Capítulo 31
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La risa de Renesmee llamo la atención de Edward, se extrañó ya que no había nadie cerca para hacerla reír como lo hace Astrid o alguno de su familia.
Se acerco a la puerta de su hija y vio mariposas plateadas volando alrededor de la menor mientras esta brincaba un poco para tocar las que estaban más arriba haciéndolas desaparecer.
- Mira papi - Le dijo riendo- Astrid me regalo una caja que crea mariposas - Señalo la caja de madera de caoba oscuro abierta dejando salir varias mariposas
El cobrizo alzo una ceja mirando de lejos la caja con intriga, se acercó a su hija uniéndose a tocar las mariposas para que se desaparezcan mientras la caja creaba más mariposas en su habitación.
- Veo que les gusta la caja - Les dijo la voz suave de Astrid
Los dos miraron a la puerta de la habitación, la rubia estaba recostada en el marco de la puerta cruzada de brazos mirándolos con diversión y una sonrisa ladeada.
- ¡Astrid! - Chillo Renesmee para acercarse a ella- ¡Volviste antes! - Brinco hacia ella siendo bien recibida
- Te lo prometí, bodoque - Beso su frente- Te dije que regresaría lo más rápido posible - Inhalo el dulce aroma de su cabello
Renesmee metió su rostro en el cuello de la rubia aferrándose a su cuello, Edward miraba con atención los pensamientos tan felices y pacíficos de su hija, le gustaba aquello, pero a la vez no.
- ¿Veremos películas? - Le pregunto sin salir del cuello de la mayor
- Todas las que quieras, bodoque - Beso su cabellera para llegarla a la sala- ¿Qué quieres que veamos? ¿La Era de Hielo o Tierra de Oso?
- Tierra de Oso - Chillo sacando su rosto del cuello de Astrid- ¿Podemos comer dulces mágicos?
- Pocos o te enfermaras del estómago - Le indico suavemente- La última vez comiste tantos que no pudiste levantarte casi toda la mañana
Renesmee asintió eufóricamente, Astrid llamo a su elfo y le indico que le trajera algunos dulces a la menor junto a palomitas.
- Largo - Le indico al elfo dándole los dulces a la menor que ya estaba comiendo una rana de chocolate
- Mira, eres tú - Le enseño el cromo
- Me veo muy guapa, a decir verdad - Bromeo agarrando el cromo- Mis ojos me dan ese toque especial
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Las mujeres de ambos clanes estaban reunidas en la sala de la mansión haciendo sus actividades en conjunto, los hombres estaban con ellas al pendiente de lo que Renesmee quisiera hacer, ya sea jugar videojuegos con su tío Emmett o escuchar las historias de su tío Jasper.
Una linda mariposa apareció en la sala, esta voló alrededor de las mujeres haciéndolas sonreír al saber que era el patronus de su amada.
- Síganme - Murmuro la suave voz de Astrid dentro de la mariposa- Cuiden a Renesmee por el momento - Empezó a volar hacia el bosque donde había un camino de más mariposas
- Vayan - Les indico Edward que tenía a Renesmee en sus piernas leyéndole un cuento
Las mujeres no dudaron ni un segundo para seguir el camino de mariposas, entre más se adentraban al bosque más mariposas aparecían.
La iluminación del lugar era poca, gracias a que ya estaba cayendo la noche en Bulgaria, podían ver el hermoso resplandor plateado de las mariposas revoloteando por la zona iluminando tenuemente su camino.
Vieron como varias luciérnagas empezaron a aparecer en el lugar revoloteando hacia la misma dirección que las mariposas dándole el toque natural.
Cuando llegaron a un claro a lo alto de una de las montañas las mariposas y las luciérnagas se distribuyeron por la zona actuando con naturalidad, no había nada ni mucho menos se sentía la presencia de alguien cerca.
Una delicada y suave melodía de piano resonó en el bosque mientras un holograma se creaba por las mariposas.
Crearon los cuerpos de cada una de ellas en medio del claro, sus rostros eran sonrieron cuando vieron al holograma de Astrid apareciendo siendo abrazada por ellas cuando estuvo cerca.
