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Astrid observaba con atención como sus demás prometidas restantes mataban con la mirada a Tanya, Kate y ella estaban más que contentas hablando sobre sus lunas de miel y como Astrid había sido con ellas.

Se quejaron de algunas manías de la menor durante la luna de miel haciendo que ella las fulmine con la mirada, pero estás literalmente la estaban ignorando olímpicamente fingiendo inocencia.

- ¿Ya terminaron de criticar mis "manías"? - Hizo comillas con sus dedos

- Sí - Contestaron al mismo tiempo descaradamente

La menor resopló para levantarse del sillón e irse a la habitación de Irina, quien sería la tercera con quien casarse.

- ¿Ya dejaron de criticar tus lindas manías? - Le pregunto con burlo cuando la menor la abrazo por la espalda

- Sí - Refunfuño- No tengo manías como para que las critiquen

- Si la tienes - Le contradijo con diversión- Y muchas, amor - Ladeo su cabeza para verla- Puedo numerarlas si gusta señorita Denali

Astrid refunfuñaba escondiendo su rostro haciendo reír a la mayor, Irina siguió mirando por el gran ventanal disfrutando de la cercanía de su prometida.

- Te amo - Murmuro Astrid tomando totalmente desprevenida

- Te amo más - Murmuro Irina con una pequeña sonrisa sintiendo su corazón latir irónicamente, ya que este estaba muerto hace siglos

Los besos tiernos y suaves de Astrid en su cuello y hombros la relajaban mientras se sentía amada por primera vez.

Con Laurent se sentía acompañada, pero no entendida, amada, protegida y en paz como lo sentía con ella. Era tan diferente, tan lindo y cálido, ella era tan dulce y risueña a comparación de ella que era seria, callada y malhumorada.

- Somos el complemento de la otra, linda - Murmuro Astrid sacándola de sus pensamientos- Lo que sientes es el verdadero lazo de compañeros, disfrútalo y no le tengas miedo

Se quedo en silencio procesando aquello, ¿Cómo sabía aquellos pensamientos? Hasta que recordó que su linda prometida era una brujita y podía ver toda su mente como si fuera un libro abierto par en par.

>> Eres un libro tan melancólico y lindo - Continuo la menor- Y gracias por lo de linda - Sintió el aliento de Astrid golpeando su hombro haciéndole cosquillas- ¡Oh! Alguien tiene cosquillas - Se acerco más

- Espera - Se quiso se parar, pero era tan tarde

Astrid empezó a rozar su nariz contra el punto de cosquilla de Irina que se encontraba casi en los omóplatos de su espalda.

La risa de Irina salió sin poderlo evitar al sentir el cosquilleo de la punta de la nariz de su prometida por uno de sus puntos de cosquillas.

- Que linda risa, señorita Grindelwald - Sonrió con malicia- Creo que tendré que hacer esto más seguido

- No - Negó rápidamente retorciéndose entre los brazos de la menor- Para - Siguió riendo

- No - Negó riendo levemente- Me gusta mucho tu risa, más hecho por mí

- Para - Pidió riendo- Astrid - Lloriqueo aun riendo- Al fin - Suspiro innecesariamente cuando Astrid paro sus cosquillas

- Que exagerada - Negó con diversión- Solo fueron unos segundos de cosquillas, pero no mentí al decirte que tenías una risa muy linda - Beso el hombro de la mayor

- Mentiras - Dictamino avergonzada- Puras mentiras... ¡¡No!! ¡¡Espera!! - Le pidió cuando volvió a atacarla con cosquillas

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Los tiernos besos de Astrid hacían que el cuerpo de Irina temblase de felicidad, desde que la menor había regresado de su luna de miel con su hermana mayor se había dedicado a darle tiempo especial y exclusivo a ella.

Ni Renesmee o alguno de sus acólitos llegaban a las horas cuando estaban juntas, no importaba que hacían, absolutamente nadie los interrumpía, no importaba si alguien muriera, nadie parecía atreverse a interrumpir su tiempo a solas.

- ¿Es todo? - Le pregunto confundida

- Amor, ya te leí todos los cuentos de Beedle el bardo - Le contesto con diversión- ¿Quieres que te lea libros aburridos sobre el mundo mágico?

- Sí - Se encogió de hombros- Tienes la voz perfecta para las lecturas, así que hasta el libro más aburrido del mundo se escuchara perfecto saliendo de ti - Observo como Astrid se mordió levemente su labio desviando la mirada

Sonrió al saber que la había avergonzado, se sentó mejor en el sillón para acunar su rostro y besarla de forma lenta y amorosa.

