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Capítulo 40

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Todas estaban tensas desde que Pansy llego a la mansión, estaban en la sala esperando que su prometida-esposa saliera de su oficina con aquella bruja, que todas sin excepciones querían golpear.

Era poco feminista de su parte, pero verle esa sonrisa burlona y altanera hacía que quisieran romperle cada uno de sus huesos.

Cuando escucharon las altas puertas de la oficina de Astrid abriéndose y cerrándose se levantaron de los sillones, esperaron impacientes y tensas mirando las elegantes escaleras.

Gruñeron cuando vieron como la mano de Pansy estaba en el bíceps braquial de Astrid cuando esta mantenía flexionado su brazo.

- Casi se me olvida - Miro con atención como la menor buscaba algo en su túnica negra- En la mansión Parkinson se llevará a cabo un baile especial por el aniversario de la existencia de la familia - Le entrego una invitación- Es más que claro que las familias de sangre pura estarán ahí

- Será un honor asistir al baile - Acepto gustosamente observando la invitación- ¿Con acompañante?

- Sí, pero me gustaría que fueras sin alguna de sus mascotas - Miro a las mujeres con desprecio para volver a mirar a Astrid- Sabes que a mis padres y a mí, siempre nos encantó la idea de tenerte en nuestros bailes y celebraciones solo para nosotros

- Su posesividad tan característica siempre la he notado, Pansy - La miro con diversión- Y el que lleve a algunas de ellas o no, es cosa mía - Aclaro con seriedad desagradando totalmente a la menor- Y no son mascotas, son personas, así tenga la dicha de dirigirse ante ellas a como son

- Claro - Sonrió falsamente- Todos los sagrados veintiocho que aun existan y sean puros estarán, eres mi invitada especial, así que espero con ansias su asistencia

- ¿Me está pidiendo ser su acompañante indirectamente? - Alzo una ceja con diversión

- Claro - Contesto con descaro- Nadie es más perfecto que tú para acompañarme, ¿Qué dice?

El silencio era tenso, las mujeres estaban gritándole desde sus adentros que rechazara la propuesta y llevara a una de ellas, se habían alegrado cuando Astrid defendió sus posiciones como personas y no mascotas.

- Tengo que decir que estoy muy halagada por su propuesta - Pansy sonrió ampliamente mientras que las mujeres sintieron un gran punzón en sus corazones- Pero declinare ante esta, llevaré a alguna de ellas conmigo para el baile o a mi sobrina, quiero que se relacione más con la sangre pura, no quiero que quede sin pareja

La sonrisa de Pansy se esfumo al escucharla, las mujeres se relajaron y se alegraron al escucharla.

- Espero verla en mi casa - Beso la comisura de Astrid con lentitud- Es dentro de dos días, a las ocho de la noche - Desapareció relajándolas aún más

Vieron como la Grindelwald miraba la invitación con suma atención, veían como los engranajes de la cabeza de esta se movían con gran rapidez, conocían esa mirada, algo tramaba su chica.

- ¿A quién llevaras? - Le pregunto Tanya rompiendo el silencio y llamando la atención de la menor

- Ni idea - Contesto para darse la vuelta e irse encaminando hacia las escaleras nuevamente

Eso era algo que odiaban aún más cuando Pansy llegaba, parecía hacer que la Astrid que conocieron primero apareciera.

La rubia se retraía nuevamente, su voz se tornaba neutral y su mirada era tan vacía que parecía estar sin vida, sus movimientos eran casi robóticos y automáticos.




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El día del baile había llegado y Astrid no les había dicho nada a ninguna, todas tomaron aquello como la respuesta de que llevaría a su sobrina con ella y no algunas de ellas.

Todas suspiraron innecesariamente al ver que otra vez Astrid salía más seguido acompañada con alguno de sus acólitos, ya habían interceptado a algunos para sacarle información del porque salían tanto.

Pero todos preferían morir ante sus manos que ser traidores soltando, aunque sea una pizca de información de donde y porque iban a ciertos lugares. Pudieron ver lo aterrados que estaban como para hablar, así que no lo volvieron a intentar.

Las horas pasaron y Astrid apareció con un traje de vestir era color esmeralda, su blusa era blanca y su corbata de color plateado, en el saco verde había un broche con el escudo familiar Grindelwald de color plateado.

