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Irina se reía mientras veía como Astrid cantaba y bailaba graciosamente enfrente de ella, Astrid agarro sus manos para levantarla del sillón de la terraza y hacer que baile con ella.

- Vamos, baila conmigo - Le pidió con diversión- Y canta

- My loneliness is killing me (and i)

I must confess I still believe (still believe)

When I'm not with you I lose my mind

Give me a sign

Hit me, baby, one more time - Irina empezó a cantar mientras agarraba las manos de Astrid y hacía que bailaran de adelante y hacia atrás

- I must confess (my loneliness) that my loneliness (is killing me)

Is killing me now (I must confess)

Don't you know I still believe (I still believe)

That you will be here (when I'm not with you I lose my mind)

And give me a sign

Hit me, baby, one more time - Termino de cantar Astrid atrayéndola hacia su cuerpo y besarla de forma lenta y amorosa

- Tienes una linda voz - La halago Irina mirándola directamente a los ojos

- No es la gran cosa - Le restó importancia- ¿Tienes sed? ¿O quieres que salgamos a conocer la isla? Tu isla, mejor dicho

- Como gustes - Beso la mejilla de Astrid haciéndola ronronear- Olvídalo, vamos a conocer la isla

Beso castamente en los labios para guiarla hacia afuera de la casa. Astrid había comprado una isla solamente para Irina, la isla Irina en Grecia.

Irina no le creía a Astrid que la isla era suya y tenía su nombre, después de que la menor le entrego los papeles del lugar la miro con asombro, no podía creer que ese fuera su regalo de boda por parte de su mujer.

Las lindas caricias en su mano hicieron que mirara a su ahora esposa, se veía tan hermosa mirando el bosque mientras algunos rayos de sol tocaban su suave y pálida piel haciendo brillar esos lindos diamantes de su cuerpo.

Suspiro sin poderlo evitar, cuando la miraba bicolor de su esposa se combinó con la suya sonrió tontamente, la menor le sonrió de la misma manera para acercarse a ella y besar sus labios castamente.

- Te amo - Murmuro cerca de sus labios- Te amo tanto, Irina Denali

- Yo igual te amo - Agarro la cintura de Astrid para besarla de forma posesiva e intensa- Odiare no tenerte solo para mí cuando la luna de miel termine

- Eso mismo me dijeron tus hermanas - Le dijo entre risitas- Créeme que para mí tampoco es fácil dividir mi tiempo con todas ustedes

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Apenas había regresado de su luna de miel con Irina cuando ya la estaban haciendo medirse su traje para la boda con Carmen.

La castaña se disculpaba una y mil veces con ella con timidez, pero Alice al estar como dictadora no podían hacer mucho.

La Cullen quería acelerar todo para que al fin pudiera casarse con la rubia, Astrid al final solo dejo que Alice hiciera lo que quiera ya que no podía pelear ante la ternura de esta.

- Deja de mimarla - La regaño Bella- Por eso es que nos tiene a todos como sus esclavos por la boda

- Es que es muy tierna - Se quejo infantilmente señalando a la más bajita que hacía ojitos y un lindo puchero- Es tan chiquita y tierna que me dan ganas de comerla a besitos - Dijo con voz melosa acunando la cara de Alice y darle besitos por toda la cara

- ¡¡Astrid!! - La regañaron todas las demás haciendo que la suelte entre resoplos

- ¿Por qué nadie en esta casa me entiende? - Le pregunto al cielo mientras abría los brazos hacia este- ¿Tan difícil les es comprender que no puedo luchar contra lo linda que es Alice? - Señalo a la más bajita que seguía haciendo caritas tiernas a la rubia

- ¡¡Sí!! - Contestaron todas frunciendo sus ceños

Astrid resoplo para abrazar a Alice y besarla con posesividad haciendo resoplar al resto.

- Vamos a mi cuarto nena, ellas no entienden lo nuestro - Cargo a Alice como un costal de papas y se giró dramáticamente e irse

- ¡¡ASTRID COLLETE GRINDELWALD ROSIER!! ¡¡VEN ACÁ AHORA MISMO!! - Le gritaron todas desde el primer piso

- ¡¡Una mierda!! - Gruñó para cerrar la puerta de su cuarto- Nadie entiende lo tierna que eres, corazón - Bajo a Alice de su hombro para sentarla en el sillón de su habitación

- ¿Si sabes que después te mataran? - Le pregunto con diversión cruzándose de piernas

- Valdrá la pena - Se encogió de hombros con inocencia- Casi no convivo con todas ya que me es difícil hacerlo, así que tienen que respetar que cada una tenga algo en concreto que me cautive más de ustedes - Se arrodillo enfrente de ella para agarrar sus manos y besar sus nudillos

- ¿Te está gustando la decoración de la boda? - Le pregunto con ilusión- Me pase toda la semana combinando tus colores con los colores de Carmen

- Me fascina, amor - Beso nuevamente los nudillos de Alice- Todo lo que haces y creas me fascinan, no sabes las ganas que tengo para ver nuestra boda

- ¿Después de Carmen quién va? - Le pregunto ansiosa

- Bella y después Rosalie - Le contesto acariciando su manos- Esme y tú no han concretado el lazo conmigo a como lo han hecho las demás, así que entre las dos tendrán que sortearse quien será la última de las dos

- Esme no esta tan desesperada - Le comento casualmente indagando en su mente- Puede que me toque a mí primero

- Quiero que ayudes a Bella, sabes cómo es ella con el tema de bodas - Beso las palmas de las manos de Alice- Aparte no quiero que se agobie a como se estaba agobiando Tanya, no es nada lindo verlas así, amor

- Ayudare a todas las que sean necesarias, amor - Ronroneo ante los masajes de Astrid en sus piernas- ¿De qué colores quieres las flores del centro de mesa?

- Las que guste Carmen - Beso el pie de Alice para empezar a masajearlo- Casi no se me da eso de escoger colores de flores, puedo escoger colores para manteles y cosas así, pero para flores no - Negó concentrada en el masaje

- Mmm, que buenas manos tienes - Murmuro derritiéndose ante los mimos de la menor- Justo ahí, cielo - Le indico cuando Astrid toco un punto en concreto de su pie

Astrid sonrió contenta al verla tan relajada en el sillón mientras ella masajeaba su pie derecho, a la menor le gustaba dar masajes, hacia lo mismo con Vinda cuando estaba muy estresada o cansada.

- Quiero que te quites la blusa y te acuestes en mi cama boca abajo, linda - Beso el pie de Alice para soltarlo con suavidad

Alice confundida se paró del sillón y se quitó la blusa, se acostó en la cama boca abajo y espero a Astrid.

La rubia agarro dos botes de aceites que tenía bien guardados en uno de sus cajones, se acercó a la cama y se sentó a lado de Alice, desabrocho el sostén de esta y unto un poco de ambos aceites en su espalda.

- Estos aceites son de cítricos y sándalo - Empezó a masajear los hombros de Alice- Ambos son muy relajantes, sobre todo el sándalo funciona para las tensiones musculares y déjame decirte que estas muy tensa, amor - Beso la cabellera castaña de la más baja

- Eres un ángel - Le dijo en un suspiro- Y tienes las manos de uno

- Relájate y déjate llevar por la liberación de tensiones, querida - Le indico suavemente bajando un poco sus manos hacia los omóplatos de su espalda- Después puedes halagarme lo que gustes y seguir con tus actividades, pero en este momento quiero que liberes todas tus tensiones y preocupaciones

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