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La risa de Kate llenaba el vacío de la habitación mientras se abrazaba a los hombros de Astrid, las ahora esposas estaban disfrutando tranquilamente su luna de miel en Suiza, Jon y Elina les había dado como regalo de boda su luna de miel en aquel país.

- Hermosa - Beso su hombro- Divina - Beso su cuello- Majestosa - Beso su mandíbula- Y tan mía - Beso posesivamente los labios rojizos de Kate

- Mmm - Gimió cuando los dientes de Astrid mordisquearon su labio inferior- Extrañare tenerte solo para mí - Hizo un pequeño puchero con su labio

- Mi linda berrinchuda - Beso castamente el puchero de Kate- Tarde o temprano la luna de miel tiene que pasar - Acariciaba los costados desnudos de la mayor

- ¿Nos podemos quedar más días aquí? - Le pregunto con malicia- Digo, para poder disfrutar mejor de Suiza

- Oh linda - Negó con diversión- Sabes que eso no pasara - Se recostó en el cabezal de la cama

- Lo tenía que intentar - Bufo acostándose sobre el cuerpo desnudo de la menor

Ambas se quedaron dándose lindos y suaves acaricias por todo el cuerpo desnudo de la otra, los castos besos no faltaron igual.

- Nos faltan varios días para regresar - Le dijo Astrid mirando por la ventana de la habitación- ¿Qué quieres que hagamos? ¿Quieres conocer el Monte Cervino? ¿Hacer senderismo? - Kate se sentó ahorcadas del dorso de la menor

- Quiero que me folles toda la maldita semana - Ronroneo mordiéndose el labio- Que me dejes sin caminar si es necesario, pero necesito tus manos encima todo el tiempo, después de nuestra luna de miel no podré tenerte como ahora - La beso hambrienta de querer más de ella sabiendo que no pueden cansarse

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Advertencia, contenido +18. Leer bajo su responsabilidad.

- No sé qué vista me gusta más, si mi rostro entre sus piernas o las montañas del fondo - Ronroneo Astrid mirando el panorama

La casa tenía una habitación con grandes ventanales que daban directo a las montañas cubiertas de nieve, Astrid había querido hacerle el amor a Kate en esa habitación por el morbo de que tal vez alguien las pudiera ver.

La cama amplia ya estaba destrozada debajo de ellas, pero no les había importado, solo quería tenerse una a la otra sin importar que. La Denali estaba temblando recuperándose del último orgasmo atada a la cama, gracias a la magia de la menor.

- Mierda - Maldijo cerrando las piernas- Estoy muy sensible

- Puedo verlo - Murmuro pasando sus dedos por las piernas de la mayor- Me tienes tan dura con solo mirarte - Beso las piernas blanquecinas sin poder parar sus caricias

- No me molestaría tenerte dentro de mí - La miro pícaramente

- Que así sea - Ronroneo agarrando mejor las piernas de la mayor y entrar de una estocada entro de ella por completo

Un gran gemido salió de los labios hinchados de Kate, quiso bajar sus brazos para tocarla, pero las cuerdas mágicas se lo impidieron haciéndola gruñir.

- Suéltame - Lloriqueo- Quiero tocarte... ¡¡Ahh!! - Gimió con fuerza cuando dio una estocada pausada y fuerte

- No - Negó gruñendo- Las niñas malas se castigan, y tú se has portado muy mal - Saco su miembro de ella causando un gemido infeliz en ella

- No pares- Suplico- Quiero mi orgasmo - Vio como Astrid se levantó de la cama para sacar algo de su maleta- ¿Qué harás con eso? - Le pregunto insegura mirando lo que traía entre sus manos

- Castigarte - Se subió la cama- ¿No era obvio? - Alzo una ceja para después darle la vuelta

Un pequeño gritillo de sorpresa salió de Kate, sus brazos quedaron cruzados, sintió como las manos de Astrid acarician su espalda junto a la fusta de cuero, su cuerpo tembló ante la sensación del cuero de la fusta acariciándola.

