tarea importante, quiero que estés con mi señora y la alistes para el baile, si ella quiere asistir, claro está, no la pienso obligar a asistir
- ¿Cómo le gustaría el vestido? - Le pregunto acercándose al tocador- Sé que el verde en ella resalta sus ojos y cabello, así que es prioritario que use el color de nuestra familia, pero tienes algún modelo de vestido en concreto
- De hecho, sí - Saco una libreta de uno de los cajones del tocador- Hice unos bocetos de los posibles vestidos, que ella escoja cual le gusta más, quiero que esté cómoda con su vestido, pero también quiero deleitarme con alguno de mis diseños
- Como gustes, tía - Asintió guardando la libreta en su túnica- ¿El maquillaje y peinado queda a gusto de ella o lo escogerá usted misma?
- Quiero su cabellera suelta, siempre he amado ver su cabello suelto - Se levanto de la silla para buscar su traje de boda- Ponle accesorios plateados, sus zapatillas deben ser del mismo color o algún otro que combine con el verde del vestido
Lena empezó a anotar los detalles principales que le gustaría a Astrid que su amada brujita podría llevar en el baile de máscaras.
- ¿Y la máscara? - Le pregunto alzando su mirada de su propia libreta- ¿Qué ella la escoja?
- Claro, pero si puedes persuadirla de usar la que represente a su familia mucho mejor - Empezó a botonar su blusa- Quiero que siga manteniendo de donde viene, aparte de que sus padres son demasiado estrictos como para no sentirse honrados por no ver algo de la familia en ella
Lena asintió para anotar ideas para la máscara junto a algunos detalles que sabría que a su tía amaría ver en su chica, más sabiendo que le gustaba mimarla a no más poder.
- Es hora, madame - Les aviso Jasper acompañado de Alice que estaba inquieta
- Carmen está en los últimos retoques, solo es de que bajes y empecemos - Le dijo Alice terminando de entrar a la habitación y alizar la ropa de Astrid- Estás tan hermosa - Tuvo que dar un pequeño saltito para poder besar bien los labios de la rubia
- Ternurita - Murmuro Lena al observar cómo Alice tuvo que besar a su tía- Bien, todos abajo, es hora del show - Agarro a Alice de los hombros para apartarla de su tía- Te ves hermosa, tía - Le guiñó el ojo con diversión e irse con ambos vampiros
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Carmen estaba observando maravillada las vistas desde la casa donde estarían, ahora podía salir a la luz del sol sin tener miedo a brillar ya que Astrid había descubierto una poción temporal para que aquello no pasara.
- ¿Te gusta? - Le pregunto Astrid entrando a la habitación con las maletas en manos
- Me fascina - Se giro para verla- Nunca pensé volver a salir al sol y menos por nuestra luna de miel
- Hablaba sobre el lugar, pero acepto también eso - Sonrió con diversión- ¿Salimos a conocer la aldea?
- ¡Sí! - Le contesto muy animada para acercarse a ella y jalar de su mano
Astrid se carcajeo al verla tan emocionada, la rubia había traído a su esposa a Grecia, al principio había pensado en Santorini, pero opto mejor por la aldea de Exo Gialos Thiras.
Carmen es muy tranquila y carismática, así que nada mejor que la aldea rural tranquila del lugar, después podrían viajar en carro para llegar a Santorini y conocerlo o hasta quedarse por unos días en ese lugar.
La castaña estaba abrazada del brazo de Astrid muy emocionada mirando todo lo que podía y lo fotografiaba, Astrid la comparaba perfectamente como una niña en una juguetería o dulcería donde sabía que le comprarían todo lo que quisiera.
Astrid estaba haciendo de todo para consentir a su nueva esposa, pero le era algo complicado al no saber con exactitud cómo comportarse ante ella y los asquerosos habitantes muggles que las miraban con curiosidad.
- ¿Regresamos a casa o quieres seguir aquí? - Le pregunto recostándose sobre sus codos- Ya casi caerá la noche, aunque podríamos ver las estrellas desde aquí
Ambas estaban en la playa cercana a la casa que había comprado para Carmen, Carmen estaba en la orilla del mar disfrutando del aire y agua fría del lugar.
El aroma a mar la tenía hechizada, sentir la arena mojada en sus pies dentro del agua cristalina del mar, sentir el viento mover su cabello en dirección que este se estuviera moviendo, sentir como los rayos del sol golpeaban su cuerpo y no se tenía que preocupar por estar brillando.
- Un rato más aquí - Le contesto en un suspiro
Astrid tomo la cámara para tomar una foto de la mayor estando tan relajada disfrutando del lugar, sonrió cuando vio la foto en la pantalla de la cámara.
Se volvió a acostar en la manta para playa dejando el pequeño aparato en su abdomen, cerro los ojos para relajarse al mismo nivel de su esposa.
Escucho los ligeros pasos de Carmen acercándose a ella, sintió el cuerpo de su mujer recostándose a su lado pasando su brazo sobre su dorso mientras su cabeza se recostaba en su brazo izquierdo.
- ¿Veremos las estrellas acostadas? - Le pregunto sin abrir los ojos
- Sí - Murmuro Carmen perdiéndose en el perfil de Astrid- Después podemos irnos a la casa y terminar la noche a cómo te gustaría - Una pequeña risa salió de los labios de la rubia
- ¿Y cómo sería aquello? - Abrió los ojos para verla- Si se puede saber, claro esta
- Sabes perfectamente a que me refiero - La miro con diversión- Eres muy sexual, no es de sorprenderse que te gustaría cerrar el día con broche de oro al tener sexo pasional por toda la casa
- Me conoce bien, esposa mía - Asintió con diversión- Espero hubiera disfrutado bien de la aldea, porque no pienso parar de follarte cuando lleguemos a la casa
Carmen golpeo la frente de Astrid con dos dedos haciéndola reír, se giró hacia ella para abrazarla mientras besaba suavemente la cabellera castaña de Carmen.
- Eres como una adolescente hormonal - Negó con diversión
- Me convirtieron a los 24 años, cariño - La miro a los ojos- Y sin ser virgen, era más que obvio que me volvería una ninfómana por ello
- ¿Con quién perdiste la virginidad? - Le pregunto con curiosidad
- No te diré - Negó con diversión- No creo que te agradé con quien la perdí
- ¿Pansy? - Le pregunto en un gruñido posesivo
- No - Negó riendo- Era 1957 amor, esa mocosa ni había nacido, aparte no tuve en si contacto con ella hasta la segunda guerra mágica
- ¿Entonces con quién? - Astrid negó con diversión- ¡Oh vamos! Puedes decírmelo, soy tu esposa
- ¿Y? - Aguanto las ganas de reírse ante la cara incrédula de la mayor- No te diré nada, así que mejor disfruta de las estrellas - Beso la nariz de Carmen con ternura para mirar el cielo
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