Sus hologramas se fueron dejando solo a la de Astrid que las miro con una sonrisa ladeada que tanto amaban ver en ella, esta se acercó a ellas e intento acariciar las mejillas de todas, pero era más que obvio que eso no podía pasar.
Jadearon cuando el holograma de Astrid se arrodillo ante todas ellas enseñando una caja con ocho anillos en ella, todos estaban con el mismo diseño, pero eran de diferentes tamaños y en medio de las esmeraldas estaban sus iniciales grabado.
Detrás del holograma de Astrid se empezó a escribir; Mis amores, ¿Me harían el honor de casarse con esta humilde y estúpida bruja?
- ¿Me darán el honor de hacerlas felices por el resto de nuestras existencias? - Les pregunto Astrid enfrente de ellas
Cuando sus miradas bajaron al holograma de Astrid, este ya era ella en persona sosteniendo la cajita terciopelada blanca mientras las miraba con amor y adoración total.
>> Sé que sigo remediando mis errores, que sigo buscando sus perdones, pero no puedo vivir ustedes ahora - Trago un poco de ponzoña- No soy buenas con la palabras románticas, pero sí con las acciones y esta es la mejor demostración de mi amor hacia ustedes - Las miro muy nerviosa
La primera en irse hacia ella tacleándola fue Kate, la beso con posesividad haciéndola reír por su reacción.
- Claro que sí - Murmuro Kate- Yo te perdone desde hace semanas - La beso por última vez para que pudieran levantarse del pasto
- Es bueno escucharlo, mоята любов (mi amor) - Ronroneo agarrando el anillo con su inicial y deslizarlo con delicadeza por su dedo anular izquierdo
No pudo besar el dorso de su mano ya que fue tacleada por el resto de las mujeres que se turnaron para besar los labios de Astrid haciéndola reír.
- ¡Si queremos casarnos! - Dijeron al mismo tiempo igual de emocionadas y conmovidas
- Me estoy comprometiendo con niñas - Negó con diversión- ¿Si saben que necesitamos pararnos para que pueda ponerles el anillo?
- Perdón - Se disculparon con inocencia para levantarse
Astrid se rio negando con diversión, empezó agarrando el anillo de Tanya y deslizarlo con delicadeza por su dedo anular, le siguió Irina, Carmen, Bella, Esme, Rosalie y Alice como última.
Beso el dorso de la mano de cada una para después besarlas con cariño, todas estaban tan felices que ronroneaban cuando esta las besaba sintiendo el anillo de esta en su dedo.
- Las amo tanto - Les murmuro viéndolas embellecida ante sus presencias- Las amo como no tienen idea
- Y nosotras a ti - Le dijo Esme enternecida para besarla nuevamente
- Mhmm - Asintió sin poder dejar de besarla- ¿Nos vamos o quieren estar aquí un rato más?
- Un rato más - Contestaron todas
La volvieron a taclear para acostarse con ella en el pasto disfrutando del cielo estrellado o viendo sus anillos en su dedo poniéndolas risueñas.
El ronroneo de Astrid hizo que ellas igual ronronearan más que complacidas, besaban o acarician alguna parte de la rubia como ella con ellas, era cosa de veneración y amor, no de lujuria y pasión, aunque teniéndola a ella esos factores eran más que activos en su relación.
- Me siento como una puta teniendo tantas mujeres - Les comento Astrid mirando las estrellas
- Pero nuestra - Bromeo Kate ganándose un golpe en la frente por Tanya- ¡Ay! Que sensible - Astrid se rio negando con la cabeza
- La súcubo tiene razón - Concordó con diversión- Soy solo suya, aunque a veces se les salga los tóxicas y posesivas - Rodo los ojos
- Ella no nos agrada - Gruñeron al mismo tiempo- Debes entenderlo
- Pobre de mí - Suspiro innecesariamente- Si pude contra un puñado de mortifagos, podré contra ocho mujeres
- No olvides a Renesmee cuando crezca - Le recordó Alice con diversión
- Me lleva Salazar - Tapo su cara- Terminare en San Mungo por la locura por lo tóxicas que son - Todas la golpearon en el brazo o frente- ¡Eso es maltrato!
- Sola te lo ganaste - Se encogieron de hombros haciéndola resoplar
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