Llevaba puesto unos altos tacones negros que combinaba con su túnica negra, había pequeños detalles de cadenas plateadas decorando el corsé que tenía incluido el saco verde, todo le quedaba a la medida.

Su cabello rubio cenizo estaba peinado elegantemente en ondas, estaba suelto dándole un toque informal, su rosto tenía tenues rastros de pintura y sus labios estaban pintados solamente de bálsamo, todas sintieron como sus piernas temblaron ante ella.

- Hermosa - Murmuraron sin aliento detallándola con ganas de besarla hasta dejarle los labios hinchados

- Gracias mis amores - Le sonrió coquetamente- Las veo dentro de pocas horas, si me aburro regresare antes - Les indico- En cualquier momento debe llegar, Lena - Miro el reloj de bolsillo que cargaba

Tal y como lo dijo, unos segundos después su sobrina apareció, se veía espectacular. Vestía un hermoso vestido esmeralda con corte en V demasiado largo, esta paraba hasta el inicio de su dorso.

El vestido era largo y suelto, su cuello y hombros eran cubiertos por una túnica negra al igual de negros que sus zapatillas, en la túnica había el mismo broche familiar plateado. Su cabello negro caiga como cascadas por su espalda y hombros, era igual de rizado que el cabello de Jon.

En este había una diadema plateada con diamantes en cada hoja creando una diadema hecha de hojas de algún hermoso árbol, en su cuello había un collar con el mismo estilo.

- Estas hermosa, tía - La halago con diversión- Tenía tiempo sin verte con esos trajes - Aliso su vestido

- Tú igual estas hermosa, sobrina - Se acerco a ella- Dignada de ser una Grindelwald, espero conseguirte algún novio o novia en el baile, así que no quiero que los espantes con tu control

- No prometo nada, tía - Bufo rodando los ojos- Que Jhezus ya tenga esposo e hijos, significa que tengas que casarme

- No casarte, pero, aunque sea tengas pareja, querida - Se encogió de hombros- Sabes la importancia de conservar a nuestra familia

- Lo sé - Suspiro- Pero los hombres de ahora son tan imbéciles y las mujeres son cada vez más alejadas de lo amoroso para concentrarse en sus metas personales

- Eso déjamelo a mí - Sonrió con malicia- Los encantos Grindelwald son imposible de resistirse, sino pregúntales a ellas - Señalo a sus mujeres- Desde hace rato están babeando

El sonido de un carro llegando hizo que todas reaccionaran, vieron como ambas alisaron sus ropas y se arreglaron entre ellas rápidamente.

- Es la limosina Parkinson, mi ama - Anuncio el elfo- El chofer las espera, mis amas

- Bien, nos retiramos - Anuncio a sus mujeres- Como dije antes, las veo dentro de pocas horas, si me aburro regresare antes - Le ofreció su brazo a su sobrina- Sí me ven llegar más tarde de lo habitual no se preocupen, es normal

- Sé sabe enfiestar - Murmuro Lena ganándose un codazo por parte de su tía- ¡Ay! Perdón por decir la verdad

- Nos vamos - Resoplo con diversión- Espero nada se salga de control como la última vez

- ¿Cómo pueden pelear por una estupidez como esa? - Pregunto la menor aun sin entenderlo

Ambas Grindelwald se fueron hacia la limosina hablando sobre el último percance del último baile que asistieron creado por alguna de las familias de sangre pura.

Todas vieron como subieron a la elegante limosina con el logo de la familia Parkinson e irse, estaban temerosas a lo que podía pasar en aquel baile sin alguna de ellas presente.

- Querida, que gusto verte - La saludo Elizabeth Parkinson- Solamente te había visto por los diarios - Beso la mejilla de la mayor

- Es bueno verte de nuevo, Eli - Beso el dorso de la mano de la matriarca- He mantenido su atención en los mortifagos y después en mis propios ideales, no he tenido tiempo para las reuniones sociales

- Sí, nos hemos dado cuenta, querida - Asintió abrazando el brazo derecho de la menor- Mi hija estaba muy preocupada por no saber si al final asistirías, es igual de perfeccionista que su padre, ya sabes cómo pueden ser

- Ni que me lo digas, querida - Asintió caminando con ella- Pansy aún tiene las manías de Perseus cuando prefiero las tuyas, son menos estresantes

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