- Maldita sea, fóllame de una vez - Gruñó frustrada- ¡¡Ahh!! - Gimió con fuerza cuando un latigazo paro en su trasero

- No creo que estés en posición para exigirme tal cosa - Le dijo con severidad- Ahora solo quiero que disfrutes de cómo te daré - Kate asintió- Palabras, linda

- Sí amor - Murmuro aguantando las ganas de exigirle nuevamente

Otro azote en su trasero hizo que un gran gemido saliera de su garganta, sus piernas temblaron ante el placer que estaba recibiendo, sentir los dedos hábiles de Astrid en su botón tan sensible mientras la azotaba era lo mejor del mundo.

De una sola estocada la menor volvió a entrar en ella para hacer movimientos lentos y duros dándole uno que otro azote en su trasero o piernas.

Los lloriqueos y gemidos llenaban la habitación, los gruñidos y gemidos profundos de Astrid le hacía compañía, ver a su esposa siendo tan sumisa ante ella recibiendo los azotes sin disgusto la ponía al mil.

Adoraba ver como salía y entraba en ella con rudeza mientras la azotaba de la misma manera, sin duda si fuera humana los golpes serían brutales para ella, no hubiera aguantado el segundo azote por lo ruda que estaba siendo.

Al principio creía que estaba siendo muy salvaje, estaba pensando en bajar la intensidad, pero al ver como a Kate le gustaba que fuera tan ruda siguió con la misma intensidad.

Quito las cuerdas dejando libre sus muñecas, la agarro del cuello con su mano izquierda apegando su espalda con su dorso sin dejar de moverse.

Soltó la fusta para poner sus manos en los pechos de la mayor bombeando de forma rápida y dura, las manos de la mayor pararon en las piernas de la menor enterrando sus uñas.

- ¡¡Oh dios!! - Gimió con fuerza- ¡¡Justo así!! - Paso sus manos la espalda baja de la menor arañándolo

- ¡¡Por Merlín!! - Gruñó mordiendo el hombro de la mayor- Mira al frente - Le ordeno

Cuando los ojos ónix de Kate fueron al frente vio como un espejo ovalado estaba enfrente de ellas dejándole ver a la perfección como la follaban.

>> Mira lo malditamente ardiente que te vez en mis brazos - Gruñó bajando su mano derecho a su feminidad- Eres una delicia tan adictiva - Los movimientos rápidos de sus dedos la hacían delirar- ¡¡No aparte la mirada!! - Gruñó al ver que sus ojos se blanqueaban

Kate con todo su esfuerzo mantuvo sus ojos fijos en como la mano izquierda de su esposa la ahorcada mientras la otra estaba tocándola, podía ver como sus muslos se movían al choque de la pelvis de su esposa contra su cuerpo.

Era un imagen tan lasciva y deliciosa para observar, la menor hizo que acostada su dorso en la cama dejando su trasero al aire, su cabeza estaba ladeaba a la derecha, vio como el espejo se movió al mismo lado dejándole ver un nuevo ángulo.

Ahora vea como el miembro de su esposa entraba y salía de ella de forma ruda, sus brazos fueron a la espalda siendo bien agarradas por las manos de Astrid, le excitaba de una manera descomunal toda la situación.

Nunca la había visto siendo tan depravada, su cuerpo tembló con fuerza sintiendo el nuevo orgasmo, sus ojos se blanquearon y sentía como Astrid se movía de forma más ruda y rápida.

Un gran gemido salió de ambos cuando llegaron al nuevo orgasmo, las embestidas de la menor fueron disminuyendo alargando el éxtasis del momento hasta que bajaron por completo.

El cuerpo de Kate termino cayendo a la cama rendida, sus piernas aun temblaban, sus ojos estaban aun fijos en el espejo observando el rostro lleno de satisfacción y placer de su esposa mientras sus músculos tensos se relajaban poco a poco.

Vio como la menor se apartó de ella siendo que jadee por la perdida, enterró su rosto en su feminidad limpiando todo el desastre que había hecho. Verla limpiándola era extasíate, verla tan dispuesta en darle todo el placer que quiera, verla siendo tan suya.

- Mierda - Gimió cansada de alguna manera sorpréndete- Me alegra no ser humana, o si hubiera terminado en silla de rueda

Los besos suaves de Astrid recorrieron las piernas, trasero, espalda y hombros de Kate relajándola, la menor la abrazo besándola con tranquilidad.

- ¿Mi linda súcubo está satisfecha? - Kate asintió- Descansa, te lo mereces amor

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