- No me gusta jugar el quidditch, pero si verlo, así que te leeré "Quidditch A Través de los Tiempos" - Murmuro con los ojos cerrados- Ahora vengo - Dejo un casto beso en los labios de su prometida para ir pararse del sillón

Camino tranquilamente por los altos y largos pasillos de su mansión hasta llegar a la biblioteca, dejo el ejemplar de "Babbitty Rabbitty y su Cepa Carcajeante", busco el libro de quidditch encontrándose inesperadamente con Bella leyendo sobre la historia del mundo mágico.

- ¿Espiando señorita Denali? - Le pregunto burlonamente Bella sin despejar su mirada del libro

- Admirando en realidad, señorita Grindelwald - Sonrió de lado acercándose a ella- Fue mera coincidencia encontrarla en mi biblioteca leyendo sobre mi mundo - Se sentó en la mesa de cerezo dejando su pierna derecha colgando de este- ¿Le está gustando su lectura, madame?

- Es interesante - Asintió elevando su mirada dorada hasta la de Astrid- Algo abrumador tener tanta información sin saber con qué relacionarla en el mundo humano - Alzo un poco el libro "Un Viaje Por la Historia de la Magia"- Tienes bastantes libros interesantes, pero este es mi favorito

- Me alegra mucho escuchar aquello, madame - Alzo su mirada a la segunda planta de la biblioteca unos segundos- SI me disculpa, tengo que seguir buscando un libro para Irina, te veo luego, amor - Se acerco a la frente de la menor para darle un tierno beso en este

Apareció en la segunda planta sintiendo la mirada intensa de Bella en su espalda, agarro el libro para Irina para volver aparecer enfrente de la castaña.

Le dio un largo y tranquilo beso en los labios para salir de la biblioteca, escucho la suave y tímida risita de la menor detrás suyo haciéndola sonreír tontamente algunos segundos.

- Pensé que me habías dejado sola - Bromeo Irina cuando entro a la habitación de la mayor

- Pido me disculpé - Se sentó a su lado- Pero en la biblioteca estaba Bella leyendo y no pude evitar detenerme ante ella para preguntarle como iba su lectura, ¿Seguimos? - Alzo el libro rojizo

- Claro - Beso su mejilla para volver a recostar su cabeza en las piernas de Astrid- Te escucho

Astrid soltó una risa nasal mientras negaba con cabeza divertida, abrió el libro y aclaro su garganta antes de empezar a leer.

La suave voz con toques roncos de Astrid relajaba a Irina, el acento búlgaro tan marcado junto al francés le daban el toque exótico que ponía las piernas a temblar de ella, sus hermanas y primas, no las culpaba en realidad, su prometida era malditamente hermosa y sexy.

- Que lindo momento - Hablo esa maldita voz que tanto quería ahogar a golpes- No pensé que fueras de leerle a tus mascotas, querida

- Hay muchas cosas que no conoces de mí - Le dijo Astrid alzando una ceja- ¿Qué deseas? Si interrumpes así de repentinamente, debe ser importante

- Lo es - Las tres vieron como el resto de las mujeres entraban a la habitación cuando sintieron la presencia de la castaña- Veo que he invocado mentalmente al resto de tus mascotas - Miro con desdén a todas

- Hablemos en mi oficina - Se levanto con cuidado del sillón- Espero sea importante, Parkinson - Se paro a lado de ella

- Siempre traigo información importante, amor - Siseo lo última apropósito agarrando el libro y dejándolo sin cuidado en la mesa más cercana

Todas gruñeron ante su descaro, pero la menor solo les sonrió con diversión y superioridad, todas miraron a Astrid alzando una ceja, pero esta solo mantenía su mirada en la menor.

- ¿Terminaste de observarlas? - Cuestiono entre dientes

- ¿Molesta por mi atención en tus mascotas? - Le cuestiono con diversión- Sí es así, me disculpo ya que mi atención solo es para una persona - Se acerco a Astrid quedando a escasos centímetros de ella- Y sabes perfectamente quien es, cariño

- El joven Zabini - Pansy negó confundiéndola- ¿Algún amante que no conozca? - Volvió a negar- Interesante, ¿Entonces una nueva conquista?

- Aquella persona podría ser eso y más, pero prefiere a las mascotas - Miro a las inmortales de reojo- Un desperdició de tiempo cuando tiene todo un futuro asegurado conmigo, una mujer sangre pura con ideologías supremacistas - Aliso el cuello de la blusa de la mayor- Puede tener los descendientes más hermosos y de sangre pura ideales, un estatus perfecto... El poder perfecto - Lo último tenso a todas- A mi lado, claro esta

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